Me siento entre dos aguas.
Por una parte, acabo de ver una película comercial, con un guión predecible, con actores de nombre y un director Josh Bonne que sabe como camelarse a su público. Y conmigo lo ha conseguido no se cómo y no me siento muy bien.
Para no hacer una crítica larga, prefiero una síntesis: diré que la forma tan acaramelada de hablar sobre el amor, es igual de cruda al expresar su dolor. Me ha parecido exagerado tener que pasar por la muerte de la madre del chavalín, creo que tal y como estaba siendo narrado, el guión pedía un proceso terapéutico para el tema de la chica que odia a su madre, pero en fin, todo no se puede tener.

Más allá de estas cosas que chirrían me sorprende la profesionalidad de la película. Tratar temas tabú entre padres y hablarlos a la cara de los hijos con total normalidad me parece que el verdadero puntazo de la película y no tanto el amor.