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Joy

Drama. Comedia Joy Mangano, una humilde trabajadora de Long Island, acabó convirtiéndose en una popular inventora de productos del hogar y también en uno de los rostros más conocidos de la teletienda americana. (FILMAFFINITY)
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Críticas 99
Críticas ordenadas por utilidad
25 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
David O. Russell vuelve a presentar otra cinta ambientada en el pasado reciente –aunque con menos brillo que en sus últimos films-, con la colaboración de su reparto habitual. De todos ellos, destaca de manera excepcional Jennifer Lawrence, quien soporta el peso de toda la película interpretando a la protagonista de la historia, una mujer inteligente, sufrida y pujante, que busca salir adelante a pesar de todos los obstáculos que provienen tanto de feroces competidores comerciales como de su particular y egoísta familia.

Joy (esplendida Jennifer Lawrence), divorciada, vive con lo justo para mantener a sus dos hijos y a su auto-recluida madre -en depresión permanente desde su divorcio-. Además permite que su ex-esposo –un fracasado cantante de orquesta- habite el sótano de su casa y tiene que dar albergue a su padre (Robert de Niro, en otro de sus cansinos y recurrentes papeles de los últimos años), quien ha sido echado de casa por su tercera esposa.

Joy ha tenido que dejar de lado sus inquietudes creativas por las circunstancias familiares, pero en medio de una crisis se le ocurre un invento que puede cambiar el curso de su historia. El guión, de ritmo irregular, muestra el difícil camino que va desde la concepción del producto –una fregona de “última generación” en la década de los ochenta- hasta su venta en los programas de televisión del tipo “¡llame ahora, llame ya!”, combinándolo con algunos flashbacks que sirven para explicar la complicada vida de la heroína.

Más allá de Lawrence, Russell –conocido por ser un “director de actores”- hace que el resto del reparto cumpla sus funciones sin mayor gloria. Incluso el papel y la actuación de Bradley Cooper es prácticamente intrascendente. La banda sonora sigue siendo seleccionada con mucho mimo por parte del director, aunque al igual que la película en su conjunto, está por debajo de la vibrante “American hustle” o la entrañable “Silver linings playbook”. Cómo dicen varios críticos, parece que a Russell se le agotó la fórmula del éxito.

http://kikemorey.wordpress.com
kikemorey
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26 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien el tema del sueño americano resulta muy manido a estas alturas, no puedo pasar por alto que, la nueva película de David O. Russell, puede ser un buen bálsamo para todos aquellos que hemos luchado por hacer realidad nuestros deseos.
Una muy buena parte del público no recibirá con agrado esta nueva propuesta, pero los soñadores sí que lo haremos. Con el tiempo y con mucha desesperanza acumulada, he venido a clasificar a muchas personas como auténticos obstáculos en el camino; gente a la que consideraba amigos, pero que para nada estaban allí para convertirse en auténticos compañeros de viaje y aventuras. Obstáculos que había que retirar del camino y tirar literalmente a la cuneta.
Mis palabras pueden resultar duras, lo sé, incluso causarán cierta polémica, pero es lo que siento y es en lo que me han convertido. Por lo que no es de extrañar que simpatice con esa Jennifer Lawrence, que coge un arma a mitad de metraje con el fin de desahogarse de sus fracasos personales y familiares. Y todo provocado por un ecosistema poco dado a la ilusión y las grandes oportunidades.
El director de “El lado bueno de las cosas” plantea a una joven rodeada de un ambiente familiar y social completamente contradictorio con sus grandes habilidades. Una sociedad que hace que nuestros niños, en un momento concreto del paso de la infancia a la adolescencia, sean podados con el fin de atraerlos a un mundo adulto gris, decepcionante y selvático.
La escena cuando rompen la maqueta de la protagonista siendo niña, resulta ser la clave fundamental de un film injustamente mal comprendido. Y es que muy probablemente, aquellos que rechacen esta noble y bonita historia, sean los mismos que obstaculizan en la vida real la ejecución de los verdaderos sueños. Un mundo sin idealistas está condenado al olvido y a la oscuridad más absoluta.
Russell presenta una línea clásica en este nuevo trabajo, cuyo único escoyo se encuentra en aceptar o no a los estrambóticos personajes; gente muy real que a veces terminan siendo tu mejor apoyo en el duro sendero. Si uno supera la primera media hora errática, se encontrará con una notable sorpresa en forma de relato de superación y motivación. A mí por lo menos me sirvió como bombona de oxígeno para seguir en marcha en estos tiempos incrédulos.
Francisco Javier Millan
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26 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera y esperemos ultima colaboración de Lawrence, Cooper y D.O Russel, pues es su entrega más floja de las tres.
Otra historia de sueño americano, donde todo es posible.
Jeniffer Lawrence ilumina y aguanta una película que decae en algunos momentos, siendo un personaje el de Joy Mangano, reina de la teletienda, que daba para mucho más. Película para una tarde de fin de semana en Antena3
Shevchenko
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3 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joy Mangano llevaba una ardua vida de trabajo y una constante lucha por sacar adelante a su familia. Desde niña fue muy creativa y a los 33 años, en 1992, inventó un instrumento que le cambió la vida: un trapero (mopa) lavable para pisos que escurría sin necesidad de mojarse. Apostó por él y logró ofrecerlo en un programa de televisión especializado en compras telefónicas. Su producto fue un éxito y el inicio de una exitosa carrera como vendedora, que la tienen convertida hasta el día de hoy, en un ícono del telemarket en los EEUU.

