Christine

John Carpenter regresa a la dirección después de la mítica revisión que hizo a 'La cosa' en una historia donde cuenta con dos elementos que le sirvieron en su tercer largometraje ('La noche de Halloween') para ser respetado y venerado: adolescentes y terror. ¿Le serviría para esta película?

En 'Christine', el protagonista es un Plymouth Fury de 1958 donde en su interior no solo hay piezas, hay algo más.... y ese algo más sirve para que la película tenga buenas secuencias en las que conseguí quedarme un poco asustado por lo que estaba viendo; pero Chrsitine no es Michael Myers ni es Snake Plissken ni el alien de 'La cosa'. Creo que le falta un 'algo' para que se considere un personaje para recordar. Quizás sea porque es un coche. Si fuera un objeto re-encontrado después de muchos años y que tenga algún tipo de poder, por ejemplo, podría ser más efectivo; pero el que Christine sea un coche no lo acabo de ver del todo bien.

Si reconozco que la historia es convincente y no esperaba el rol de los personajes principales. En esta película los estereotipos no se cumplen, y creo que da más solidez a la película. De dichos personajes, me han convencido las interpretaciones de Keith Gordon (Arnie Cunningham) y Alexandra Paul (Leigh Cabot).

El que John Carpenter vuelva a hacer la música, después de la ausencia en 'La cosa' donde se encarga Ennio Morricone, se nota porque sabe que hacer para cada situación, y lo hace genial, como la banda sonora de 'La noche de Halloween', un score mítico del género.

Creo que 'Christine' es una buena película de terror, pero, al menos para mí, el protagonista es lo que menos me convence. Quizá mi opinión sobre esto no lo compartan muchos, pero es lo que creo.

"Christine" es una película de John Carpenter con sus señas de identidad indiscutibles: una cámara quieta que lo capta todo con elegancia y dando tensión al espectador, una banda sonora peculiar e intrigante compuesta por el mismo y un ritmo moderado que se mantiene estable de principio a fin. Si de base fijamos que la película es además una adaptación de una popular novela de Stephen King (construyendo toda una historia de obsesión y locura tomando como fijación el amor, excesivo y materialista por los coches), tenemos una cita mítica de terror y suspense aunque no del todo genial.
El guión es muy bueno dentro de sus limitaciones, contando una historia sencilla de forma directa, conteniendo planos (el coche en llamas) y escenas (la emboscada del final) para el recuerdo. No obstante se me antoja a un nivel más cercano a "Carrie" que a "El resplandor", por ejemplo.
El estilo visual, la banda sonora y la dirección de Carpenter se mantienen en su punto: encuentran en la sencillez una amplia gama de emociones para el espectador.
Las interpretaciones no son nada de otro mundo, pero cumplen en todos los frentes.
Así, tenemos un clásico bueno e interesante, bien conservado con el paso del tiempo, cuya posible falla es no resultar una de las mejores películas en su género por quedarse en un nivel bastante estabilizado y simple. Pero, es una buena película sin dudas.

La historia original de S. King hubiese dado para una mejor película, sin que en mi opinión se pueda decir que esta sea una mala película. Tiene momentos verdaderamente de obra maestra si bien luego carece de cierto sentido de la lírica, dejando algunos momentos un poco secos, sin música y sin diálogos interesantes. Las interpretaciones son muy mejorables. En cambio Christine está en todo su esplendor; el juego de luces, el sonido del motor, las músicas del rock de los 50, ...

Christine es una cinta de modesto presupuesto, producción y comercialización. La película más incomprendida de John Carpenter ciertamente parte de una idea de Stephen King materializada realmente en una novela suya, aunque realmente no es un planteamiento original, ni siquiera de Stephen King, pues ya se ha tratado de mil maneras el hecho de que un coche cobrara vida; el registro más antiguo que conozco es el capítulo de Usted conduce de The Twilight Zone.

