Un invierno en la playa

Se ha puesto de moda el poner etiquetas a todo lo que se hace con una cámara: cine comercial, cine indie, cine europeo… y esta película se puede decir que pertenece a la categoría de indie. Bajo este epígrafe se han registrado algunos de los mayores bodrios que he tenido la mala suerte de cruzarme, pero también hay algunas que me han gustado bastante. Este es uno de los últimos casos, una película con una trama sencilla, de una familia desestructurada en la que cada uno intenta volver a encontrar su espacio, con unos personajes bastante trabajados, unas buenas interpretaciones y un argumento que intenta huir de los tópicos. Habrá quien la acuse de ser demasiado optimista, de un buenismo que espante, pero, qué leches, esto es cine, no tiene que ser todo catártico ni enfrentarte con lo más abyecto y asqueroso del ser humano, a veces las historias tiernas llegan al corazón y hacen que te emociones. Y eso es lo que me pasó con esta película, que me encontré a mí mismo como a un lila con un nudo en la garganta.
Las interpretaciones están casi todas muy bien: Greg Kinnear es un buen actor, Lily Collins es la primera vez que realiza un trabajo medianamente serio y si sigue por ese camino, a lo mejor puede ser considerada alguna vez para algún papel que no sea de adolescente pava; la verdad es que, físicamente, parece la hija de Jennifer Connelly aunque esta la supera tanto en belleza como en talento: se come la pantalla cada vez que aparece.

Entrañable película sobre una familia deshecha, sus problemas y desamores, con destacadas actuaciones y un guión bastante bueno. Solo peca de sentimentalismo y de ser algo predecible, pero la elegancia y el buen ritmo la convierten en una película destacable, y alejada de tópicos. El protagonista es un escritor de cierto éxito que no ha conseguido superar su divorcio, llegando a espiar a su ex mujer, que ha rehecho su vida con una nueva pareja.

Un pequeño homenaje a las historias de amor, a las decisiones que tomamos, y un aleccionamiento sobre la sinceridad y honestidad en una familia.

Una película sincera, valiente y optimista sobre las relaciones humanas.
Escrita y dirigida por Josh Boone (Bajo la misma Estrella) en esta su primera incursión en el cine, demuestra que sabe tratar a sus actores y logra sacar su lado más humano a la hora de ponerlos delante de las cámaras. También cuenta con la elaboración de un inteligente guión, el cual facilita las cosas provocando que el espectador atienda a la película sin apenas pestañear, a pesar de que en ella no haya ninguna explosión o persecución. Con diálogos que en momentos son chispeantes y agudos, se mueve con facilidad en el drama de las relaciones de parejas exponiendo tres fases que conviven sin hacerse sombra: pasado, presente y futuro se definen bien entre las relaciones de los diferentes protagonistas. También conservan un fino sentido del humor, a pesar que gran parte de la película tienen un tono dramático, dejando constancia de que a pesar de oscurecer siempre queda un amanecer.
En cuanto a los actores, he de reconocer que todos están bastante bien, aunque el gran adalid de todos ellos es un genial e inspirado Greg Kinnear (Mejor... Imposible) en un papel que le va como anillo al dedo. Le acompañan Jennifer Connelly (Una Mente Maravillosa), Lily Collins (Mirror, Mirror), Logan Lerman (Percy Jackson) o un muy creíble Natt Wolf (Ciudades de Papel). Una buena gestión de sus actores provoca que Josh Boone cree una recomendable opera prima bien matizada y narrada.
Es difícil de situarla en algún género concreto porque maneja varios, pero como película romántica peca de ser predecible pero la riqueza de sus diálogos y los matices en que se mueve crean una obra inteligente y lúcida.

La verdad es que estoy relativamente satisfecho con mi vida hasta el momento, no tengo duda de que todo se puede mejorar, pero tengo la certeza de que las personas que me rodean, familia, amigos, etc no los cambio por nada.

Tras esta declaración de intenciones, si existiera la reencarnación (lo dudo) y se me ofreciera tener otra vida totalmente diferente a la que he tenido, eligiendo como acompañantes a los personajes de una película, tengo la impresión de que igual elegía esta. Me gusta la casa que tienen en la playa, las comidas que hacen, pero sobre todo como viven la vida, como la afrontan, como crean, y lo libres que son. Tanto es así que no me importaría ser el padre, el hijo o la hija, me da igual, cada uno son envidiables en un determinado momento de la vida (aunque creo que me decantaría por el padre por un tema meramente sexual de hacérselo con Kristen Bell y Jennifer Connelly).

Es una historia preciosa, inteligente, sensible, que sitúa a todos los personajes ante tremendas encrucijadas existenciales, donde hay dudas, hay pasión por la vida, emoción, inteligencia, y mucha mucha literatura. Es un film que habla de dar segundas oportunidades, de estar juntos, de como desarrollar el talento no debería ser un hobby, sino un fin en si mismo.

Hace tiempo que una historia no me causa tan buenos sentimientos y tanta envidia por parecerme a sus personajes, y todo esto está contado con una inteligencia, una sensibilidad, y un ritmo tan acertado, que más allá de una comedia es una película que transita por todo tipo de géneros planteados con tal coherencia que no dejas de sentirte implicado en lo que se cuenta.

Una de estas joyas con escaso éxito en la cartelera que para mi es una de las grandes cintas americanas de los últimos tiempos.