El profesor de violín

Lo peor que puede tener una película lo tiene ésta: Aburre.
Aprovechando la línea que muestra la enseñanza de cualquier materia a gente joven y su influencia para salir del pozo en que las condiciones sociales los ha colocado, "El profesor de violín" se enfanga en un relato carente de todo interés.
Los dramas de los chavales, no interesan porque no llegamos a conocerlos, solamente los enuncia.
Las amenazas de los mafiosos dejan frío al espectador aunque haya tragedias de por medio; algo pasa para que sea así: están filmadas sin fuerza, anodinamente, con unos interpretes planos que no pueden sacar adelante un guión pobre, carente de intensidad dramática.
El aprendizaje musical es una muestra más de la falta de calidad de la película: no te explicas cómo y por qué aprenden.
La historia del profesor no sale de esa falta de calidad y de interés.
La muestra de la favela es meramente una continuidad de tomas sin ingenio, originalidad o compromiso social. Hasta en eso es un metraje vacío.
No vayas a verla, te vas a aburrir seguro; ni siquiera si lo que esperas es disfrutar de la música: escasa, a ráfagas y cortada cuando parece que puede tomar intensidad.

Este film cuenta con una historia interesante pero que por desgracia está bastante trillada. Una historia que tiene numerosos alicientes para entusiasmar, pero que debido a que es muy similar a otras que se han rodado; no deja espacio para la sorpresa y por consiguiente uno como espectador va siempre por delante de todo lo que va sucediendo, cayendo en un constante déjà vu.
Esta película brasileña nos presenta a un portento del violín que no pasa las pruebas para entrar en la filarmónica de Sao Paulo; y para conseguir algo de dinero empieza a trabajar en una favela con niños problemáticos que sienten cierta curiosidad por la música clásica. Profesor y alumnos tendrán relaciones enfrentadas con mezclas de deseos de nuevas confianzas, en un lugar donde las segundas oportunidades no existen; y donde morir de un tiro es algo bastante común entre las calles cargadas de pobreza.
Como decía, la película resulta interesante porque en mi caso tengo que reconocer que me gustan mucho este tipo de historias donde siempre hay lugar para la esperanza y la superación dentro de barrios excesivamente humildes. Historias que nos presentan a personajes con grandes dificultades para poder salir de ese lugar con pocas probabilidades de prosperar, y en las que nadie quiere perder un poco de su tiempo para ayudar a estos jóvenes que solo buscan una oportunidad.
El problema en este caso es que el desarrollo de la trama no consigue ser original. Recuerda a muchas películas muy similares, haciendo que en todo momento uno tenga la sensación de haber visto el film en otras ocasiones; y por consiguiente dando un resultado de poca sorpresa.
Aun así, es interesante de ver para disfrutar con una trama donde entre las favelas, la droga y los disparos hay espacio para piezas de música clásica. Las notas de Mozat, Vivaldi, Bach, Pachelbel o Beethoven se introducen entre las calles inundando a unos jóvenes que poco a poco encuentran en sus instrumentos un reducto para poder salir de una realidad nada segura.
Sérgio Machado toma un tema que suele funcionar bien y que en este caso entretiene y distrae, haciendo que uno pase un rato agradable. El problema, es que no llega a crear una variante de la trama que la haga suya, y por consiguiente cuente con cierta originalidad.
Interpretativamente la película funciona en general bien. Lázaro Ramos realiza un trabajo bueno haciendo que su personaje convenza. Con respecto a los adolescentes debo de reconocer que hay de todo. Es cierto que en general realizan actuaciones interesantes, pero hay algún que otro actor que resulta un poco sobreactuado haciendo que chirríe un poco.
En fin, "El profesor de violín" es una película que nos presenta una historia que lanza el mensaje de que en cualquier lugar puede encontrarse talento. Solo hay que dar una oportunidad a ese grupo de personas y ofrecer los instrumentos adecuados para poder encontrar una vía de escape, y así poder conseguir salir de un agujero donde lo único que se puede encontrar es pobreza y muerte.

La historia transita por caminos ya muy trillados y como se ha escrito Sergio Machado intenta no subrayarlos en demasía amortiguando el efecto, pero la cosa sigue siendo previsible. Tanto la situación personal del maestro como la social en las favelas han sido ampliamente y mejor desarrolladas en otros films de profesores con alumnos conflictivos o de la propia realidad de esos guetos de miseria que se extienden en las colinas de las grandes ciudades brasileñas como algo endémico en un país con grandes recursos cuyos gobiernos dan pocas soluciones. Machado dirige con corrección aprovechando la dualidad de espacios que marcan de forma brutal y vergonzosa la linea entre la vida y la muerte.