Más extraño que la ficción

La creatividad de la persona que ha elaborado el guión es manifiesta. Su originalidad es distinguida y muy notable. El profundo conocimiento de la filosofía que hay detrás del guión es notable también, es como la teoría del caos, tiene que suceder algo fuera de la ley para que pueda suceder el romance. El reparto es magnífico, grandes actores ya actrices. Guión fantástico. Buena dirección.

Muchos son los actores cómicos que triunfan en la pantalla grande con comedias, y que deciden probar suerte en el género dramático. A Tom Hanks ese cambio le sirvió para ganar dos Oscar consecutivos -Philadelphia, Forrest Gump-, a Jim Carrey para ganar dos Globos de Oro -El Show de Truman, Man on the Moon-, otros no han recibido premios pero han hecho un trabajo notable, tal es el caso de Will Ferrell, quien entre medio de sus descerebradas producciones de humor se atreve con temas más dramáticos en películas como Melinda y Melinda -de Woody Allen-, Everything Must Go y Más Extraño que la Ficción.

Esta última está dirigida por el casi siempre interesante Marc Forster, realizador de Monster's Ball, Tránsito, Descubriendo Nunca Jamás, Guerra Mundial Z, y también de la terrible Quantum of Solace. Aquí puso en imagen un guión de Zach Helm, y contó con un gran reparto: el citado Ferrell, Dustin Hoffman, Emma Thompson, Maggie Gyllenhaal, Queen Latifah, Tony Hale y breves apariciones de Tom Hulce (Amadeus) y Linda Hunt (El Año que Vivimos Peligrosamente, por la que ganó un Oscar).

Harold Crick (Ferrell) es un maniático inspector de Hacienda que descubre que su vida está siendo escrita en un libro, pues escucha la voz en off de la escritora narrando todo lo que le pasa o piensa. Al principio una psiquiatra le diagnostica esquizofrenia, después recurre a un experto en literatura (Hoffman) con el que descubre que es un personaje de ficción que forma parte del último libro escrito por Karen Eiffel (Thompson), una escritora que tiene la costumbre de matar a los héroes de sus escritos.

La idea de Más Extraño que la Ficción parece salida de la imaginación del guionista Charlie Kaufman, capaz de escribir idas de olla como Adaptation (El Ladrón de Orquídeas), Cómo Ser John Malkovich y Olvídate de Mí. La puesta en escena de Marc Forster al principio de mueve en ese camino de tratar de sorprender al espectador con planos imposibles -desde el interior de una boca por ejemplo-, o con gráficos en pantalla que sirven para conocer las peculiaridades de su protagonista -contar los pasos que da, la manera de cepillarse los dientes...-.

Bien es cierto que pese a que el interés no decae, pronto Más Extraño que la Ficción coge derroteros procedentes del cine más comercial, y la dirección tira por un tratamiento narrativo más clásico, sin tanta floritura visual. Entra un juego la historia de amor -con la Gyllenhaal-, algún momento que busca la sonrisa, y un final manipulador que trata de sacar la lagrimilla. Además un mensaje que es un canto a la vida -o a lo que quede de ella- que siempre cala en el espectador. Es El Show de Truman versión Will Ferrell, cambiando la TV por los libros.

Podría parecer que todo lo expuesto arriba no me ha gustado, al contrario, la historia de amor -por improbable que es- tiene encanto, la película siempre es divertida, es lacrimógena pero no empalaga, y su mensaje es bastante bonito. Buena historia, bien contada, con actores que están sublimes -Ferrell, Hoffman, Thompson- y con escenas a recordar a tutiplén -Harold Crick tocando la guitarra, su encuentro con la escritora, el montaje final-.

Ante todo, coincido con Ernesto en el hecho de que, últimamente, proliferan películas que presentan la lógica de una forma abigarrada y controvertida, pero no exenta de matices sustanciales. Resulta extraño (ya en sí mismo) ver a Will Ferrell en un rol impropio e inusual para él, sumergiéndose en ese océano de la realidad, cuyas olas se ven envueltas en un devenir de minutos, días, horas, meses y años. Tanto la "narradora" como el "narrado" al final actúan con bonhomía, lo cual deriva en un final más previsible y menos atípico de lo esperado y lo trazado e imaginado por lo ficticio.

Es una película vitalista que incide, a pesar de que en apariencia resulte absurdo, en lo ficticio de todo ese devenir y en los valores que son realmente importantes. Así lo esboza el personaje representado por Dustin Hoffman, invitando al "narrado" a vivir como realmente desea y recordándole que la muerte llama tarde o temprano a cada puerta.

El intento de exponer el misterio de la creación ficticia se ha expuesto de múltiples maneras y esta, en la película, Stranger than Fiction, se suma a una larga lista de obras que juegan con el fenómeno. El personaje percibe que no es un ser dotado de autonomía sino un ser arrojado a la vida por medio de alguien que diseña hasta su foma de reír y de cepillarse los dientes. Aquí el juego tiene un momento álgido en la aparición del teórico literario interpretado por Dustin Hoffman. Con él nos adentramos un poco más en la idea de qué entidades literarias podemos ser, en qué parte de la Historia habitamos y cuáles son los pormenores hasta de nuestra vida sexual. Creo que este personaje fue muy bien planteado aunque pierde mucha fuerza hacia el final de la película.
Por su parte, el encanto del filme radica en la relación autor y personaje que logran, respectivamente, Emma Thompson (como la novelista) y Will Ferrell (como el personaje). La película se va ajustando al tono de una comedia ligera y gradualmente avanza hacia el tono de un gran drama, casi la misma intensidad dramática del final de la novela Niebla, de Miguel de Unamuno.

Gracias a Netflix he visto esta peli de 2006, así que aunque las críticas son cercanas a esa época, me apetece contar alguna impresión de mi visionado.

Me ha gustado. Me ha traído recuerdos de El Show de Truman. Va por ahí la cosa, pero en vez de tele, en plan literario.

Me han gustado los actores, Will (que difícil esa cara de abobado) Dustin (que difícil parecer tan sabio sin dejar de beber y comer) Emma (que difícil ser tan buena actriz como Emma)

No me gustó Maggie, quizás no me refiero a ella si no a su personaje esteriotipado y sobreactuado.

Es una fábula y como fábula hay que tomarlo pero te metes dentro y la disfrutas y se te olvida que es ciencia ficción.

Calificó con un 7