El viaje de Arlo

Contra varios imprevistos atrasando su fecha de estreno, por fin aparece la nueva película de Pixar, donde una vez más eleva las expectativas sobre lo nuevo que puede ofrecer el estudio. Con esta reciente historia se propone observar qué hubiese pasado si ningún asteroide colisionara contra la Tierra extinguiendo los dinosaurios. Millones de años después la evolución hace de las suyas y aparece el primer contacto con la especie humana, al menos para Arlo.
Arlo es un Apatosaurus pequeño para su especie y que tiene varios miedos que combatir. Sus primeros días vive intentando superar esos temores con ayuda de su padre, hasta que una tormenta desconecta su relación con él. En el camino conoce a un niño salvaje llamado Spot, quien poco a poco se convertirá en su guía hasta alcanzar lo que más desea.
Increíblemente, el estudio de animación vuelve a superarse en su presentación visual, con una calidad más que notable en el realismo de sus paisajes, tomando en cuenta hasta el más mínimo detalle del entorno. Los personajes, aunque tienen un estilo más libre y caricaturesco, son insertados muy en el ambiente.
Sin embargo, después de terminar el filme queda una insatisfacción ya que mucho de su desarrollo se ha visto anteriormente con mejores resultados: “El planeta salvaje”, “El Rey León” y “Buscando a Nemo”, entre otras. Además, se siente una sobrecarga en la parte emocional que pretende transmitir, llegando a ser ligeramente manipuladora y reiterativa (tiene que verse siempre el sufrimiento).
Por lo demás, es una buena historia sobre lo salvaje que resulta el exterior y cómo los niños pueden enfrentarse a eso. Al final, con buena música y una imagen pulida terminan dando un buen paseo por un mundo alternativo.

Calificación: 7 (Buena - entretenida)

“El viaje de Arlo” es la nueva apuesta del binomio que conforman Disney y Pixar (conviene recordar que la primera compró a la segunda en 2006) y la moneda se decanta del lado de Disney, por lo que desde la escena inicial queda claro que el filme está dirigido exclusivamente a los infantes.
La historia de “El viaje de Arlo” es naif y repetitiva: la iniciación a la edad adulta, en la que los hijos deben de seguir su propio camino a través del aprendizaje que proporciona la propia vida. Aunque también es la historia de una enemistad que se torna en amistad. Todo en la cinta está concebido, desde el aspecto endeble y frágil de Arlo, para que el espectador se meta en la piel del entrañable dinosaurio. La historia es puro Disney (el fantasma de “Bambi” planea en todo el metraje) y la animación es Pixar.
Y precisamente ahí, en la animación radica el principal valor de “El viaje de Arlo”, cuyos paisajes deslumbrantes casi parecen reales. De hecho, la naturaleza es la gran protagonista de la película: el embravecido mar, las imponentes montañas, la impetuosa tormenta de arena… De tal manera que el impresionante paisaje desempeña un papel crucial en la historia ya que el filme catapulta a Arlo a un lugar salvaje que le obliga a enfrentarse a sus miedos atávicos (“a veces pequeño, solo resistiendo el miedo hallarás la belleza en el otro lado”, le espeta su progenitor al principio del metraje). Por el camino, Arlo se encontrará con personalidades muy distintas que contribuirán a su desarrollo personal, voluntariamente o no. La amistad con el niño humano Spot es la que más le influirá para enfrentarse a sus miedos, plasmados en las fuerzas de la naturaleza.
El equipo de animación ha capturado en toda su magnitud los parajes naturales del noroeste estadounidense, zona que atesora una gran variedad de paisajes que van de Jackson Valley y los Teton a los géiseres y cascadas de Yellowstone. Para lo cual emplearon la base de datos del Servicio Geológico de Estados y configuraron un programa informático para diferenciar los colores de los kilómetros de terreno. El derroche de belleza y fuerza arrolladora de la naturaleza ha servido de inspiración a los realizadores para convertirla en un protagonista más y no un simple escenario para la historia de Arlo y Spot. Otro detalle singular es que las nubes del filme son cien por cien volumétricas, lo que ha supuesto un cambio considerable en la técnica de Pixar.
“El viaje de Arlo” se sustenta además en la fascinación que crean los dinosaurios entre los infantes. Al margen del “apatosaurus” llamado Arlo, también veremos desfilar por la pantalla a una familia de T-Rex, inspirados en gran medida en una familia del noroeste estadounidense.
El mensaje de “El viaje de Arlo” es diáfano: si los churumbeles están sobreprotegidos y se educan en un entorno aséptico nunca se convertirán en adultos sino en “niños grandes”. Eso sí, títulos más aconsejables, y menos ñoños, sobre el proceso de aprendizaje los encontraremos en “El rey león” (1994, Disney) y “Buscando a Nemo” (2003, Pixar).