La película te invita a conectar con ella por una genial dirección, como Christine invita a Arnie a conectar con ella, ya que la dirección sigue un estilo pertinente para una película de terror, que es recrear tensión y suspense. No es una película de terror de sustos, lo digo para los que la han calificado con nota baja en Filmaffinity, que se ve que tienen poco conocimiento, sino de terror basado en la tensión y el suspense. Me puedes decir que Carpenter dijo que la película la hizo solo por dinero y tal, pero eso no quita que el trabajo que hizo aquí no tenga mérito, teniendo en cuenta el asombroso esfuerzo que ejecutó para los asombrosos efectos especiales y las puestas en escena.

Para que entiendas lo que es la puesta en escena ejemplar en esta película, por poner un ejemplo, es el plano en el que el automóvil está escondido entre las sombras y luego enciende las luces tenebrosamente. Una película que busca tensión en su atmósfera no es nada si no tiene puestas de escena como esas, y esta los tiene, magistrales. Que haya una escena en la que el auto se repara así mismo y te quedes preguntando cómo diablos lo han hecho, es un ejemplo de efectos especiales asombrosos.

Realmente es la dirección de la película lo que es magistral con esos planos, con esos efectos, con la música de tensión compuesta por el propio Carpenter como hacía en todas sus películas, hace que te enamores de Christine, realmente. Hay belleza en el coche como en la película.

La gente en términos generales seguramente desconectaba en las escenas del desarrollo narrativo y también alguna interpretación de los actores podría considerarse bastante mejorable, pero ni eso empañó para mí la maestría que hay en la dirección de la película. Y la razón de que se haya convertido en una de mis películas favoritas es por ser una película descubierta en una época de mi vida donde crecían las raíces de mi misantropía, víctima de bullying hasta llegué a identificarme más con esta película, porque el automóvil ayuda a Arnie a vengarse de los crueles maltratadores y expresa su amor hacia él mediante baladas doo-wop de los años cincuenta. Es como si la película me estuviera hablando a mí, ya conociendo entonces yo aquella maravillosa y mágica música que me hacía soñar con poder estar con la chica que deseaba en su momento, pero que no tenía yo valor para hablar con ninguna por la baja autoestima provocada por aquellos maltratadores, sentía que la película formaba parte de mi identidad.

Original relato de terror sobre un coche ¿poseído, maldito? Encierra algo de crítica pop bastante superficial pero que, precisamente por eso, conecta muy bien con el adolescente o jovencito al que pudiera ir dirigida.

La idea es original y lo que al principio te parece un poco ridículo te acaba intrigando gracias a:
- Las escenas sangrientas, bien sean explícitas, bien sean implícitas.
- La grandísima dirección de Carpenter. Le da un ritmo trepidante, misterioso, peligroso a todo lo que toca. No sabes qué es peor si Christine o el mundo del instituto.
- Las abundantes sorpresas y giros que tiene la historia. Aunque el final sea algo apresurado y con tufillo a serie B. Además, se sacan de la manga unas decisiones muy precipitadas para lo que saben los personajes en esos momentos.
- La gran actuación de Gordon. Pasa de pringado a triunfador y malote con credibilidad.
- La grandísima música de la película: los teclados de Carpenter y algunos grandes éxitos del rock de los 50. ¡Una maravilla de música!
- Los alucinantes efectos especiales con la carrocería del coche.
- El espectacular Plymouth fury en color rojo garaje. Bonito, elegante, ¡inmenso!

Hay una subhistoria paralela dentro de la principal de terror con el coche que recoge otros terrores, los del adolescente: Incomprensión por los padres, la amistad, falta de autoestima, la violencia en los institutos de EEUU, el éxito social, el amor, el sexo y la necesidad de emancipación.
Igualmente se trata muy superficialmente las diferencias a la hora de las relaciones amorosas: ellas quejándose de que hacen más caso al coche (signo de estatus) que a ellas. Y ellos quejándose de lo absorbentes y acaparadoras que pueden ser ellas.

Pero volvamos a Christine, ¿quién no se iba a enamorar de ese coche? Yo sí te comprendo, Arnie... sólo que tú la viste primero.