El tres veces nominado al Oscar David O.Russell (‘Silver Linings Playbook’, ‘American Hustle’) vuelve al ataque junto a su trío favorito Lawrence/Cooper/De Niro, ahora para contar la historia de Joy Mangano y cómo llegó a convertirse en una líder de las ventas telefónicas gracias a sus ingeniosos inventos. Russell vuelve a construir un relato basado en personalidades complejas al borde de la patología, personajes con historias pasadas no resueltas y dispuestos a enfrentarse a sus peores miedos, y nos asegurábamos, a priori, una puesta en escena dinámica, diálogos inteligentes y un correcto manejo del melodrama y el humor negro, tal como lo ha demostrado en sus últimas cintas.

‘Joy’, al igual que sus anteriores trabajos, nos exige una alta concentración ya que son muchos los elementos que convergen a lo largo de la historia que, por muy menores, pueden resultar relevantes para la película. Esta vez, la colección de personajes es más delirante que nunca, donde la piedra angular es Joy (Jennifer Lawrence), una mujer joven y esforzada que debe sacar adelante a toda su familia, es decir, sus hijos, su madre (Virginia Madsen), su padre (Robert De Niro), su abuela (Diane Ladd) y su ex esposo (Édgar Ramírez), ahora su mejor amigo y que aún vive en su casa. Un núcleo familiar absolutamente disfuncional que tiene en Joy a su epicentro, al igual que la película, donde una vez más, Jennifer Lawrence se luce, derrochando histrionismo y una capacidad interpretativa moldeable a cualquier estilo y a cualquier director.

La cinta deambula entre el drama y la comedia, en esa delgada línea que Russell demostró saber muy bien manejar en ‘Silver Linings Playbook’ (2012) y que sobrecargó en ‘American Hustle’ (2013). Esta vez, mantiene la tónica pero, a diferencia de sus dos anteriores títulos, ve en su guión el peldaño más débil de una escalera que no le alcanza para llegar a la cima. La historia recorre elementos que se vuelven inconexos o, muchas veces, de poca relevancia, algo que en otras cintas operaban muy bien en función de la trama y que en ‘Joy’ no funcionan, probablemente porque la vida de Joy Mangano no es precisamente una biografía que pueda llegar a ser tan interesante como para plasmarla en pantalla, más aún con tanto recurso fílmico. El placer de Russell y sus montajes, mezclando los sueños con la realidad, los flashbacks y los cambios de puntos de vista, si bien nos consiguen regalar algo de ese vértigo y la emoción que la cinta necesita, resulta a ratos un exceso para condimentar lo que no necesitaba tanto sabor.

A pesar de la –últimamente- incontrolable necesidad de Russell de filmar pensando en el gran premio, que lo lleva en este caso a un film forzado y a ratos equívoco, ‘Joy’ se hace absolutamente degustable gracias a Jennifer Lawrence (físicamente más parecida que nunca a la “original” Renée Zellweger) en lo que es uno de sus mejores papeles de su carrera, y sin duda el mejor junto a Russell, capaz de llenar la pantalla, paseándose por una paleta de emociones con las que dibuja un personaje entrañable, potente y creíble. Ni el reparto secundario logra darle equilibrio a esta mesa que termina cojeando, con un Robert De Niro que desde ‘Cape Fear’ (1991) que no lo vemos brillar como antes, y un Bradley Cooper que aporta con lo justo y mucho menos protagonismo que en otros filmes con Russell. Vale sí destacar al venezolano Édgar Ramírez (‘Libertador’) que continúa su ascendente carrera en Hollywood, y a Isabella Rossellini (‘Blue Velvet’), un monstruo de la actuación que se devora la pantalla con muy pocos minutos en ella.