... es decir, todo lo contrario a la reciente obra maestra de Pixar "Inside Out". "El viaje de Arlo" es una cinta de aventuras infantiles (aunque ni siquiera puede que convezca a todos los niños. En mi caso mis sobrinos de 6 y 4 años me dijeron a la salida que les había parecido una película "malísima")... y perezosas en su libreto, sobre un viaje de "vuelta a casa" con eventos de supervivencia y protagonizado por un dinosaurio cobardica (apenas esbozado en el guión) y un bebe humano (con detalles de atinado humor y palpable ternura... que pudo dar muchísimo más de sí). Y así, el dinosaurio con rasgos de niño en el libreto y el niño con rasgos de mascota perruna forjarán una amistad durante esa travesía llena de persecuciones, caídas y demás.

"El viaje de Arlo" nos ofrece una temática de road-movie realmente jugosa y aprovechable en el cine si se ejecuta bien en sus detalles en la trama... caso que, en esta ocasión, a duras penas se produce (por poner un ejemplo: la relación de amistad que se forja entre el niño y el dinosaurio está cogida con alfileres y no presenta edificación y trabajo alguno (no estamos precisamente ante la relación de Boo con Mike y Sully en "Monstruos S.A. o con la de Roshan con la pandilla de "Ice Age").

Y es una pena, pues el film contaba con el sello de Pixar (que, salvo rarísimas excepciones, es sinónimo de calidad animada). Pero esta vez el nombre de su estudio es más una tacha para con el resto de su filmografía (admito que, junto a la saga "Cars", no he visto cinta más floja, descuidada y ramplona en el guión por parte de Pixar). Pues, tras obras cinematográficas tan notables y cargadas de tanto ingenio artístico, tierno y poderoso simbolismo, brillantez visionaria, trabajados detalles y audaz humor ("Los increíbles", la saga "Toy Story", la reciente "Inside Out", etc.), "El viaje de Arlo" supone un bajonazo demasiado palpable.

Lo que nos ofrece "El viaje de Arlo" ya lo hemos visto y muchísimo mejor (desde las propia cintas de Pixar "Buscando a Nemo" o "Monstruos S.A." (extraña que Pixar repita la misma trama y lo haga con mucha más dejadez y simplicidad que en sus predecesoras) muchísimo más cultivadas y cuidadas en sus personajes, y más diligentes y prolijas en sus acontecimientos, pasando por la memorable "El rey león" (de la que "El viaje de Arlo" copia mal, pero muy mal y sin tanto arte y simbolismo, algunos de sus acontecimientos), "Ice Age: La edad de hielo", o la no tan memorable (pero sí con más imaginación artística que "El viaje de Arlo") "En busca del valle encantado", de la que "El viaje de Arlo" también copia descaradamente su duro viaje de niño-dinosaurio miedica e inocente).

Eso es "El viaje de Arlo"; una amalgama de "En busca del valle encantado", "El rey león", "Monstruos S.A.", "Ice Age"... con toques de "El libro de selva" y "Buscando a Nemo". Pero esta mezcla no presume de personajes inolvidables y ricos (no, aquí no hay un Simba identificativo con tantos matices y delicadeza en su personalidad (este Arlo está garabateado en el libreto, es pronosticable, unidimensional, redundante y hasta molesto), ni unos carismáticos Sully, Dory, Timón y Pumba y demás), ni de unos avatares en su aventura portentosos ya sean en su drama o en su humor. No, "El viaje de Arlo" no logra un interés y una emoción continuada en el espectador, pues todos los ya trillados y revistos sucesos no aportan imaginación, novedad o dimensiones. "El viaje de Arlo" nos conduce por unos momentos y situaciones resabidas y previsibles de persecuciones, batacazos, porrazos y mensajes moralistas poco atendidos y sí muy prosaicos, simplones y dejados... tanto que hacen que el metraje se perciba como indolente y desinteresado en casi todo momento.

Si bien es cierto que la cinta deja alguna que otra gracieta o chascarrillo efectivo en su momento (a destacar esos primeros segundos del film y esa "no extinción" de los dinosaurios)... pero en absoluto memorables, desternillantes o perspicaces, y si bien el film se sostiene durante un visionado gracias al despliegue de calidad en sus detallados paisajes (la animación tiene un nivel de realismo en los escenarios admirable... pero realista no es sinónimos de inaudito o destacado. Y un espectador no va a ver un film porque los paisajes sean minuciosos sino para ver una buena historia conformada con eminencia, que haga maravillar de forma inusitada) y a ciertos toques de entrañable ternura en la animación de sus personajes (el diseño de sus personajes tampoco es memorable, pero ciertos de sus gestos son una ricura, y esos movimientos en la animación son lo que más afecto y complicidad transmiten al espectador, no así su guión).

