Límite vertical

Un auténtico espectáculo visual en donde la naturaleza se erige como primer y último protagonista. Por eso suele ocurrir que aquellos hechos narrados en un entorno salvaje queden relegados en parte, y sólo en parte, a un segundo plano. Suele ocurrir también que estas historias dejen claras evidencias de la estupidez humana, o como en este caso, de su egolatría, lo que viene a ser prácticamente lo mismo. Y suele ocurrir también que pongan a prueba a sus protagonistas hasta conseguir heroicidades rayando con lo sobrehumano -aunque éste último aspecto suele sobrepasarse con creces-.
Si consiguen juntarse todos los condicionantes expuestos con más o menos cierto rigor entonces lo normal es que se logre trasladar al espectador toda la tensión y la angustia sufridos por los personajes, amparados por unos efectos visuales -y cuanto más brillantes sean éstos mejor- que metan en situación a unos y otros.
La pregunta es: ¿reúne “Límite vertical” toda esta serie de características sin que me arrepienta de haberla visto? La respuesta es, definitivamente, sí. Da toda una buena ración de drama, emoción, espectáculo y belleza. Todo en uno.

Estimulante película de acción que recuerda bastante a otros clásicos del cine de acción como “Licencia para matar” de Clint Eastwood o “Máximo riesgo” con Sylvester Stallone. Lo único que ocurre es que en esta ocasión no hay terroristas ni asesinos… se trata de un rescate en las montañas. Así Martin Campbell intenta acoplar la trama de acción con un drama familiar: dos hermanos que llevan mucho tiempo desunidos debido a un suceso traumático. La hermana sufre un accidente subiendo el Everest con una expedición patrocinada por un ricachón y su hermano va a rescatarla.
La película tiene una fotografía preciosa y algunas escenas realmente espectaculares y es bastante emocionante y un reparto eficiente encabezado por un bisoño Chris O´Donnell que estaba en la cresta de su popularidad (no resiste la más mínima comparación con Sly o Clint); secundado por Bill Paxton y un Scott Glenn con unos de esos looks que se pone vez en cuando y que le sientan para que lo maten. También sale una de esas las/guapas más televisivas, porque mira que Robin Tunney tiene una cara difícil pero atractiva.
Una película interesante, fácil de ver que se disfruta pero que tampoco es nada de otro mundo. Ideal para pasar un buen rato a media tarde aunque se le vaya un poco la mano con los dramas y las rencillas entre escaladores, con algunos papeles un poco sonrojantes.

Límite vertical es un más que decente filme de entretenimiento que mezcla la acción con el suspense y el drama psicológico. Peter Garret (Chris O'Donnell) es un fotógrafo deportivo que, junto a cinco personas más, emprende una misión para rescatar a su hermana Annie (Robin Tunney) y a su equipo que han tenido un accidente en el K-2 y han quedado atrapados.
El film está repleto de espectaculares momentos de acción. Al espectador no le cuesta suspender la credibilidad porque estas escenas están muy bien construidas y llenas de tensión. A medida que el filme avanza se van desvelando las motivaciones de los personajes (el trauma, la venganza, la superación personal, la fama...) como verdaderos conductores del suspense y el drama de la película.

A favor: Pese a lo estereotipado de su propuesta, el filme consigue mantener el interés y la intensidad hasta el final.

En contra: Algunos personajes se ven rebajados a la categoría de cliché.

Es curioso como a principios de los 2000 emergieron esas películas de acción algo tontas y exageradas que movieron mucho dinero e, incluso algunas, llegaron a tener secuelas o a ser franquicias ("Los ángeles de Charlie" o "Rápidos y furiosos"). Estas películas se caracterizan por ser bastante trilladas, muy entretenidas, estar llenas de escenas de suspenso, intentar ser emotivas o tomarse enserio pero rozar la auto-parodia, al mismo tiempo. No son películas que surgieron de la nada, las pelis de acción fueron mutando desde su nacimiento hasta la actualidad.

