Haz click aquí para copiar la URL

Últimos días en La Habana

Drama Centro Habana, el corazón de La Habana de hoy. Miguel sueña con huir a Nueva York, a la espera de un visado que no llega. Diego sueña con vivir. Postrado por el SIDA, libera toda su energía desde el camastro del solar en que vive. Una galería de sugestivos personajes rodea a la pareja de amigos. Cuando por sorpresa llega el visado, el destino colocará a todos ante una inusitada decisión. (FILMAFFINITY)
<< 1 2
Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
28 de mayo de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
El realizador cubano Fernando Pérez, director de, entre otras películas, ‘Suite Habana’ y ‘La vida es silbar’, presenta ahora un relato que aborda la amistad de dos hombres que son las dos caras de una misma moneda, en un filme que contiene más de una referencia al emblemático film de 1993 ‘Fresa y chocolate’, dirigido por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío.

Los amigos son Miguel, un hombre que es lavaplatos y vive esperando un visado que le permita abandonar la isla con rumbo a Nueva York, parco como es y poco amistoso, dedica el resto de su tiempo a tratar de aprender inglés y cuidar de su amigo, Diego.

Diego, por el contrario, ha vivido a tope y ahora pasa sus días postrado en una cama, afectado por el SIDA y esperando el final de sus días, con la compañía silenciosa de Miguel, mientras algunos personajes aparecen por su casa, cambiando el panorama de esos últimos días.

Pérez consigue un retrato lúcido del centro de la Habana, con sus personajes pintorescos y sus casas derruidas y diálogos jocosos, centrándose en su primera parte en mostrar la relación de estos dos amigos que esperan pacientes ese día que cambie su estado actual.

La pequeña casa que cohabitan se convierte en un microcosmos símil a la isla, unos quieren huir, otros buscan disfrutar lo que quede de vida, algunos más esperan obtener algún beneficio rememorando viejos tiempos, pero hay también algunas nuevas miradas.

Un relato que sintetiza de manera divertida y emotiva la historia reciente de un país que está ante un inevitable cambio, a través de una mirada sentida y cercana a una muy particular y extraña amistad que revela el sentir de todo un pueblo.

