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A Esmorga

Drama Crónica tensa e intensa de 24 horas en la vida de tres compañeros de juerga que van dejando un reguero de destrucción, de sexo equívoco y reprimido, y también cerrando puertas tras tirar las llaves, como si de manera deliberada buscaran la perdición. (FILMAFFINITY)
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
26 de noviembre de 2014
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así es cómo avanza la película, poco a poco, como quien se va bajando una botella a lo largo de una borrachera. "Paseniñamente", que diríamos aquí en Galicia. Como una apetitosa comida, deben colocarse cuidadosamente los ingredientes, y cocerlos a fuego lento. Lo primero, aunque resulte bastante obvio, es que a quién no le haya gustado el libro, que evite ir a verla, o al menos que no espere que le guste. Es muy fiel al texto, con conversaciones calcadas y momentos representados en pantalla tal cual los imaginamos en su día. Y ya que Blanco Amor no era muy amigo de las elipsis en su texto (salvo en las "frases", o no frases más bien, del juez, que aquí se respeta a la perfección), Ignacio Vilar no iba a ser menos, y detalladamente, sin escatimar en detalles, nos cuenta las aventuras de tres hombres de fiesta por Ourense (o Auria, como su autor la había llamado)

Conocedor de que esta es una de esas historias que se cuentan oralmente, Vilar quiso trasmitir el realismo que desbordaban las páginas de "A Esmorga" en su filme. Huyó de toda artificiosidad, y se centró en representarlos la realidad de la manera más honesta posible, casi como un documental. De ahí la gran utilización de la cámara en mano, de los planos largos (nos encontramos con diversos planos secuencia a lo largo de la obra), de una iluminación realista, una ambientación idónea (la lluvia, las antiguas calles empapadas, el vestuario, el atrezzo, el humo...), una fotografía magnífica (tanto rural como urbana) y un reparto a la altura de las circunstancias. ¿Es lenta? Sí. Pero esa tediosidad ayuda a la hora de conocer y empatizar con los personajes, elemento que chirría en muchas otras películas, en las cuales ni nos va ni nos viene lo que depare a los protagonistas.

Y hablando de los protagonistas, sería injusto terminar esta crítica sin destacar su buen hacer. 'Morris', en el que muchos al ver su cara seguimos viendo al simpático personaje de "Pratos Combinados", nos brinda una enorme actuación en su papel como Milhomes, siendo el más divertido y bipolar de los tres. El vasco Karra Elejalde, en la piel d'O Bocas, nos sorprende con un gallego de lo más cerrado, además de bordar carácter conflictivo y convincente de su personaje. Por último, Miguel de Lira, encarna al más protagonista de los tres, Cibrán o Castizo. El personaje, con su intermitente "pensamiento", endeble cordura y decreciente sentido común, nos guía por lo más profundo de un gélido Ourense pasado por agua.

Para terminar, me gustaría destacar que este es el camino. Como gallego, me siento orgulloso de esta película, y creo que es un paso hacia delante en el cine tanto gallego como español. Esta clase de trabajos, como muchos otros que llevamos en los últimos tiempos ("La Isla Mínima", "Magical Girl", "Cronocrímenes", "Celda 211"...) están dignificando y sanando un muy malherido (e infravalorado) sector. Es tiempo de cambio, tiempo de sentirnos orgullosos de lo que hacemos. Que continúe a esmorga.
vazquezvarela
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24 de noviembre de 2014
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
A esmorga para mí es una de las obras clave de la literatura gallega por eso cuando escuché que iban a estrenar la película pensé que ir a verla sería contraproducente, ¿cómo introducir al espectador en el universo creado por Blanco Amor?. Pues bien acudí a verla, sala llena lo cual me agradó, el resultado, contradictorio. La dirección mejor de lo esperable para Ignacio Vilar, los actores soberbios desde Karra con ese "galego" perfecto hasta Morris que como era de esperar no defrauda, quizás De Lira el menos sobresaliente. Pero el film se me hizo largo por momentos y en general llegué a la misma conclusión que llego casi siempre cuando una obra tan "especial" se lleva al cine, hay novelas que nunca deberían reinventarse desde el universo de la cámara. Pretender que una secuencia de imágenes en las que se cuenta la historia de estos tres personajes nos introduzca en el mundo que Blanco Amor recreó y que sobretodo quien no haya leído el libro entienda la historia en toda su complejidad me parece complicado. Un trabajo actoral fantástico y un homenaje siempre necesario al autor pero no creo que haga justicia a la novela.
Vanegirica
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16 de diciembre de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una gran alegría seguir descubriendo buenas películas, sorprenderse con directores, actores y técnicos nada famosos y admirar una obra sensacional como «A esmorga».

Vista por cincuenta mil personas en su paso por las salas pero, aún así, poco conocida fuera de su Galicia natal. Felizmente, se lanza ahora una edición en DVD que nos permite degustarla a los que llegamos ahora.

Con un aire a Pascual Duarte, a «El crimen de Cuenca» o a «Tasio», «De parranda» en una traducción aproximada del original gallego, discurre sobre un tempo argumental perfecto, que mide las pausas, los movimientos y los cambios de escenario con maestría.

Arrastra la atención a partir de una puesta en escena impactante, que nos sitúa en la época y en las circunstancias de un personaje con el que no sería fácil empatizar de no ser por el oficio de técnicos y artistas. Alguien cuya escasa voluntad no lo convierte en protagonista sino en la imaginación de un magnífico escritor / guionista. Porque el film es la adaptación de la novela del mismo título, publicada en Argentina durante 1959.

