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The Neon Demon

Terror. Thriller Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar. (FILMAFFINITY)
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Críticas 133
Críticas ordenadas por nota
7 de septiembre de 2016
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
NWR. Lo dicen los títulos de crédito, marca propia registrada de un director dispuesto a cambiar las normas establecidas y provocar reacciones cutáneas a los alérgicos a lo experimental y a aquellos que se han quedado en otras épocas como defensa de la excelencia.

Tras casi dos décadas, sus tres últimas películas solo han sido otro paso más para convertirse en diana. Las ruedas de prensa en las presentaciones son tan sugerentes como la planificación de sus planos. El bueno del director danés a un saltito de hacer olvidar a otros expertos en el canibalismo mediático e incluso al mismísimo diablo, Lars Von Trier. Lo tiene claro y lo está consiguiendo llenando la pantalla de imágenes tan poderosas como hipnóticas. A su lado un equipo que parece dará mucho que hablar. Bandas sonoras con nombre propio y actores entregados a la causa de lo desconocido.

Después de darle a Ryan Gosling el timón y con ello cambiar toda la carrera del actor, el relevo lo toma una Elle Fanning tan magnífica como siempre. Su mirada capaz de pasar de la inocencia al control total. El resto de lo que vemos en el reflejo es una creación que sobrepasa lo grabado por el objetivo.

Con esto, parecen quedarnos dos opciones: el rechazo o la adoración. No debe haber otra forma de tratarlo. Obra maestra o estupidez absoluta. Los nuevos tiempos de amar o lastrar hacia el barro. Y a la pregunta de si es para tanto, el propio demonio de neón nos da la respuesta como desde hace años nos cantan sus majestades satánicas. Esto es solo cine y nos encanta.

Descarada, propia, absoluta, grandiosa. Dos horas para sentarse en la butaca y no pestañear.

Una gozada prohibida a los que tienen los ojos cerrados.