http://tantocine.com/ultimos-dias-en-la-habana-de-fernando-perez/
Quique Mex
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de abril de 2018
Sé el primero en valorar esta crítica
Película que nos introduce abruptamente en el mismo corazón habanero, en una realidad tremenda, con un discurso en que la decadencia de las edificaciones se mezcla con la terrible realidad de unos seres condenados a la espera uno y a la muerte el otro. Este panorama sólo lo salva la amistad y la solidaridad de los personajes, individuos que carecen el uno de salud y el otro de ilusiones.
Fernando Pérez Valdés es uno de los mejores cineastas cubanos, que anda en el oficio desde que en 1975 debutara como documentalista. Valdés ha logrado dar a luz con esta vital y palpitante cinta, una historia sobre la amistad que esconde entre la diversidad de imágenes (oscuras, coloridas, sociales o desesperanzadas), muchas incógnitas narrativas. Todo ello, sorteando seguramente las dificultades de la censura local.
El guion del propio Fernando Pérez junto a Abel Rodríguez es un libreto sólido y bien escrito, que habla tanto del afán de huida como del abandono. El significado de estos términos, huida y abandono es el nexo que une a los dos personajes principales.
Tiene la película una variada música que alterna lo clásico (p.e. Händel o Beethoven), con música actual de Pablo Milanés y otras canciones populares, la mayoría adecuadas y además, diversas. Excelente la fotografía de Raúl Pérez Urea que capta imágenes reales de una ciudad plagada de infinitas pequeñas historias. Y exteriores y puesta en escena buenas, con el sabor ocre muy a tono de los lugares escogidos.
El reparto es excelente, sobre todo en lo que a las dos figuras principales. Jorge Martínez muy bien en su papel vitalista, y muy bueno Patricio Wood, conteniendo su personaje en el punto exacto; interpretaciones naturales y cargadas de chispa. Es una revelación y está igualmente excelente y conmovedora la joven de 15 años Gabriela Ramos que destaca como actriz de reparto y que lo hace todo bien, incluso cuando canta.
Hay dos ideas que mi libre asociación me ha traído con relación a esta obra de Pérez. La primera es que los personajes tienen palmarias equivalencias con otra película cubana que vi hace añares, y de la que incluso podría interpretarse ésta como una especie de continuación. Me refiero a Fresa y chocolate, la famosa película de Juan Carlos Tabío y Tomás Gutiérrez Alea, de 1993, en la que se cuenta la amistad entre un convencido comunista y un artista homosexual (en 1994 nominada al Oscar y Premio Goya a la mejor película extranjera de habla hispana). La segunda idea me ha venido a propósito de esa espera-desesperante e incluso absurda de Miguel, con relación a la llegada del visado para entrar en Norteamérica, visado que nunca viene. Esto me ha recordado a dos grandes de la Literatura universal. Por un lado a
ese gran austriaco y Premio Nobel de Literatura que fue Samuel Beckett (1906-1989), un dramaturgo minimalista de quien en su día vi una obra que me entusiasmó, pese a ser un drama en el que no ocurre nada: “Esperando a Godot”. La segunda obra literaria es de otro Nobel, una conocida novela (corta) de Gabriel García Márquez (1927-2014) de título: “El coronel no tiene quien le escriba” (el autor colombiano llegó a considerarla su mejor novela), que viene a contar igualmente cómo, durante 15 años, el coronel (protagonista) espera una pensión dineraria de militar que nunca llega.
Una película que deja ver a través de las rendijas aún tenues de libertad, que hace resonar el “tam-tam” del humor enarbolando el buen gusto y un cierto lirismo en la médula de la más precisa cotidianeidad. Film hecho, pues, con inteligencia.
La película, en fin, es sobrada para hacer reflexiones. Apunto algunas a modo de reflexiones finales. De una parte creo en la certeza de que las personas tenemos la ineludible necesidad e incluso la obligación de agarrar la vida por los cuernos, ser valientes e ir tras las metas que cada cual tenga, ir en pos de nuestros anhelos. Algo que nadie ni nada nos debe impedir. También he recordado esa figura literaria que en la en la literatura medieval se denominaba ubi sunt, que resalta la fugacidad de la vida, la intrascendencia de las cosas de este mundo, o el poder igualitario de la muerte. Como también, pienso, hay que tener presente el tópico “carpe diem”, que nos previene de que si no vivimos algunas ocasiones únicas que se nos presentan, luego ya no podremos recuperar el momento perdido.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de abril de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
Tremenda película, un docudrama de muchos aspectos de la vida de la Cuba alrededor de 2017, es decir, muy actual.

Varios temas troncales, el principal es la amistad entre dos compañeros de escuela llegados a sus cuarenta, en circunstancias vitales bien diferentes pero que todavía los mantiene unidos en su convivencia; ( el argumento ya viene suficientemente explicado en el resumen dado en la pagina web.)

Me ha impresionado favorablemente la sinceridad del director, mostrando la realidad social de Cuba: las grabaciones hechas en las calles centrales de Habana son un retrato vívido de cómo es la vida real de sus gentes en esas áreas. En breve, una vida algo dura, con pocas comodidades habitacionales.

El elenco de actores está "presidido" por Jorge Hernandez, con una interpretación respetuosísima de un enfermo terminal de sida. Sus variados registros permiten pasar de la seriedad a la hilaridad. en pocos segundos. El papel desarrollado por el otro actor protagonista, Patricio Wood, se encuentra en el otro extremo; se constituye en una esfinge, hierática, aunque con suaves matices, pestañeos, que permiten inferir su grado de amistad en esos momentos tan especiales de la vida de ellos dos.

La decisión del viaje y decisión migratoria de uno de los amigos al país del "norte", ni se discute ni se comenta. La situación política de Cuba ni se atisba; tan sólo algunos comentarios como pasando por encima.

El blanco y negro utilizado ayuda a empatizar con el hilo del argumento de la historia que se vive, el cual por cierto no permite especiales alegrías...

En suma, el visionado de la película ha constituído una agradable sorpresa, de hecho un inmerecido premio a mi ignorancia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vanyehao
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Twenty-One
    1991
    Don Boyd
    arrow