Rompiendo las olas

No entiendo Rompiendo las olas como una narración amorosa, sino como la metáfora que trata de describir cómo la renuncia a la libertad personal en aras del amor es susceptible de alcanzar la destrucción personal.
Aunque sobrecogedora, y acompañada de la increíble interpretación de Emily Watson (a pesar de no utilizar un peine en toda la película), supone el análisis de una serie de personajes atormentados por la búsqueda de ayuda a los que les rodean, y la cual les conduce a un empeoramiento de su estado interno.
Sin lograr emocionar, y atrayendo al mismo tiempo que repele, no consigue reflejar ni transmitir el supuesto sentimiento amoroso que vincula a Bess y Jan; sino que supone una unión enfermiza y dolorosa, ya que amar realmente a una persona supone permitir que ésta se comporte de acuerdo a sus propios deseos personales, y no haciéndola creer que éstos coinciden con los nuestros.

Esta es una de esas películas que dejé para otra ocasión, y así sucesivamente. No soy fan de Lars Von Trier, quizás por la personalización extravagante de su cine demoledor y extraño, a la vez que interesante u ofensivo. Sin embargo, tras ver Rompiendo las Olas entiendo que mereció todos los premios, especialmente por la magistral interpretación de Emily Watson. Es más, cada personaje aborda su propio mundo y el conjunto elabora la ficción ideal, la de un submundo casi real lleno de matices, como los cuadros de cada entreacto.
Lo más curioso de esta película, desde mi punto de vista llano, es la sinceridad de las imágenes, la sencillez de los gestos y la maravillosa puesta en escena de los sentimientos extremos de la locura del amor. Eso, el amor y sus diferentes matices, es una elección como lo es la definición, simple o complicada, y aquí el director pone a prueba las manías, los delirios, la perversidad del amor sin olvidar que el escándalo se enfrenta al puritanismo de un entorno rural. Con todos estos ingredientes no hay momentos para el despiste ni el aburrimiento a pesar del ritmo tranquilo que nos impone la trama y el lugar. Una buena fotografía con música agradable terminan por convencer en la continuidad o a no abandonar cuando Lars Von Trier finalmente nos empuja con intensidad al abismo de su particular visión del amor. En otras circunstancias o junto a un elenco mediocre, esta utópica historia del amor y sus milagros no habría podido resistir el paso del tiempo. Quizás habría sido perfecta omitiendo, modificando, el detalle celestial del último minuto rimbombante.

Recomendable. Película de culto de obligada visión.

Empiezo por reconocer lo que me cuesta hacer una crítica de esta película, pero ahí va:


- El argumento: Puede interesar o no. A los amantes del cine romántico desde luego no les dejará indiferentes. Personalmente, no le pediría nunca a la persona que amo lo que el protagonista de la historia le pide a su mujer que haga, pero bueno. De todo hay. Como no he pasado por un trance semejante no puedo opinar. Entre Bess y Jan hay un amor total, absoluto, incondicional, abrasador, a prueba de bombas..., lo que queráis.
Otro aspecto importante y bien reflejado es el daño que puede hacer y hace la religión mal entendida. Los caballeros que se reúnen en la iglesia pueden ser cualquier cosa menos cristianos. Sin entrar en debates teológicos, recordemos que Jesucristo nos mandó solo una cosa ("ESTO OS MANDO: QUE OS AMÉIS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO. En ESTO sabrán que sois mis discípulos, en que os amáis los unos a los otros"). Faltó poco para que la pobre Bess fuese lapidada por "las buenas gentes" del pueblo, cuya dureza de corazón (pastor incluido) es proverbial.
El final es sorprendente, y reconfortante.

- La puesta en escena: Aceptable. Quizá podía haber incluido mas vistas del bellísimo paisaje escocés, más escenas de como es el trabajo en una plataforma petrolífera (yo lo hubiera agradecido).He leído alguna crítica de alguien que dice que el director abusa de los planos cortos. Puede ser.

- El trabajo de los actores: excelente. Los dos protagonistas, la amiga enfermera, el cura, la madre, los fariseos... perdón, los feligreses.

En suma, se puede sacar mucho de esta película. Véase con apertura de mente, por supuesto.

Lars von Trier es un director danés que se caracteriza por su cine particular, el cual no es para gusto de todos, pero que normalmente siempre está muy bien valorado por la crítica.
Yo tengo que reconocer que es un director que tiene películas muy buenas como "Bailar en la oscuridad" o "Dogville". Pero no soy una persona que alabe todo lo que hace porque hay otros films como "Anticristo", "Europa" o "El elemento del crimen" que no me han gustado mucho.
En esta ocasión uno se encuentra con una brillante película que nos presenta a una mujer con cierta sensibilidad, que se casa con un hombre que trabaja en una torre petrolera. Su amor es enorme y su vida es perfecta hasta que el marido tiene que volver a trabajar, y no volverá hasta varios meses después. Pero su miedo a estar sola dará un giro de 180 grados ante un hecho imprevisto.
La historia te envuelve de una forma que no te suelta en ningún momento. Un guion realmente brillante que empieza de un modo, y luego gira de una manera que te sorprende; haciendo que la historia tome un enfoque totalmente diferente e inesperado.
Nuevamente Lars von Trier vuelve a utilizar su visión especial en el cine gracias a esas imágenes más intimistas, debido a que todo está rodado con cámara en mano, y con una iluminación un poco quemada haciendo que tome unas características muy especiales.
Las interpretaciones son más que buenas. Emily Watson es una de las mejores actrices que existen actualmente, y trabajos como este lo acreditan. En el momento en que rodó este film era una actriz desconocida, pero su impresionante actuación la catapultó a la fama.
Junto a ella, el grandísimo Stellan Skarsgard aporta su gran talento para dar vida al marido del personaje de Emily Watson. Su actuación es soberbia haciendo que uno comprenda porqué es uno de esos intérpretes que siempre es un acierto ver en algún trabajo.
En fin, "Rompiendo las olas" es una película que te envuelve de una forma que no te suelta. Se trata de una película especial que seguramente odies o te encante; ya que en mi opinión no tiene punto medio. En mi caso me enamoró la primera vez que la vi, y las siguientes también.

Es mi primer acercamiento al cine de Lars von Trier, no sabia realmente lo que encontraría,ni tampoco recuerdo como llegue a esta película. La obsesión de una mujer hacia un hombre hasta el punto de llegar a lo enfermizo, pero de una manera que no genera ira o repulsión; todo lo contrario, no pude evitar pensar la manera en la que se sentía Bess, ni el porque de sus acciones para mantener aquello que cree que la hace feliz. Dejando a un lado esto, debo decir que estoy totalmente fascinado con su hermosa fotografía, y la gran actuación de Emily Watson.
No puedo evitar pensar la cantidad de obras que no he visto, estoy muy emocionado!! Esta es una de la razones por las cuales amo el cine.