Déjense devorar.
Guillermo Rico
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10 de septiembre de 2016
28 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Eso" con lo que Ruby (Jena Malone) designa a Jesse (Elle Fanning) cuando se la pregunta qué es lo que Jesse tiene que la hace superior a las demás, lejos de usar un adjetivo o una cualidad más específica, es con lo que yo defino precisamente a esta película en su conjunto. ¿Que por qué la pongo un sobresaliente?: Porque tiene eso. ¿Qué es eso? ¿La factura técnica? ¿La historia?... No especialmente, simplemente "eso". A ver si puedo explicarlo mejor que la protagonista.
El guión básicamente representa una historia de ascensión, auge y ¿caída? que ya habremos podido vislumbrar en muchas películas, por lo que no es precisamente original de primeras. Funciona en lo que se propone, pero puedes prever sus caminos en varias ocasiones (sin contar su último tercio, que esconde un golpe bajo imprevisible). Su ritmo es contemplativo: no se duerme nunca, pero tampoco es muy trepidante.
Las interpretaciones son muy buenas en todos los aspectos, desde las protagonistas hasta los secundarios. Elle Fanning deslumbra tanto a nivel físico como psicológico (aunque cuando la imagen y la fama ya se le suben a la cabeza, el papel parece quedarle un poco grande), Jena Malone está perfecta en todo momento. El resto del plantel cumple con su cometido.
La factura técnica es magistral. La composición de colores es impresionante, deslumbrante. Cómo los planos filman y captan esas sensaciones gracias a los colores empleados, la iluminación y el juego de luces y sombras, la cámara lenta en determinados momentos, la música muy atmosférica y fiel al estilo del director. Las canciones que componen la banda sonora (por ejemplo, el perfecto tema de Sia: "Waving Goodbye" de los créditos finales) son muy buenas, pero las melodías originales de la cinta que aparecen en contados momentos son las que te hacen sentir de verdad. Nicolas Winding Refn ya demostró en "Drive" que era impresionante dirigiendo. Aquí demuestra que a elegante y embaucador no le gana nadie.
Entonces, por lo que he dicho antes, puede parecer que la encuentro una película llena de forma y estilo pero vacía en su interior y falta de un fondo que le haga sombra o esté a su altura. Pero no es así. Esta película consigue "eso". Consigue tomar una historia mil veces vistas y engatusar desde el principio hasta el final sin anestesiar. Desde luego su valor formal y técnico ayuda con creces siendo un orgasmo audio visual, además de las interpretaciones y sus personajes quienes son tan dependientes de su exterior en la película, como nosotros tan dependientes de lo que ellos sienten o lo que están pensando hacer y continuar siguiendo la cinta. Es todo un asalto a los sentidos, pero no se olvida del cerebro.
Mucho se ha dicho que parece un cruce de "Cisne negro" y "Showgirls" con la mente de David Lynch. No les quito en exceso la razón (se usa la mente y los sentimientos de los protagonistas para enfatizar la historia y sus turbadores excesos, parecido a la propia "Cisne negro"). Pero también digo: si Refn ha hecho esto, incluso siendo fiel a su estilo propio en todo momento, es porque la película no se ha planeado para ser un entretenimiento al uso o que se siga con desdén. Esta película no es una historia en sí, o unas interpretaciones a aplaudir o no. "The Neon Demon" es todo eso en conjunto orgánico y vivo. Es "eso", es una experiencia, algo que puedes sentir pero que no puedes del todo controlar o catalogar. Es coger a un modelo y vestirle con los mejores ropajes. Es tomar todos los elementos que destacan en una película y usarlos para enriquecer su trama, incluso si la misma "estando desnuda" no aspiraba a llegar a tanto ella sola. Es como ver a miles de modelos desfilar y andar una tras otra, como hacen los jueces en la primera mitad de la cinta, y de pronto ver a una que camina como las demás y puede lucir como los demás. Pero es alguien que enamora a los jueces. Incluso haciendo lo mismo que las demás, pasando sus mismas pruebas y de la misma manera, ella destaca. Encuentran algo en ella tal cual es y tal cual la ven, encuentran "eso" que no se puede describir bien, pero que admiran y encandila. "The Neon Demon" ese "ese" tipo de experiencia. Una que cualquiera no se puede apropiar, comer o tragar del mismo modo que otras para pretender poseer esa grandeza, pues no todo cine es igual y no todos pueden conservar "eso" (acordaos de esta referencia al final de la película, sin desvelar nada). Una que hasta en su perturbador tercio final no pude dejar de mirar y captar las sensaciones que transmitía. Es un largometraje lleno de metáforas visuales y narrativas, que coge una historia simplemente predecible y la hace sorprendente gracias a su dirección narrativa, visual y técnica.
"Eso" es lo que hace que esta película vaya por delante de otras ya mencionadas, lo que hace que parezca un sueño o una pesadilla pero llena de estilo y belleza. Belleza que no lo es todo, sino que es lo único. ¿Que por qué es genial "The Neon Demon"? Porque tiene "eso".
Jesus Reviewer
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10 de septiembre de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras dejarnos sin aliento en el ya filme de culto Drive, NWR construye a pesar del resto del mundo un retrato descarnado y hermosamente grotesco de la industria de la moda y el concepto de belleza en nuestros días.
Gracias a un casting impecable (la modelo Abbey Lee hará tragar saliva a más de uno), el señor Nicolas da una patada amable y preciosa a Karl Lagerfeld, Instagram, Facebook y los tomos publicitarios de Vogue y compañía. Aquellos que consideren Neon Demon una crítica demagógica y congelada olvidan que el status quo de esta obsesión por la perfección es el amor-odio que genera a los ojos del espectador. Como ya escribió hace unos años Umberto Eco, analizando la Historia del Arte y su amplio recorrido descubrimos que la fascinación por la belleza imperante en cada época está asociada al dolor, el sexo y la fealdad morbosa.
Sufrimos un siglo XXI de seres humanos perdidos, sin vocación moral alguna y acorralados por la desigualdad de clases y el capitalismo; no nos sorprendamos por alegorías y fábulas del vacío estético cuyo único fin es presionarnos a aceptar que el horror vacui de la superficialidad vive dentro de nosotros.
nothinghill
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28 de octubre de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Despues de ONLY GOD FORGIVES, Windign Refn da un nuevo giro a su carrera con esta sangrienta (y para algunos, repugnante) cinta, la cuál ha sido objeto de reacciones encontradas entre el tipo de audiencias a las que supuestamente va dirigida, y particularmente, entre los entusiastas de la obra del director danés.

La anécdota gira en torno de Jesse (Elle Fanning) una adolescente de 16 años de edad quién se muda a Los Ángeles a probar fortuna en el mundo de los reflectores y las pasarelas, cuya virginal belleza y meteorico ascenso en el extremadamente competitivo medio no tardan en despertar retorcidos sentimientos de rencor, envidia y deseo sexual a su alrededor, lo que sumergirá a la joven de manera paulatina en una alucinante espiral de violencia, con aterradoras consecuencias.

La primera impresión durante el visionado de EL DEMONIO NEÓN es que los dardos de Refn parecen ir dirigidos hacía los escabrosos entretelones del frivolo ambito del modelaje, en el cuál sus personajes se mueven en un entorno cubierto de pinceladas de un rojo carmesí apenas iluminado por luces negras, los flashazos continuos de cámaras fotográficas y en donde la tajante aseveración de que la belleza externa no es lo más importante sino lo único, resulta la verdad más irrefutable.

