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Yo, también

Romance. Drama Daniel (Pablo Pineda), un joven sevillano de 34 años, es el primer europeo con síndrome de Down que ha obtenido un título universitario. Comienza su vida laboral en la administración pública donde conoce a Laura (Lola Dueñas), una compañera de trabajo sin discapacidad aparente. Y se enamora de ella. (FILMAFFINITY)
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Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
17 de octubre de 2009
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin heroicidades y con muchas dosis de realismo, esta película nos presenta a Daniel, un chico que padece Síndrome de Down, y que comienza su nuevo trabajo en una oficina de la Admón. Pública. Entre fotocopias e impresos conoce a Laura (Lola Dueñas), una compañera -aparentemente- muy lejos de sus posibilidades.

Lola Dueñas y Pablo Pineda se vieron recompensados en San Sebastián con una Concha de Plata cada uno por sus interpretaciones, y no es para menos. Honestas miradas, suaves caricias, íntimas confesiones, etc. todo queda al servicio del espectador que pronto se dará cuenta de que a veces distintos polos pueden atraerse. Pablo Pineda exterioriza sus sentimientos como nadie, y no porque tenga un trastorno genético, sino porque hace una actuación como la copa de un pino, así de claro, importándole bien poco el qué dirán o los tópicos que puedan verter hacia los de su enfermedad. Quizá ésta sea la excusa de su enorme cariño, su sinceridad y su amor por el prójimo que demuestra en cada una de las escenas. Él es así, un chico de 34 años acomplejado lo justo y que estoy seguro de que es el doble de listo que muchos de nosotros.

Un punto débil de 'Yo, también' reside cuando se bifurca la película en otras subtramas de escaso interés, como la del padre de ella agonizando o la de la pareja con Síndrome de Down que se escaparon del centro. Tampoco me pareció muy acorde la escena del sueño erótico con lo que se estaba ofreciendo hasta el momento. Ya puestos, tampoco me gustó la imagen de calienta-braguetas que ofrece Lola Dueñas, dando a entender en algunas ocasiones que quiere estar con él como experimento sexual en la cama.

Salvando esos aspectos, los directores Álvaro Pastor y Antonio Naharro han apostado al caballo ganador en su primer largometraje abierto al público con el tema del Síndrome de Down. Conversaciones directas y sin tapujos, donde la sinceridad empaña el ambiente y con alguna pequeña dosis de humor así como de buena música. En fin, 'Yo, también' lidia con buena nota este drama destinado a hacernos trizas nuestro corazón y demuestra que es el enésimo ejemplo del buen momento que está pasando nuestro cine patrio en la actualidad.
Condosco Jones
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24 de mayo de 2010
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy seguro de que Pablo Pineda tiene muchas cosas interesantes que contar y que su caso es digno de atención e incluso de admiración (tanto a él como a sus padres), pero creo que el vehículo escogido para hacerlo llegar al público es absolutamente desacertado. La película es aburrida, cargante y en algunos momentos ridícula (más cine mediocre a golpe de subvención).

Que conste que por una vez estas palabras no son mías, sino de la persona con la que ayer vi la película, la cual trabaja en un centro ocupacional con discapacitados psíquicos. A pesar de tocarle el tema tan de cerca se aburrió como una ostra con esta película y yo no tengo más remedio que compartir su opinión. Decir que Pablo hace un gran papel o que es un gran actor es simplemente absurdo e incluso ofensivo para los actores profesionales. Otra cosa es que nos parezca meritorio, curioso, diferente.. pero eso sólo no vale para hacer una buena película, hay que ser justos y rigurosos. De todas formas tengo que decir a su favor que la mayor responsabilidad se la llevan los directores, al hacer una película falta de ritmo y con un guion bastante cogido por los pelos.

Por cierto, lanzar el mensaje de que un Down es más o menos inteligente dependiendo de la educación que se le dé no es del todo cierto. Evidentemente, si se le estimula desde pequeño va a desarrollar más sus capacidades, pero las cosas son como son: hay Downs como Pablo y hay Downs que apenas van a poder decir una docena de palabras a lo largo de su vida, por mucho que se les estimule (aunque estos últimos no suelen salir en los anuncios, se ve que no quedan tan monos). Y aunque es verdad que suelen ser bastante majos y cariñosos (y por lo que parece, bastante cabezotas), hay que alejarse de los esteriotipos, ya que en nada se parecen a un peluche ni a un niño grande y a veces el trato con ellos puede ser muy difícil y sufrido. Vaya aquí mi reconocimiento a todos los profesionales que trabajan en este sector, cuya labor es inmensa, de un mérito terrible y, por si a alguien la cabía alguna duda, con unos sueldos de miseria!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Arkalo
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18 de octubre de 2009
18 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente, es la película más sobrevalorada que he visto en mucho tiempo. El trailer y las buenas críticas me habían llamado tanto la atención que no sé si han sido los culpables de que haya visto la película más sobrevalorada de los últimos tiempos.

