La puerta de la carne (Gate of Flesh)

Después de Branded to Kill sabía que me costaría ver algo mejor de Suzuki, y ha así ha sido. Película manifiesta y voluntariamente desagradable, gira alrededor de cuatro prostitutas, más la nueva, cuyo único objetivo es sobrevivir como sea, y cuyo código impide entregar el cuerpo sin cobrar. Violar esa regla conlleva la tortura y, quizá, la muerte. A este gallinero llega el gallo, un repugnante ex soldado reconvertido en asesino, ladrón, torturador, maltratador (otro superviviente), que encandila al personal y las trata como a perras. En el exterior, vemos los esfuerzos de un país vencido y humillado por los GI que pasean por las calles en sus jeeps e imponen la ley, salvo cuando los nativos se apalean o matan entre ellos: no es su problema. Hay un cura que acaba siendo víctima de sus propias debilidades, y un ambiente generalizado de oprobio y miseria. El macarra mofletudo, actor fetiche de Suzuki, pagará cara su chulería, y las putas seguirán luchando cada día por un plato de arroz. Una película desoladora y dura como un puñetazo.

Buena película japonesa, dirigida con mano firme por Seijun Suzuki, que bien podría considerarse, en cierta forma al menos, como precursora de la muy estimable "El seductor", de Don Siegel con el gran Clint Eastwood como protagonista.
De forma escalonada narra la historia de cinco prostitutas del Japón post II Guerra Mundial, con las grandes ciudades en proceso de reconstrucción bajo la tutela, amparo y vigilancia de las fuerzas estadounidenses.
Un grupo de mujeres, con sus férreas reglas, con sus códigos de honor propios, donde surge un hombre con gran personalidad, un prófugo buscado por grupos mafiosos japoneses y las tropas estadounidenses, que se erige como macho dominante de grupo, simplemente con su presencia ya que las ningunea sin piedad, siendo el objeto de deseo de todas ellas, sobre todo de la más joven, que había sido violada y que ahora ejerce la prostitución pero ansía el amor del hombre.
Con estupenda fotografía y estimables interpretaciones, "Gate of flesh" discurre por terrenos pasionales sin apenas diálogos, con las miradas de deseo como monedas de curso corriente que dirigen a sus personajes a su destino.

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Interesante por conocer todo o casi de Seijun Suzuki. La película intenta, en 1964, casi veinte años después de la guerra y cuando Japón estaba en pleno milagro económico, la miseria de la posguerra. Historia de cinco putas y un primario excombatiente, un actor mofletudo y con cara de buena gente, que aquí intenta parecer malote.
Todo muy exagerado, con un dramatismo convencional. Y en la escenografía, mucho cartón piedra-
No es, ni con mucho, lo mejor de Suzuki, aunque hay que reconocerle el valor de una puesta en escena, con un montón de desnudos, muy llamativa en su época.