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Anonymous

Drama. Intriga Inglaterra Isabelina, siglo XVI. El film plantea una cuestión que, durante siglos, han debatido académicos y grandes escritores desde Mark Twain y Charles Dickens hasta Henry James y Sigmund Freud: ¿quién fue el autor de las obras de teatro atribuidas tradicionalmente a William Shakespeare? Se han escrito muchos libros y se han barajado muchas hipótesis al respecto, entre ellas la que ofrece Anonymous. La Inglaterra Isabelina fue un ... [+]
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
25 de abril de 2022
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La teoría oxfordiana acerca de la autoría de Shakespeare a un noble caballero que sí que poseía la formación clásica necesaria para realizar obras inmortales de la embergadura de "Romeo y Julieta", apoyada por Derek Jakobi está presente en esta película atrevida y orginal, donde se presenta a la mejor Isabel I del cine, con permiso de Cate Blanchett, Joely Richardson tiene más corazón.

La película recoge la época isabelina como la época de mayor florecimiento de las letras iglesias, donde las obras más espectaculares estaban llenas de vida para escribirse no como ahora para pasar por un complejo y aburrido mundo de la edición, sino llevabas una vez imprimidas al teatro,donde tras un poco ensayo los actores la ejecutaban.

Las gradas llenas de suspiros ante la perfección seductora del verso shakespeariano visto por los ojos del autor real, el conde de Oxford, Edward, ex-amante secreto de la reina, inauguran una historia que será digna de admiración por el atrevimiento al poner a la reina virgen en una tesitura que jamás ningún otro académica ni remotamente cercano a esta teoría daría como válido total.

Y aún así esta es la mejor versión que he encontrado de ella.

Destacan Rhys Ifans, y Jamie Campbell Bowler como el mismo personaje, en donde la pasión se encuentra con la perfección escrita, y la explosión de sentimientos en presencia de la reina es su mejor momento.

Arriesgada, mucho, ante una teoría no muy aceptada pero sí entendida por el sentido y la argumentación perfectas, donde se dan lugar a muchas dudas de la autoría de Shakespeare en sus obras.

Es una historia de la teoría de la literatura, pero también una gran historia de amor.
barbara12
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21 de diciembre de 2022
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Además de ser una tremenda falta de respeto a la tradición literaria de la cultura renacentista inglesa en su presentación de la teoría Oxfordiana de la autoría de las obras de William Shakespeare, 'Anonymous' es una película plagada de incoherencias evidentes ('Midsummer Night's Dream' no pudo ser compuesta en la década de 1570; 'Henry V' que incluye una reconocida alusión a la rebelión de Essex aceptada como tal por múltiples historiadores literarios no pudo ser escrita antes de la rebelión de Essex), errores históricos (el incendio del Globe no se produjo por represión política; las obras de Ben Jonson sí se representaron en el Globe de Shakespeare), con una hipótesis de autoría absolutamente implausible, y con una cronología confusa que mezcla acontecimientos de finales de la década de 1590 con los de la década de 1600. Pero si vemos la película desde otro punto de vista, aceptamos que la experiencia del cine se trata principalmente de disfrutar de una obra de ficción y, por tanto, que podemos suspender juicio, hacer un salto de fe y minimizar nuestra falta de creencia de los ‘hechos’ en nombre del entretenimiento, ‘Anonymous’ no está del todo mal.

No hay duda de que la ambientación y la recreación del Londres del siglo XVI están conseguidas, gracias en gran parte al destacable diseño de vestuario, variadas e interesantes piezas de atrezo, el creativo trabajo de maquillaje y un satisfactorio uso de la tecnología de CGI. La película visualmente no está mal: te mantiene interesado aunque la intriga pierde fuelle a medida que avanza el desarrollo al recurrir a revelaciones innecesarias y circunstancias arbitrarias. Hay algo de todo con respecto a las actuaciones. Vanessa Redgrave está muy bien como la Reina Elizabeth, David Thewlis cuenta con una sorprendente caracterización y maquillaje para interpretar su papel, Rafe Spall me divierte como Shakespeare (que la película muestra como un patán iletrado), Derek Jacobi hace una breve aparición y Rhys Ifans suscita cierto interés por mi parte en su encarnación de Edward de Vere, Earl de Oxford.

Las motivaciones de los personajes no quedan perfectamente claras y en ocasiones resultan demasiado sencillas y poco sutiles. Consecuentemente, los personajes no son totalmente tridimensionales, no se sienten como seres humanos complejos y desarrollados. Varios de ellos permanecen con poca evolución y se quedan planos cuando la película acaba. En concreto, el principal problema con el protagonista, sin embargo, es que la película no llega a hacerme empatizar con su situación. Se le intenta de dar un dilema personal para aportar dramatismo a su condición pero algunos aspectos de esta caracterización terminan siendo poco convincentes y carecen de la resonancia emocional que podrían llegar a tener. Su alter ego joven básicamente actúa de forma previsible en una historia de amor prohibido muy convencional y bastante simplista. El guion, aunque a ratos interesante, no termina de explorar su potencial y ofrece diálogos poco sofisticados que bien podrían estar mejor pulidos, si bien las 2 horas que dura no se hacen demasiado largas y sirven para pasar el rato. A causa de todo esto, tiene un desarrollo desigual, abrupto y confuso. Un ejemplo que me viene inmediatamente a la cabeza es el tema del valor político del teatro, que está presente en la película pero que queda reducido a escenas esporádicas y superficiales. Hay incluso hasta una trama de asesinato que ocupa menos de 5 minutos del metraje y nunca se vuelve a evocar y ni siquiera promueve una breve alusión una vez que ha concluido. Sinceramente, creo que la película intenta abarcar demasiado: demasiados temas, demasiados personajes, demasiadas líneas argumentales de corte, conspiración e intriga… No obstante, la inclusión de recreaciones de escenas de Shakespeare ponen en valor la fuerza descomunal de su dramaturgia y aportan algo de brillo a la trama.

