El desierto de los tártaros

El desierto de Zurlini colma todas las expectativas en lo que se refiere a una adapatación literaria. Con creces, por cuanto la novela de Buzzati no es un texto narrable en el sentido neto del término; el film consigue un vuelo metafórico admirable.
El desierto como metáfora de la espera y la infinita postergación queda definitivamente representado en las metafísicas imágenes del film.

Increible viaje a lo más profundo de nuestro ser.
"El desierto de los tártaros" es una película que desprende poesía en todas sus escenas a ritmo casi hipnótico, con una maestría especial por parte de Zurlini.
El desierto solítario en el que todos nos encontramos, a la espera de nuestros enemigos que sabemos con seguridad de que en algún momento llegarán, aunque no les pongamos cara y pensemos que son casi imaginarios, mientras convivimos con nuestros enemigos internos día a día.
La eterna lucha del hombre que lucha por nada, que defiende cosas que no ama, pero que finalmente queda atrapado entre la tela de araña que rodea a lo cotidiano y lo deja prisionero hasta el final de sus días.
Y nadie como Morricone como para canilizar todos estos sentimientos para plasmarlos en la maravillosa banda sonora que se adentra como un cuchillo hasta lo más profundo de tu consciencia.
Maravilla meditativa.

¿Qué es una obra maestra?
Por más que miro y pienso, no consigo dilucidar...¿obra maestra? ¿Una obra que 'enseña'? ¿La obra de un 'maestro'? ¿Y maestro de qué? ¿Y a qué tipo de maestría corresponde esta 'obra'?
Frases que se dicen al aire, porque alguien antes las dijo...convenciones del lenguaje que erosionan nuestra libertad perceptiva...
¡Obra maestra!
Para empezar...una obra maestra debería ser aquella de la que nada pueda decirse....un cuadro vacío....una película a ciegas...una música de puros silencios....
Todo lo demás son aproximaciones...
Aproximaciones de un ejército tártaro fantasma a una fortaleza hecha de papeles arrugados, de fantasías heroicas, de represiones ancestrales, de falsos silencios...

Más allá del reparto envidiable de actores, y de su excelente banda sonora (Morricone), esta es quizás una de las mejores adaptaciones literarias del cine. A pesar de su extensión, esta película refleja conmovedoramente la soledad del hombre y su imposible en el mundo. Digna de ver y revisar varias veces, como una lección de humanidad nunca aprendida.

El espacio vacío, el espacio del desierto, que es el espacio del espejismo, que es el espacio sin tiempo, o donde el tiempo se congela, o se hace transparente.

El espacio de lo fantástico, que no es lo fantasioso, sino lo elegante que perdura en su vastedad sin contornos, sin flaquezas, sin rebelión, con melancolía, pura y dura melancolía en el espacio transparente.

Esta película de Zurlini canta a la distancia, a la expansión de los horizontes dentro del cerebro del hombre. Los hombre son disparados fuera de sí mismos merced a esa distancia mal digerida.