Límite vertical

Thriller "montañero", a la estela de otras anteriores, como la exageradísima Máximo Riesgo, o Licencia para Matar (La Sanción del Eiger), que considero la más entretenida del subgénero.
Aquí Martin Campbell usa la excusa de un rescate en el K2 para ofrecernos una peli correcta, en la que la trama es muy simple: dos hombres y una mujer se quedan atrapados a causa del mal tiempo en una grieta cerca de la cima de la montaña, por lo que saldrá una expedición en su búsqueda, gracias al empecinamiento del hermano de la chica.
Los personajes son muy planos: los hermanos, marcados por un accidente alpinista que sufrió su padre; Montgomery Wick (Scott Glenn) quien a raíz de la muerte de su esposa en la montaña está obsesionado con el K2 o Elliot Vaughn (Paxton), el típico rico que cree que con dinero se consigue todo. No sabemos nada más de ellos, pero tampoco importa, porque el tema va de acción montañera y punto. Eso sí, los paisajes son impresionantes.

La película enclava su historia en medio del K-2, donde un grupo variopinto de escaladores/alpinistas protagonizarán un rescate/supervivencia que será el plato fuerte del film durante buena parte de su excesiva duración.

En su activo tiene ser una película sincera. Es decir, acción y aventuras a tutiplén, permitiendo engullir las palomitas con sumo gusto mientras ves alguna que otra escena llena de garra. También juega a su favor la cínica visión que muestra, no muy alejada de la realidad, acerca de lo que es el alpinismo hoy en día, carcomidos por el marketing, el negocio provechoso y la parafernalia que acompaña de modo inherente a estos dos amigotes (vamos que Juanito y Edurne empatizaron fuertemente con nuestros protagonistas). En su contra, ser una película rutinaria (es la cara inversa de lo de sincera) donde las haya, carente de originalidad (poco años antes se estreno ‘Máximo Riesgo’) y con cierta falta de sintoníapor parte de ciertas escenas (también cara inversa) con esa cosa llamada realismo (la escena del bote final es mítica).

Acción, montaña y aventuras de alta tensión, servidas en bandeja de plata por un cartel repleto de caras conocidas (como Chris O’Donnell o Scott Glenn) y una dirección comercial pero decente del cumplidor Martin Campbell. Del montón.

Como cinta de acción cumple y mucho, tiene sus licencias pero ¿qué película de este género no las tiene?
Es un filme desbordante en adrenalina y vértigo, con impactantes secuencias de acción, logrados efectos especiales, toneladas de tensión y nervio en la búsqueda de la supervivencia, aceptable suspense, una grandilocuente banda sonora con un bellísimo tema central que dota al relato de mayor intensidad en sus alternativas, gran impacto visual que deviene de los efectos digitales y de los pomposos paisajes alpinos, y efectivas interpretaciones que cumplen con lo que exige el frenesí argumental.
No hay que rasgarse las vestiduras, esta cinta es cine comercial efectista con altas cotas de contundencia, sólo se le puede criticar negativamente su abrupto desenlace, el cual podría estar mejor trabajado para un metraje que dura casi dos horas y que merecía mejor desarrollo en la resolución.
Una película interesante en sus excites y en su emotividad sentimental que pasa por la superación de los traumas del pasado, con grandes momentos de acción y de desborde de adrenalina, con una noble carga conceptual de fondo a favor de la solidaridad y del brindarse por el otro venciendo los egoísmos, donde se le perdonan sus exageraciones y sus baches lógicos dado el alto grado de furor y arrebato que nos regala en su despliegue.
No me hubiera costado darle un siete de no ser que me decepcionó bastante en su tramo final, donde faltó mayor desarrollo para no caer en la improvisación abrupta que deja con sabor a insatisfacción justo en la parte que uno recuerda más.

Dos hermanos, que tienen cierta experiencia escalando, sufren un duro drama familiar y se distancian. Tres años después se reencuentran en Pakistán, a los pies del K2. Pero todavía sin haber digerido que les ocurrió tres años antes, uno de ellos subirá a la cima, mientras que el otro se queda en el campamento base.
Esta es una película de acción y aventura, que busca explotar la taquilla y que sacrifica realidad y rigor por emoción y heroísmo.
Tenemos en la dirección a Martin Campbell que ya cuenta con varios éxitos en su haber, como son un par de películas de James Bond. En esta, no abandonará la acción más trepidante, te dejará casi sin respiración con las increíbles cosas que ves hacer a nuestros protagonistas. Y aunque no lo parezca, esa también llega a ser la parte negativa de la película, pues son personas, y tanta acción, tanto esfuerzo en cotas elevadas sin cansancio, tanta aventura y tanto vivir al límite te acaban por convencer que es todo una farsa. Simplemente no hay manera de creer lo que ven tus ojos. Lo que ocurre es que a la vez que el director aumenta la tensión, lo hace saltándose alguna ley, la principal, la ley de la gravedad, y la credibilidad en la película se desvanece.
El guión es fácilmente disfrutable, pero muy previsible. Desde que ves a los dos hermanos en el campamento base sabes que va a ocurrir. Hay demasiados tópicos circulando por el aire y aunque vemos elementos más que suficientes para impresionarnos, no te puedes creer cualquier cosa que ves en pantalla. Al menos si he encontrado dos cosas a favor de este guión, la primera es que estamos frente a una película de acción donde no se recurre al uso exagerado de armas, la segunda es que los propios hechos se enclavan en unos escenarios espléndidos.
Tenemos un grupo de actores que hacen lo que pueden, pues no hay espacio para lucirse, Chris O'Donnell obtiene los mejores momentos de pantalla y Scott Glenn brilla por si solo. Los demás actores hacen un trabajo correcto y poco más.
La película se disfruta más si te crees lo que ves, porque si te pones a analizar cada aspecto, cada decisión, pero sobre todo cada escena acabas hastiado de tan poco rigor.

Magnífico espectáculo de principio a fin. Descojonantes escenarios naturales. Trama aceptable y actuaciones correctas. Numerosas escenas de suspenso en alta montaña. Emotiva, con tintes políticos, familiares, empresariales y muchas escenas de montañismo.
A mi gusto, una de las mejores películas del subgénero. Por tal motivo llama mi atención la modesta valoración promedio que ha recibido. Tal vez muchos esperaban no sé qué...
La recomiendo calurosamente, aunque hayan pasado años desde su estreno.