Asesino implacable

La historia resulta demasiado errante, como si en ningún momento quisiera meterse en materia. Buena parte del metraje uno tiene la sensación de que, por alguna extraña razón, el director desea mantener alejada la trama del espectador. Este recurso suele ser muy efectivo cuando las piezas empiezan a encajar en el momento oportuno. Desgraciadamente en “Asesino Implacable” la historia se empieza a perfilar demasiado tarde. Cuando todo comienza a despejarse uno ya está demasiado desvinculado como para que le importe. Todo tiene su momento, un poco antes y se pierde la chispa... un poco más tarde y ya nadie está interesado en lo que le estás contando.

Además del mal manejo de los tiempos, “Asesino Implacable” cae en el error de soportar la mayor parte del peso de la trama en una multitud de nombres. Nombres cuyos rostros apenas han aparecido en pantalla. Digamos que hay un desequilibrio entre la importancia de los personajes y los minutos que un espectador medio tiene retener sus rasgos de un modo natural con objeto de , ser capaz de identificarlos cuando se habla de ellos. Muchos nombres, muchos apellidos y poco tiempo como para que se produzca una relación “cara-nombre”.

El resultado... una película, que en la actualidad, resulta prescindible al 100%.

No me ha convencido Michael Caine, ni la historia de los bajos fondos de Inglaterra, ni los gángsters de bajo nivel que le plantan cara al vengador. La ira desbordada del protagonista asesino merecía algo más que ese rostro impenetrable, como no sé muy bien quién apuntaba con gran acierto respecto a las venganzas, se trata de un acto que merece la mayor de las explosiones de energía, y este hecho, trasladado a la pantalla, debería ser preciso y detallado al máximo. De la unión de Caine, un título tan sugestivo como "Asesino implacable" y el conocimiento previo de que se trata de una venganza me esperaba más. Por lo que leo muchos estamos de acuerdo en que hay demasiados nombres, innecesarios, hablar en una misma escena no de una, sino varias terceras personas cuyas caras apenas conocemos, es sencillamente un error de principiante.

Porque no debería ser una historia confusa y lo es, está clarísimo quién es el vengador, el vengado, y el objeto de la venganza, pero Hodges (alguien tiene que llevarse la culpa) cae en errores que hacen que no acabe de arrancar. Yo lamento mucho decirlo así, pero hay una muerte en concreto, la de uno de los malos a cuchillazos, que la podría haber filmado mejor cualquiera sin conocimientos de cine. Es una escena de pañolada, después de eso ya no hay quien se anime, el asesinado a medio metro del agresor, sin oponer resistencia ante una navajita que ni se veía, podría ser la de un multiusos.

Bien, el final, (spoiler, esto sí) no negaré que es más que aceptable, pero en realidad no pega con todo lo que queda detrás...

Película inglesa y no por ello mala, pero mala al fin y al cabo, o más que mala, cutre, si es que no necesariamente son sinónimos en este caso, que yo creo que sí.
Mike Hodges nos invita, no sin cierta pereza, a sumergirnos en un ambiente esencialmente londinense de los 70, mugre, garajes, casas bajas de ladrillos rojos, chimeneas estilo Sheffield, cervecerías... que junto con la actuación de Michael Caine es lo único salvable.
El argumento es malo de solemnidad, confuso, poco definido y donde el "pegamento" de la trama está basado en la casualidad más que en la lógica. Un argumento pobre trufado de personajes vacíos, inconexos unos de otros.
Leo de la crítica del experto que las imágenes de este plato precocinado cinematográfico son sorprendentes y por ello el amalgama resulta brillante. Para mí el trabajo de cámara es malo porque todo se reduce a encadenar planos raros e inusuales sin aportar información o expresividad a los actores o a la trama. Por ejemplo, durante la escena de la partida de póker se sitúa la cámara a escasos centímetros del rostro barbudo del mafioso, sacando un primer plano mientras se supone que todo continúa a su alrededor, ¿Cuál es el fin del primer plano sostenido? A lo largo del film, la cámara se posiciona en insospechados lugares sin aparente explicación o finalidad, lo que crea una fotografía gratuitamente absurda. ¿Y si se hubiera colocado la cámara dentro de una olla express para que cuando Caine la abriera sacáramos un contrapicado de su cara y de parte de los tallarines?

"Han cantado bingo con el veinticinco" que se oye en un segundo plano, como quien no quiere la cosa, es algo destacable en el guión...

Gracias a ti, Stallone, conozco esta estupenda película sobre los barrios bajos londinenses. La ambientación, los personajes, la historia, todo es cojonudo, pero el gran mérito de la cinta es el Sr. Caine, el puto amo de los matones de la mafia en las islas.

Carter es el Harry el Sucio del otro lado de la ley, elegante, duro y cínico. Lo mismo se tira a la mujer de su jefe que le mete una bala en la tripa a un tio que le implora piedad. Y todo para vengar a un hermano al que en realidad tampoco apreciaba demasiado.

Dos cojones, Carter !

Impecable la actuación de Michael Caine en esta cinta que no deja respiro. Aunque parece ser que al principio pasó un tanto desapercibida, al menos en Estados Unidos, hoy es un título de referencia en cuanto al cine de gansters.

Demuestra que no hace falta mostrar escenas truculentas ni sanguinolientas para expresar toda la violencia y sed de venganza del protagonista, que va eliminando uno a uno a los componentes de la banda que ha asesinado a su hermano.

La única pega es que Britt Ekland, que entonces estaba en pleno apogeo, aparece muy poco.