Ni el ‘Miracle Mop’ es capaz de elevar a una cinta que no es lo suficientemente dramática como para conmover ni lo cómica que podría haber sido, que nos cuenta una historia que, si bien es impresionante en los hecho reales, no resulta tanto esta vez. Que con tan impresionante reparto, no logra aprovecharlos bien. Una vez más, esa gran actriz llamada Jennifer Lawrence le saca a flote una cinta a Russell, donde el director vuelve a tropezar, y más fuerte que nunca, en sus ganas por conquistar el mundo y uno que otro premio.

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www.elotrocine.cl
Wladimyr Valdivia
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6 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joy de David O. Russell es un drama biográfico con tintes de comedia basado en la vida personal y profesional de Joy Mangano, una mujer normal y corriente que acabo siendo una inventora de productos para el hogar y la gran estrella del tele tienda americano. Dirigida con un ritmo paulatino y con un estilo que se adapta bien de los hechos reales pero con algunos toques enrarecidos, es una obra que va de menos a más pero que en ningún momento termina de arrancar para ser un film notable que sin embargo tiene detalles entretenidos y atractivos que gustan ver y que no dejan a nadie indiferente tras su visionado, concluyendo una digna película que merece la pena ser vista y no decepciona, aunque tampoco brilla en ningún momento.
La fotografía en blanco y negro es lumínica y algo blanquecina en un evocador trabajo repleto de detalles agradable que son en ocasiones algo enigmáticos, logrando una labor estéticamente notable que te transporta a cada época narrada. La música es emotiva y nostálgica en unos sonidos variados y alusivos del momento que llena de ritmos y melodías el film, siendo también en ocasiones penetrantes e intensos para turbar al público en determinados momentos de la acción. Los planos y movimientos de cámara consuman una labor notable y con un estilo técnico reconocible y personal a través del uso de los generales, reconocimiento, avanti, retroceso, cenitales, cámara en mano, subjetivos, tercera persona, circulares, seguimiento, travellings y rotación en un buen trabajo que saca lo mejor del film.
Las actuaciones son remarcables y auténticas en lo que ofrecen. Como protagonistas Jennifer Lawrence está convincente y con calado psicológico en un destacable papel, Robert De Niro está acertado en su tarea y Bradley Cooper está señalado en su labor, siendo buenos también los acompañamientos de Isabella Rossellini, Diane Ladd, Édgar Ramírez y Virginia Madsen entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones alusivos del personaje y de cada época, siendo estos en su mayoría elegantes y cuidados en una notable labor que junto con los decorados de interiores te transporta a las entrañas del tele tienda americano de la época.
El guion, escrito por el director junto con Annie Mumolo, va de menos a más en su ofrecimiento de historia real aunque nunca llega a despegar de un modo notable, aunque eso sí, logra entretener y amenizar el rato con una trama sustanciosa y real que no es lúcida pero al menos cumple decentemente con su cometido, finalizando con ello un buen film en el que lo que más destaca es la brillante interpretación de la protagonista. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off afable, siendo el resto común y familiar en una tarea expresiva y natural. Cabe destacar también, el montaje con flash-back al principio para situar al público en los principios de la protagonista y luego seguido y acompasado aunque con extraños sueños de esta.
En conclusión, la considero una obra curiosa con detalles atractivos que sin embargo no logra despegar del todo con su historia real, siendo lo mejor de esta su parte técnica y sobre todo la interpretación de una Jennifer Lawrence que deja bien claro que lo suyo no es una casualidad, sino que llega decidida a quedarse como una firme promesa interpretativa del séptimo arte norteamericano. Recomendable por su dirección, actuaciones, fotografía, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que vuelven a Joy, un buen film que guarda lo mejor para el final pero que no brilla como podría haber hechos sino tuviera tantas rarezas innecesarias.
Elcinederamon
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