Sin embargo, Refn decide ir un paso más allá en su agresiva mirada sobre la gradual corrupción (que no endiosamiento) de la carne y el consumismo visual, al añadir a su lienzo otros elementos considerados transgresores para los estandares de lo politicamente correcto tales como la pederastía, la necrofilia y el canibalismo, siendo este último el que atraviesa como una cicatriz el resto de la cinta, haciendo venir a la mente aquella parábola freudiana de los hijos devorando a los padres para absorber su autoridad, donde la antropofagia es otra especie de ejercicio del poder oculta en una elegancia sutilmente perversa, desde la cuál trata de encubrir mediante la seducción de la apariencia fisíca la pobredumbre espiritual de sus creaturas, pero que no podrá evitar ser tan efimera cómo el éxito de Jesse ni tan inerte como los aridos parajes en que cierra la historia.

Todos estos elementos alejan a EL DEMONIO NEÓN de las convenciones del giallo italiano que Refn pretende homenajear, acercandolo en cambio, a los también controvertidos y prominentemente visuales terrenos del mejor cine de Peter Greenaway, para sorpresa y beneplácito de unos, o desconcierto y rechazo de otros, según el caso.
VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
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11 de enero de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema con el cine de Nicolas Winding Refn se reduce simplemente éxito mediático y viral de Drive (que a su vez es su película más accesible), y a cómo muchos espectadores y críticos esperan incansablemente encontrarse con otra cinta como aquella. Por supuesto, todas sus películas son visualmente y musicalmente estilizadas hasta el paroxismo, pero eso es un sello de autor, así que desesperarse por las interminables secuencias que juegan con la luz y el sonido y desatienden la narrativa y los ritmos convencionales, así como lo lacónicos que son siempre sus personajes, es darse de cabezazos contra un muro. Es como pedirle a Woody Allen que los personajes de su cine estén callados, o decirle a Scorsese que sea más mesurado en el uso del montaje y de la música. Si, así de absurdo.

Además, con Winding Refn está el juego de géneros. No he visto aún sus primeras películas (la trilogía Pusher; y Bleeder), pero en Bronson, su aproximación a la biografía, rompía las formas del género a través de un éxtasis teatral, de comedia y horror; Valhalla Rising era un viaje épico, sensorial y silencioso que buscaba un significado religioso y a la vez fantástico para su contexto; en Drive el cine negro y el drama romántico se unirán en una persecución crápula y a contrarreloj; y Sólo Dios perdona funcionaba como operística e introspectiva tragedia barroca de los bajos fondos de una gran metrópoli. Ahora llega The Neon Demon, que en esencia es una fábula de terror, como si Eva al Desnudo o Cisne Negro estuviesen contextualizadas en una cinta de vampiros sedimentos de belleza y juventud.

Pero The Neon Demon es un ejemplo claro de una película en la que argumento y trama van por dos caminos separados. La llegada de una chica muy joven a Los Angeles, a labrarse un futuro como modelo, y los enamoramientos y las envidias que eso provoca en otros maniquíes, maquinadores, fotógrafos y gentes de la profesión, daría para varios momentos de crítica y sátira sobre ése mundo de la moda y su masticada superficialidad o la vanidad de sus pobladores. Pero en realidad, Winding Refn habla de otra cosa a través de la lánguida, asexuada y estática belleza de Elle Fanning (un patrón que ha dominado la moda masculina y femenina durante muchos años). Su personaje asegura en un momento que no tiene ningún talento, ni para actuar, cantar, bailar o escribir, pero que su talento está en su belleza y por eso debe aprovecharla. Sabe el efecto que su belleza causa en los otros, la conmoción que su energía provoca. Y por eso, a pesar de su limitada personalidad, o de su escasa experiencia como mujer y como persona, puede hacer cualquier cosa con quienes le rodean.

Esa pulsión, esa energía involuntaria que causa en los otros, es en realidad el tema de una película llena de símbolos sobre la llegada al mundo adulto (las pesadillas de la protagonista), sobre el hambre irracional de éxito (finalmente, no hay reflexión en esa búsqueda, sólo impulso interno), y sobre el efecto que esa "gente con luz" tiene en los otros (el efecto de los artistas cuando su herramienta, la que sea, sobrepasa lo racional).

Winding Refn nunca se disculpa por su creación de personajes, aunque muchos de ellos sean más ideas o símbolos que creaciones naturalistas. La interpretación callada y catatónica de Fanning desesperará a aquellos que no saben en realidad lo que significa, por muy snob que esto pueda sonar. Otros pensarán en lo extremo del extraordinario personaje de Jena Malone, sin darse cuenta que ella habla al guión como ejemplo de amor absoluto. Pero quien se deje seducir e hipnotizar por los estímulos de esta película, por la extraordinaria banda sonora electrónica de Cliff Martínez y las evocadoras imágenes de Winding Refn, se dejará llevar fácilmente a sus rincones más inocentes, aquellos que evocan a una Caperucita Roja asediada por los lobos de la madurez (en extraordinarias secuencias como el casting modo Victoria's Secret, o la sesión de fotos); o a los más oscuros, aquellos en los que, como bestias, haríamos desaparecer la carne para que sea carne de nuestra carne.
jaly
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