Aun así, y con toda esa puesta en escena de considerable nivel (y con un ritmo lo suficientemente habilidoso como para distraer en pequeña medida a través de esta futilidad intrascendente), "El viaje de Arlo" no puede presumir de ser el tipo de cinta familiar con el que se sale de la sala con un gran sabor de boca y se quiere revisionar. Y con esos personajes y acontecimientos tan pobres y poco cuidados el film se olvida nada más verlo y ni de lejos aguanta más de un visionado. Y ni siquiera es tan efectiva como entretenimiento como otros films animados (sean o no de Pixar).

No es una cinta recomendable, aunque tenga algunos pequeños detalles (contados con los dedos) de terneza y afabilidad en la animación de personajes.

Lo mejor: El nivel técnico (con esa animación y su resolución en los paisajes).
Lo peor: El nivel artístico (con un guión holgazán y simplón, con unos personajes sin desarrollo maduro y multidimensional, y sin un simbolismo en los acontecimientos logrado como en otros largos de corte similar (me viene a la mente "El rey león")). La olvidable banda sonora.

Como detalle decir que la cinta tuvo grandísimos problemas en su producción y configuración: paso por varias manos en su guión, varios directores fueron y vinieron, y el estreno ha sido retrasado un año...

Después de probar suerte con Parcialmente nublado (2009), Peter Sohn es el responsable de restacar de la chistera de Pixar Arlo, una película a la que la faltaba fondo, pero que con dos retoques a visto la luz.

Es sorprendente que viendo la calidad de animación que durante el año 2015 hemos tenido, no hay sido algo más galardonada, y aún no siendo un gran referente para la animación, lo que sí es cierto, es que está al mismo nivel que la gran mayoría de filmes estrenados en dicho año.

El viaje de Arlo, nos dibuja una historia cargada de sentimientos y valores que se extrapolan al mundo ingenioso de Arlo. Valores que representan su trazado a marchas lentas, que aunque en la película todo vaya a una velocidad acelerada, lo que en ella sucede y el mensaje que manda nos llega tan claro desde el inicio que no hace falta ahondar mucho más en su argumento para corroborar lo que en los primeros minutos ya sabemos. Arlo es la misma tarta pero con distinta guinda, es decir, su guión y por lo tanto argumento están ligados a una serie de acontecimientos que se manifestaren de manera lineal, los cuales buscarán tocar la parte sensible del espectador, el cuál, tiene dos opciones, o bien resignarse a la misma linea argumental tópica o bien dejar ciertos detalles de lado y disfrutar del despliegue de ingenio , el cuál no puede llegar a seducir en tanto en su recreación como en lo visual.

El viaje de arlo, resulta una película altamente recomendada para los más pequeños, en todos sus aspectos, tanto en los valores que intentan transmitirnos, como en la diversión con el pequeño Arlo, el mismo que a medias tintas nos convence a los adultos por su falta de empatía, pero que conquistará a su público menor en su gran mayoría.

Como conclusión podemos decir que El viaje de arlo es una decente película de animación, apta para cualquier público, pero para los más exigentes, la película puede resultar algo plana y poco profunda en algunos aspectos.

Lo mejor: Pixar siempre innovando
Lo peor: No haber pulido algo más el guión.
Recomendada: Si

@cineypunto

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Un día Lasseter y compañía podrían explicarnos la manía que tienen en matar al padre del protagonista. Te descuidas, y zasca o muere o lo han matado antes de empezar. Se lleva el récord "Big Hero 6", que ya los padres del protagonista murieron, el chaval y su hermano a cargo de la tía... pero por si el drama no es suficiente, venga matamos al hermano, que así ponemos emoción. No pasa nada por mostrar situaciones reales en películas de animación, y a veces estas cosas pasan... pero semejante fijación es ya para hacérselo mirar. Por otro lado la película tiene gracia, el niño y el dinosaurio son simpáticos pero le falta algo de ritmo así como una historia con una moraleja a lo clásicos de Disney. O al menos diversión y frenesí para los peques. Pero ni una cosa ni la otra. Uy, ¿cómo le damos a esto un toque de superación y amistad? Mata al padre, Johnny, mata al padre.