Transformers: La película

Parecía que los malvados Decepticons se habían rendido y reinaba la paz en esa galaxia donde las máquinas hablan y sienten y luchan sin cesar...¡pero no!
En esta estrafalaria aventura nuevos peligros asoman, los viejos enemigos se fortalecen, hay que resistir y todos ser uno contra el Mal.

Pero cuando el liderazgo es tomado por un gigante corporativo impersonal desprovisto de sentimientos las consecuencias son terribles. En esta propuesta cinematográfica que apareció entre la 2.ª y la 3.ª temporada de la popular serie de "mechas" vivos del planeta Cybertron que había capturado el corazón de tantos niños y preadolescentes, aparece un villano inventado para la ocasión llamado Unicron, especie de ser mecánico con forma de planeta que todo lo devora y destruye a su paso; pues vendría a ser el más fiel reflejo de la compañía fundacional Hasbro, quienes decidieron hacer una película para, ni cortos ni perezosos, acabar con casi todos los personajes/juguetes ya conocidos e incluir una nueva línea.
Ésta iría a ocupar la siguiente temporada, que se realizaba mientras tanto. A partir de tal atroz estrategia de marketing, el guionista Ron Friedman y el director Neung-Kyun Shin, de la serie, no podían sino expresar su descontento por tales decisiones, sin embargo la producción es compensada con un presupuesto altísimo, mucha más libertad creativa y un reparto de dobladores estelar; el resultado desagrada y sorprende. Es, desde luego, una brecha alternativa y extraña en el universo Transformer, y que inicia el ya mencionado nuevo Unicron, con la voz de Orson Welles (en el último papel de su vida, nada menos).

El primer gran error para un producto que siempre estuvo destinado a público infantil es una genialidad que acerca ésta a las demás obras de animación japonesas de acción y ciencia-ficción del momento para un público más adolescente/adulto: el considerable aumento de violencia despiadada del que se hace gala. El maldito planeta, combinación de La Estrella de la Muerte, Galactus y Genma, engulle, literalmente, otro planeta de robots, diseccionando a sus habitantes y desintegrándolos con sus "jugos gástricos". Estremecedor prólogo que continúa en una primera parte que es un todo un colorido festival de acción desenfrenada, explosiones, peleas cuerpo a cuerpo entre robots enormes y diálogos absurdos o estereotipadamente heroicos.
Shin nos vuela la cabeza aquí y allá en el Espacio y en terreno terrestre y pone las emociones a flor de piel dejando a los grandes protagonistas, Optimus Prime y Megatron, haciéndose papilla los circuitos. Así llega el segundo gran error: matar al primero...¡no sabían los productores donde se metían!; los niños lloraban, las familias abandonaban los cines, ¿a quién se le ocurre acabar con la estrella icónica de los Autobots nada más empezar la trama? Pues desde aquí se fragua ésta, con Optimus feneciendo y otorgando la responsabilidad de la Matriz a un subordinado, la cual codicia el malvado Unicron, quien utilizará de marioneta al moribundo Megatron.

Son tremendos los conceptos que acumula esta película en su mezcla atolondrada de ficción, fantasía y acción "space opera": muerte, esperanza, lealtad, ambición, corrupción, crueldad, espíritu de equipo, humanidad, amistad. En cuestión de personajes nuevos conocemos al hijo de Spike Witwicky, Daniel, aparece Hot Rod, que hereda la Matriz, el veterano Kup o la robot femenina Arcee, y no faltan los simpáticos dinobots, claro, pero donde mejor luce la magia de los creadores es durante ese "impasse" en que la facción de Autobots se separa en pequeños grupos tras el gran ataque y terminan en lugares diferentes.
No es una jugada maestra narrativa, sino creativa, independientemente de lo innecesaria y gratuita que resulta. La expresión visual es aquí muy importante, la capacidad de abordar los límites de nuestra imaginación con la creación de mundos y criaturas imposibles, salidos de entre las pesadillas de Lovecraft y Burroughs; el planeta compuesto de chatarra, el de los terroríficos alienígenas Quintessons y sus tiburones robóticos o el mundo acuático de peces-máquina. Un alucinógeno, en parte grotesco y violento, derroche de color y surrealismo en el diseño artístico y la animación que merece su reconocimiento.

En la posterior reunión de Autobots y la nueva batalla contra Unicron y los Decepticons destaca sobre todo la manera de concebir esta planeta-"mecha" por dentro y cómo los héroes se introducen en él para hacerse con la matriz. Pero en general en el guión de Friedman hay poco tiempo para detenerse y pensar; los profundos temas que apelan a nuestra reflexión van surgiendo en cada situación y misión mientras la acción se desenvuelve infatigable.
Aderezada de una estimulante banda sonora de "hard 'n' heavy" llena de temas inolvidables, lo que queda es una gran aventura, con ese sello entrañable, infantil y encantador que tenía la serie (si bien el tono se oscurece hasta límites nada infantiles). Recuperando nuestros amigos de nuevo el control de Cybertron para la 3.ª temporada, la película, hoy con su merecido estatus de culto, es sin embargo una decepción en la época y Hasbro se retractaría de su despiadada maniobra comercial trayendo de vuelta a muchos de los personajes que habían decidido quitarse de enmedio.

¡Incluido, cómo no, al legendario Optimus Prime!

Película más rara, surrealista y emparanoiante que haya visto, por Dios. Me pareció un tostonazo, pero no la he puntuado más severamente porque me encanta la psicodelia, y TRANSFORMERS tiene y en dosis que asustarían hasta al más hippy.
Filme únicamente recomendable si se ve solo, con otras distracciones a mano y en aceptable estado de forma. Lo digo porque si se la pones a alguien, quien sea, te va a pedir que la quites; si no tienes otras cosas que hacer mientras la ves, te puedes "rayar" bastante al dedicarle toda tu concentración; y si estás anímicamente flojo, te va a hundir más en las tinieblas, porque otra cosa que tiene esta cinta es que es muy oscura. En absoluto para niños, ¿eh?
Si alguna vez quisiera volver completamente chalado a alguien, le coloco el aparato de los ojos de LA NARANJA MECáNICA y le paso una y otra vez este extrañísimo producto.