'Vertical limit' podría entrar en esa categoría susodicha, sin embargo, no neguemos que hay cosas en las que brinda calidad. Las escenas de acción son bastante efectivas, tensas y contienen efectos visuales que, si bien envejecieron mal, están bien y son funcionales para película. Campbell ha dirigido mucho de este estilo antes y en esta obra tuvo el desafío de montar bien las escenas para que sean comprensibles y, pese a que hay secuencias mejores que otras, hay algunas escenas geniales. Los fragmentos donde escalan funcionan bien en su estilo clásico de toma aérea.

El filme transmite el frío que se siente en la gélida montaña y el incremento de este con la altura; es a través de cosas como el sonido, la proliferación de blancos o la música de Newton Howard que podemos sentir la tensión del congelamiento y la hipotermia.

Por otro lado, nos reservamos la quisquillosidad para hablar del tono del filme: muy serio, pero evidentemente no circunspecto. En esta caso, la propuesta a veces nos lleva a 'Tomb raider' o 'Uncharted' y en otros momentos al cine de catástrofe, lo que se mantiene sin excepción es un estilo aparatoso y exagerado que busca el heroísmo, algo muy noble y aceptable, el problema es que este tipo de historias ya se vienen contando hace mucho, por lo que el ingenio no alcanzó. El hecho de que quieren jugar con la trama de Peter y la apertura de la película no tiene sostén si tenemos en cuenta que las únicas conversaciones que tiene éste con su hermana son vacías y acartonadas. El drama de esta historia que roza la épica es bastante descafeinado, no despierta demasiado emoción y es previsible. No se trata solo de que las actuaciones sean mediocres, sino que el guion es bastante simple y fútil.

De hecho, me puse a pensar que la segunda mitad me había gustado más que la primera y ciertamente descubrí que es porque hay menos bla bla y más pum pum; la historia empieza a parecer más refinada y vertiginosa cuando las escenas de acción más 'espectaculares' salen en pantalla, un hecho que explica el aumento de la 'suspensión de la incredulidad' que se percibe al borde del clímax. Un collar partido a la mitad volverá a ser uno cuando encaje con su par, no obstante, hasta que eso suceda, seguirá siendo eso: una mitad; lo mismo sentí con el guion: el objetivo de establecer los arcos de los personajes en el primer acto termina costando nuestra preocupación, ya que cuando llegamos al punto en el que se quiere reafirmar dichas tramas con un final digno ya nos perdieron. Hablando ahora de los actos en particular, el primer acto es bastante largo, se arrastra mucho y roba parte del tiempo que se podría haber usado para que la expedición de Peter y compañía fuera más vibrante.

No tengo nada personal con los actores y más teniendo en cuenta que las posibilidades que les da el guion son limitadas, sin embargo, salvo Paxton y Glenn en sus momentos más álgidos, el resto del rebaño tiene poco con lo que demostrar, son más estilo (cara bonita), que sustancia (emoción); el repertorio de este grupo se basa en gritos, gruñidos, gestos, risas, y rostros de preocupación demasiado fingidos.

El género de alpinismo es algo que sale con poca frecuencia en el cine, pero es digno de agradecer el trabajo energético y cargado de voltaje de Campbell, al que se le suma un ingrediente hollywoodense pero que era necesario: las explosiones.

6.2/10

Es el mejor calificativo que se le puede poner. Espectaculares algunas escenas y divertida en general la película. Los 5 primeros minutos son de lo mejor que he visto en el cine.
Como película le pondría un 3 porque está llena de los tópicos de siempre pero como diversión le pongo un 10+5, así que haciendo una media aritmética me sale 9.
Me parece de chiste que se le critique su falta de realismo, cuando quiero ver algo realista opto por al filo de lo imposible o national geografic, en una película sobre la montaña dame saltos imposibles, imágenes al límite, ventiscas con muy mala idea...