Jersey Boys

Otro bulto más en el sobadísimo saco de los biopics musicales , la previsible magnificación del legado musical del homenajeado en cuestión y la misma puesta en escena preciosista y vintage de los últimos trabajos de Scorsese , Spielberg o el propio Eastwood ... pero al final una misma historia rutinaria vista mil veces .
La culpa tampoco es de Clint , es que las pelis biográficas suelen ser así .

Eastwood no hace un musical, simplemente utiliza las canciones del grupo como hilo conductor para contarnos una historia, una historia mil veces vista, chicos de barrio marginal, ascensión y caída, lo dicho, mil veces visto, tiene mucho que contar y por eso va a toda velocidad, a veces se atropella, otras veces es una de gánsteres al estilo "uno de los nuestros", otras, la mayoría, es un biopic bastante aburrido en donde no pasa nada y casi ni nos interesa lo que nos cuenta, otras, es un drama simplón, todo trufado de canciones, lo mete en una cazuela y lo pone a hervir a fuego lento. Lo bueno es que una floja película de Eastwood es muchísimo mejor que la mayoría de lo que se estrena últimamente, por fin una película sin súper héroes, una película que no sea una secuela, una precuela o cualquier cosa que acabe en " cuela", por favor señor Clint, no se muera nunca y todos los años regalenos algo de su talento en forma de filme, aunque sea algo floja como ésta.
Por cierto, también hay algo de musical, los títulos de crédito del final, merece la pena verlos, muy bueno, lástima que el musical dure solo eso.

La nueva película de Clint Eastwood, ese prolífico y venerado cineasta y actor de 84 años, adapta el exitoso musical de Broadway ganador de un premio Tony. El Sr. Eastwood no es nuevo en esto del musical, ya lo tocó en Bird, un biopic sobre el mítico y autodestructivo saxofonista Charlie Parker en el que nos dejó constancia de su pasíon por el jazz.

En primer lugar debo dejar claro que no me interesa lo más mínimo la historia de este icónico cuarteto musical de New Jersey, y menos como lo narra Eastwood. Un musical apagado con agujeros dramáticos y altibajos llamativos en la narración. Jersey Boys entretiene pero no apasiona, como cualquier musical debería de hacer. El director hereda el estilo de Goodfellas de Scorsese, y entre canción y canción pone el piloto automático y se limita a narrar la vida del grupo, sobre todo de su líder Frankie Valli. Chanchullos con la mafia, las desigualdades sociales, el poder autodestructivo de la fama y los problemas internos de la banda y la vida familiar de los miembros integrantes se dan lugar en este musical biográfico que no pasa de correcto en todos los aspectos.

En definitiva, Jersey Boys es un film menor del director que nos deja con cierta nostalgia del Eastwood de Mystic River, Million Dollar Baby o Sin perdón.

Cuando los abuelos de Justin Bieber y Pablo Alborán eran unos chavalines, los artistas musicales tenían que dejarse los nudillos llamando de puerta en puerta para que alguien se dignara a escuchar su demo.

Los nuevos cantantes saben que Internet es el altavoz más potente. Pero antes, justo antes de ‘Los Beatles’, triunfaron ‘The Four Seasons’, una banda de los años 60 formada por cuatro chicos de barrio. Para los espectadores que han vivido mayormente en la era digital, la película ‘Jersey Boys’, puede resultar en ocasiones fascinante. El talento, la casualidad y el esfuerzo se unen de forma casi mágica para que la carrera de estos jóvenes salga a flote.

Pero este musical biográfico, versionado y dirigido por Clint Eastwood, pierde el ritmo a penas se dan los primeros compases. Hay pocos elementos que mantengan el interés por continuar viendo esta película de dos horas y quince minutos. Y llegado el final, creo que el espectador hubiera preferido arrancarse los ojos a tiempo antes de presenciar un prólogo con exceso de látex facial. La música, el continuo afán de supervivencia de la propia banda, hace que la película avance siempre con el agua al cuello, esperando remontar en la próxima brazada. Pero no termina de fluir. Esto hace que no haya drama en los momentos en los que debería haber drama, ni tensión alguna cuando todo está a punto de desmoronarse.

El actor Christopher Walken (‘Sleepy Hollow’, ‘Pulp Fiction’) interpreta el papel de Gyp DeCarlo, el padrino mafiosillo que apuesta por el grupo. Sus apariciones hacen que la trama se ponga interesante, o al menos, que el espectador preste atención. Resulta llamativo también el personaje de Bob Gaudio, el compositor del grupo, quien aprovechaba cualquier anécdota como inspiración para crear sus canciones. Así, puede verse en la película cómo algunos de los grandes éxitos surgieron de una simple frase, o de situaciones absurdas.

Los chicos de Jersey romperán la cuarta pared para dirigirse al espectador en numerosas ocasiones, y narrar así su propia historia. Un recurso muy fresco que causa reclamo, pero que perderá su efecto por exceso y rematará la película dejando una sensación de empacho.

lauracarneros.wordpress.com

Jersey Boys es, a todas luces, una película tibia. No sé si es la más floja de las cintas de Clint Eastwood, un autor cargado de obras maestras, o al menos, de películas memorables (Sin perdón, Un mundo perfecto, Los puentes de Madison, Medianoche en el Jardín del bien y el mal, Mystic River, Million Dollar Baby, Cartas de Iwo Jima, Gran Torino, e incluso J.Edgar, El Intercambio e Invictus, para mí lo fueron), pero Jersey Boys, es, sin lugar a dudas, una cinta que se queda a medio camino de muchas cosas.

Eastwood apunta la intención de retratar el entramado mafioso de una pequeña comunidad, al estilo del Scorsese de Uno de los nuestros, pero a su puesta en escena y al guión original les falta garra, les falta profundidad, sentido trágico, entereza. Puede que por provenir de un comercial musical de Broadway, Jersey Boys está pensada para todos los públicos, pero a esta versión cinematográfica le falta ironía y sentido trágico, teniendo en cuenta que en su trama asistimos a la compleja relación de amistad de cuatro personas a lo largo de varias décadas, y a la evolución tormentosa de sus vidas privadas.

Eso crea que el ritmo moroso habitual de su director, sea aquí pesado en muchos de sus tramos. La música aligera esas situaciones cuando parece que la historia no va a ninguna parte, pero incluso en esto, creo que Jersey Boys no ha jugado todas las cartas que un musical, con una excelente partitura de temas, puede jugar.

De acuerdo que Eastwood sigue siendo elegante en su puesta en escena, que sus actores, todos ellos, parecen sentirse muy cómodos en sus personajes (para mí el mejor de ellos sin duda, el de Vincent Piazza), y que la sucesión de buenas canciones siempre es de agradecer; pero si toda la película se pareciese más a la excelente secuencia de los cuatro protagonistas, en un parking, bajo una farola, sólo cantando, y tan buena que incluso da imagen al cartel de la cinta… el filme tendría más vida, sería más emotivo, más redondo.