Pablo Pineda me parece un chico digno de admiración y a Lola Dueñas, no voy a mentir, le tengo cierto aprecio. Y aún así, "Yo, también" me ha perecido una película mala, sosa y vacía. Intenta normalizar una situación poco común recreando una historia totalmente absurda. No dudo de que alguien sin ningún tipo de discapacidad pueda enamorarse de alguien que sí la tiene, y creo sinceramente que podría contarse una gran historia con este argumente, pero no es el caso de esta película. No transmite nada, se queda en un alegato totalmente vacío. Y perdonadme, pero no veo ese caracter de normalizar la situación por ninguna parte. Si así fuera, el personaje femenino no tendría ese desorden emocional. ¿Quieren que me crea la historia? Pues ponganme a una chica feliz y sin traumas enamorándose de un chico con Síndrome de Down, porque esta historia no me la creo. Porque al fin y al cabo se resume en "chica traumatizada conoce a chico inocente -que además es discapacitado- y bueno... hace el intento de enamorarse".

¿Que es entrañable? Pues sí, pero eso no es suficiente. Cuando lo mejor de la película se resume en Luisa y un melón es que algo se ha quedado por el camino. Menos traumas, menos historias superfluas y más contar una historia de manera SÓLIDA. Lo que he visto simplemente se resume en FRAUDE.

Y se llevarán todos los premios a los que opten simplemente porque la historia se presta a ello. Quizás conmueva algunos corazones, pero a mí me ha dejado helada. Y no en el buen sentido.
ndpru
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15 de octubre de 2009
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Puede una persona con Síndrome de Down desarrollar una vida lo más normal posible en una sociedad tan cargada de barreras (especialmente morales) como la nuestra? ¿Pueden llegar a entablar una relación sentimental con una persona “normal”? En estos y otros aspectos similares intenta profundizar tanto esta película como el anterior cortometraje “Uno más, uno menos” dirigido también por Antonio Naharro y Alvaro Pastor. Ya en este mencionado corto de 20 minutos se observa una decidida pretensión de mostrar la enfermedad del Síndrome de Dawn desde una perspectiva diferente, ahorrándose detalles minúsculos para acomodar la pantalla a la delicada situación social que tienen que hacer frente estas personas. Buscar puntos de normalidad donde la convivencia se configure de manera natural, y no premeditada. En “Yo también” existe una cierta línea continuista respecto a estos dilemas, si bien apoyándose en la ficción para conseguir un efecto más dramático e impactante.

Daniel comienza su nuevo empleo de administrativo como cualquier otra persona. Conoce a su compañera de trabajo, Laura, y con el paso del tiempo se acaba enamorando de ella como le ocurre a multitud de personas. Hasta ahí todo entra dentro de lo que podíamos llamar habitual. La diferencia estriba en que Daniel no es una persona normal, a pesar de sus evidentes diferencias respecto a otras personas con el mismo problema, y nuestros prejuicios sociales se encargan de subrayarlo demasiado a menudo. Antonio Naharro y Alvaro Partor realizarán un ímprobo trabajo por mostrar todos y cada uno de los recovecos de una posible relación entre Daniel y Laura. Dejarán desarrollar el enamoramiento de Daniel expectantes ante las reacciones de Laura, una mujer que lleva una vida complicada, y que encuentra un lazo de amistad y apoyo en Daniel. Para ello, una sensacional Lola Dueñas, en un registro poco conocido, se encargará de aportar la complejidad necesaria que requiere ese papel, y entablar una cercana complicidad con Daniel para conseguir un plausible realismo que pese a todo no se conseguirá mantenerse a lo largo de la película.

No se podía haber recurrido a un actor mejor que Pablo Pineda, primer licenciado europeo con el Síndrome de Down, y que no sólo se interpreta a sí mismo (lo cual no hubiese restado mérito) sino que le añade un vínculo reflexivo apreciable, y una capacidad para desarrollar toda una serie de situaciones morales y de gran trasfondo dramático que le otorgan un gran valor interpretativo y un meritorio trabajo.

(Sigue sin Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sergio Roma
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18 de octubre de 2009
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Pineda es conocido por ser el primer español con un título universitario. Cuando fue entrevistado en una ocasión antes de rodar la película, nos decía que las chicas no quieren enamorarse de él porque es síndrome de Down. Se ven impedidas por los prejuicios, por el miedo y por la sociedad.

Eso que nos contaba se ha trasladado a la gran pantalla. "Yo, también" es la historia ambientada en Sevilla, tiene como protagonistas a Daniel - Pablo Pineda - y Laura- Lola Dueñas. Por primera vez en su vida Daniel encuentra en Laura una mujer que le hace sentirse normal. No tiene prejuicios ni tampoco compasión. La normalidad es todo lo que busca.

La película es una apuesta arriesgada pero con excelentes resultados. No lleva las cosas al extremo sino que se mantiene en la naturalidad sin querer ser más de lo que es. Cada diálogo cobra importancia y sentido.

La trama central se rellena con historias que carecen de importancia pero que aún así oxigenan la película y consigue que cambies la perspectiva del mundo del down. La diferencia entre un down y otro no esta en la genética sino en la cultura recibida.

Pablo Pineda recibió un premio cuanda estaba en el colegio, el director destacaba su esfuero y subrayó que nadie le había regalado nada. No creo que nadie le regale el premio al mejor actor revelación porque verdaderamente se lo merece.
Goncer
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