No se puede recomendar ‘Anonymous’ como un documento histórico mínimamente fiable, y el espectador no aprenderá nada al verla. Tampoco hay nada, ninguna escena que se quede contigo después de verla o que sea memorable. La mayoría de la película se olvida al poco de haberla visto. Esto se debe, en mi opinión, a que varios de sus elementos están insuficientemente desarrollados como para resultar inmediatamente atractivos. Pero si se moderan las expectativas y se entiende fundamentalmente como una forma de entretenimiento si no hay nada mejor que ver, ‘Anonymous’ constituirá una manera de matar el tiempo. A pesar de sus errores factuales y despistes creativos, merece aprobar porque acaba siendo moderadamente curiosa y entretenida.

Nota: 5.4 / 10
FMPeriset
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13 de noviembre de 2011
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
... pero es (casi) una catástrofe de película; solamente las soberbias interpretaciones la salvan.

Emmerich, seguramente porque quiere demostrar que ama la Cultura, no se atreve a realizar la película de capa y espada que el guión -y supongo que él mismo- estaban pidiendo a gritos.

El resultado es un inacabable rollo relleno de pretenciosidad y trufado con versos del Bardo (o de quien sean, que no vamos ahora a discutir ese tema).

Amigo filmaffinistista, si quieres divertirte elige otra película; y si quieres ir de culto, también.
golondrina europea
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21 de noviembre de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
...porque como no fijes bien a los personajes, hasta media película no coges el hilo, por los flashback y elipsis imprevistos. Aparte de eso, entretenida, con los típicos elementos literarios en el argumento del supuesto impostor, con un final sorprendente que enlaza todos los acontecimientos aparentemente inconexos. Quién era el autor de las obras? No es lo más importante. Placentero el trabajo de los intérpretes, con esa impostura inglesa tan peculiar. En algún momento, te metes en el tiempo y el espacio de la época y te olvidas de que estás en el siglo XXI. No va a ser la película de mi vida, pero he disfrutado viéndola y me ha dado tema para comentar después.
MinombreessinH
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2 de abril de 2013
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos con la buena noticia.
Roland Emmerich es capaz de filmar una película sin efectos especiales que no trate sobre destrozos naturales, alienígenas, animales o cavernarios, y cuyo guión no de ganas de arrancarse los ojos.
La verdad es que es algo de agradecer. La realización de Emmerich resulta sorprendente en Anonymous, por clásica, contenida y hasta elegante en ciertos momentos. Éso sí, tiene mucha ayuda de la gran fotografía de Anna Foerster, pero bueno, no vamos a quitarle el mérito de un trabajo bien hecho.
Pero ahí acaba casi todo lo bueno.
Anonymous en ningún momento se toma en serio la historia que está contando. No existe ni la más mínima intención de decir algo importante sobre la autoría de la sobras de Shakespeare. Y así, lo que en manos de otro director podría haber sido un interesante drama que pusiese en imágenes las teorías que hay sobre el tema, bajo la batuta de Emmerich es un despropósito histórico que todo el rato da la sensación de juego, de parodia. Constantemente, viendo las actuaciones de los actores, uno tiene la sensación de que lo que Emmerich les pidió (quizás lo hizo) es una caricatura. Llevan el excelente vestuario como si fuera un disfraz de concurso colegial. Sólo así se explica esa reina Elizabeth, toda histrionismo, a la que dan vida Vanessa Redgrave y Joely Richardson (madre e hija en la vida real, por cierto), o la sempiterna insulsez de Jamie Campbell Bower (sigue poniendo la misma cara que en Sweeney Todd... y en Crepúsculo... y en Camelot... no tiene más expresiones), o la exageración, peluca incluida, de Xavier Samuel.
Tan sólo Rhys Ifans (en un registro muy distinto al que nos tiene acostumbrados), el sorprendente Sebastian Armesto y el siempre fantástico David Thewlis aguantan el tipo entre tanta peluca, tanta tontería y tantísima confusión. Porque sí, amigos, el guión es enormemente confuso. Quiere abarcarlo todo y apenas lega a nada. El resultado es una película descafeinada, que nunca emociona, ni intriga, ni entusiasma, simple y llanamente porque le faltan mimbres para hacerse esa cesta. Qué le vamos a hacer. Al menos entretiene.
Si quieren ver un retrato de la Inglaterra isabelina, vean cualquiera de las películas o series que se han filmado sobre la reina. Si quieren saber algo sobre el mundo del teatro en la época, revisen Shakespeare in love, bastante más acertada que esta historia. Y si quieren saber más sobre el misterio que rodeó y rodea al bardo de Stratford... pues quizás esperen eternamente.

Lo mejor: Rhys Ifans, David Thewlis, Sebastian Armesto y la fotografía.
Lo peor: Quien mucho abarca, poco aprieta... y lo peor es que encima Emmerich nunca tiene la intención de abarcar nada en lo que se supone que es el hilo conductor de la historia (la autoría de las obras de Shakespeare).
Sibila de Delfos
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