Ayuda a situarse en la Galicia rural en tiempos de Franco escuchar el gallego como lengua única, la presencia de la naturaleza verde y húmeda, los sabañones del personaje central, la lluvia cuantiosa que no sólo se ve y se oye sino casi se huele, la fritada con pimentón, los ajos colgados, el agua del pozo, el vino en barrica y los alambiques de aguardiente y absenta. Un ámbito rural con una gran personalidad, sumamente atractiva.

La ambientación excelente junto a un fondo musical subyugante y bellísimo, que acompaña la acción formando un binomio inseparable, remarcando la poética de los momentos centrales de la trama.

Época de consumo de alcohol, masculina, de amistad y taberna, de sexo agresivo y deseos sublimados. Época violenta que construye muros, ante los que se avistan pocas salidas para los menos sumisos. O comunes. Cantos en grupo que ensalzan el ánimo.

Y tres personajes que, de repente, pasan a comportarse como si no hubiera mañana, dando rienda suelta a los deseos que no conocían, descubriendo temores y rechazos, enfrentándose a sí mismos en una sola dosis bien concentrada.

En ese espejo podemos mirarnos como espectadores y quedar impactados. ¡Qué magníficas actuaciones! ¡Qué fantástica película!
Inaki Lancelot
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9 de diciembre de 2016
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha sorprendido que la película estuviese ambientada en los años 50, suponía que estaría situada en la actualidad. En un ambiente rural, de pobreza y de escasez se nos presenta a tres hombres a los que uno enseguida nota que les falta algo. Aunque en apariencia los tres tengan algo con lo que poder paliar el desencanto; Bocas tiene dinero, Cibrán tiene una mujer que le quiere y Milhomes muestra tener una envidiable disposición para la alegría, no es así. Bocas acostumbra a sentirse solo, el buen espíritu de Milhomes (el personaje que más me ha llamado la atención) es tan solo la pose más cómoda que ha podido encontrar para reducir su reprimida sexualidad y la vida de Cibrán es un tanto sufrida, monótona y vacía, sin nada que le provoque alegría. Entonces bien, en el escenario de una Galicia interior, lluviosa, gris y fría pero también bonita, los tres amigos deciden irse de copas con el propósito de ser un poco más felices.

Asistimos a un intermitente seguimiento de su basta juerga en la que no parece haber nada especial, solo que tras el término de la pasajera e insustancial euforia, el vacío y las frustraciones vuelven a apoderarse de sus sentimientos, con la particularidad de los sentidos y la conciencia mermados por el alcohol. Quizás sobre el papel no parezca un testimonio demasiado estimulante para dos horas de película que seguir, no obstante aseguro que sí que lo es. Por las buenas interpretaciones de todos los que intervienen en esta película, por el abanico de personajes que acabamos conociendo; no demasiado concurrido pero introducidos con el atractivo de una narración natural, por un moderado número de percances vividos que estimulan una pausada pero interesante línea narrativa. Por ejemplo. Y también por un desenlace que tan solo viene a subrayar la evidencia, difuso amago de la cual ya adelantaba la premisa. Que estos hombres nunca llegarán a encontrar aquello lo que buscan, porque ya están en la etapa final de su camino, divisando el precipicio, y siendo los únicos viajeros de un tren fuera de control que recorre una vía muerta, pidiendo a gritos que descarrile de una vez.
El Extranjero
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9 de mayo de 2020
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto largometraje de Ignacio Vilar, en esta ocasión una versión de la espléndida novela "A esmorga" -en castellano "La Parranda"- de Eduardo Blanco Amor (1897-1979), uno de los grandes literatos en lengua gallega. Es la segunda versión del original literario. En 1977 Gonzalo Suárez, con la colaboración en el guión del escritor, muy atraído por el cine, lleva a cabo una crónica de este viaje al fin de la noche de tres juerguistas o esmorgantes, Cibrán, Milhomes y Bocas (papeles protagonizados por José Sacristán, José Luis Gómez y Antonio Ferrandis), muy interesante y llevada a su terreno, próximo a los juegos narrativos, la mezcla de géneros y el antinaturalismo. Trasladada a Asturias, rodada en castellano y con libertad creativa, surge entonces una absurda polémica en Galicia contra esa versión que tiene mucho que ver con el complejo de superioridad de la literatura sobre el cine y con las demandas históricas del momento.
Con cerca de 3 millones de euros de inversión, el apoyo de la editorial Galaxia, TVE y TVG, Ignacio Vilar consigue realizar este proyecto incubado durante 6 años, donde el autor de "Ilegal", "Pradolongo" y "Vilamor", sigue con su propuesta de un cine nacional popular galego: tradición, etnografía, auscultamiento del mundo rural, importancia del idioma, relación sentimental con los materiales de partida.
Con un guión cercano al texto y tres actores, Miguel de Lira, Antonio Durán, “Morris” y Karra Elejalde, entregados a la causa, nos encontramos con un trabajo naturalista en el que destacan los intérpretes y el excelente trabajo visual del director de fotografía Diego Romero, y donde Vilar, pese a conseguir su mejor trabajo hasta la fecha, no desbloquea muchos desequilibrios narrativos, con muchos interrogantes y momentos faltos de fuerza.
Federico Sánchez
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