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The Neon Demon

Terror. Thriller Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar. (FILMAFFINITY)
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Críticas 132
Críticas ordenadas por utilidad
2 de agosto de 2016
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es compresible que cualquier espectador o crítico al que no le gusten las imposturas salga horrorizado de la sala: la trama es delirante y la acción lenta y casi inexistente, viéndose sepultada por escenas grotescas a lo largo de toda la obra. Sin embargo, la nueva entrega del director de Drive es una de las experiencias visuales más impactantes de los últimos años. Refn logra transformar los códigos del lenguaje publicitario de manera que convierte planos, poses y luces más que vistas en un universo surrealista en la que una historia terrorífica tiene lugar.

Y es que es esta destrucción y recomposición de la imagen donde reside la potencia del film. Reducir la película a una trama de modelos violentas es pecar de lo que se critica: superficialidad. Decir que The neon demon es una crítica sangrienta a la moda es no enterarse del asunto. No hay ninguna crítica al mundo de la moda al igual que en Drive no había ninguna crítica al mundo de la mecánica. La moda no es más que el vehículo para que Refn nos cuente una historia de belleza y envidia. Una luz cegadora, Elle Fanning, detestada por todas las criaturas oscuras. La rabia que en las almas malvadas y corruptas despiertan la pureza y la excelencia. La diferencia entre el talento y el don.

Hablábamos antes del universo surrealista y desde luego Refn se ha convertido en uno de los referentes contemporáneos a tener más en cuenta. Ya en la fallida, aunque reivindicable, Sólo Dios perdona, el danés coqueteaba con las escenas oníricas en las que el Dios de la cinta, el tailandés Vithaya Pasringarm cantaba en un karaoke lleno de neones en varias ocasiones, casi dándose la mano con el fascinante cineasta Apichatpong Weerasethakul, experto en desdibujar la fina línea que separa el sueño de la vigilia. Gran acierto de Refn el haber explotado las vías visuales renunciando al protagonismo de la acción, que era precisamente lo que más renqueaba en su anterior film.

The neon demon, además, sabe rendir homenaje a los maestros surrealistas del cine sin renunciar a un estilo propio identificable en las décadas a venir: Los omnipresentes neones reflejados en la oscuridad y los colores pastel que se apagan bajo la luz natural. El puntero vestuario en contraste con los decorados más horteras. Falsa sangre. Elle Fanning flotando en un trampolín...
Pero también un pasillo en el que un personaje sale detrás de una cortina para atacar a la protagonista, como Buñuel hizo en Belle de Jour con Catherine Deneuve, o un inoportuno puma en la cama del motel, como la vaca de La edad de oro. En un desfile los neones que iluminan la pasarela provocan en Elle Fanning reacciones y fotogramas similares a los de Romy Schneider en la inconclusa L'enfer de Georges Clouzot. Y sobre todo, vemos a Jodorowsky.

Ya en los créditos de Sólo Dios perdona se pudo ver en letras bien grandes que la película iba exclusivamente dedicada a al director chileno. El multidisciplinar artista vuelve a parecer en los agradecimientos, pero además el final nos remite directamente a La montaña sagrada. Una sala decorada de manera imposible y esa escena gore maravillosa, con efectos imperfectos y en definitiva, ya grabada en la posteridad.

Uno de los finales más impactantes de la historia del cine gracias también a las imponentes presencias de Bella Heathcote y sobre todo, la increíble Abbey Lee. Ambas, junto a las también magníficas Jena Malone y Elle Fanning, hacen de esta pesadilla de colores saturados una muestra de la valía de los elencos exclusivamente femeninos en cualquier tipo de película.
harryhausenn
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5 de septiembre de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El drama del director Nicolas Winding Refn fue darse a conocer al gran público con una película fabulosa, bellísima… pero que en absoluto representa el verdadero ADN del director danés. Estoy hablando de Drive, claro. Por supuesto que en ella está impresa la marca de su director (largos silencios, violencia, cuidada estética), pero pasada por un filtro que la hace accesible a un elevado porcentaje del público. El problema de todo esto reside en que, después de Drive, Refn siguió haciendo sus cosas; películas muy suyas, y a la gente se le arrugó la nariz. Ellos querían más Drive porque pensaban que este director era siempre así, y la realidad es otra. La realidad es que Drive es un pequeño oasis en la filmografía del director. Un caramelo.
Por eso, cuando se estrenó Sólo Dios Perdona le dieron palos hasta en la foto del carnet; el público masivo, el que había disfrutado con Drive, quería más de lo mismo… y Sólo Dios Perdona no es más de lo mismo: es Nicolas Winding Refn en estado puro. Volvía a ser él, y la gente que no conocía sus anteriores trabajos se llevó un decepcionante desengaño.
Ahora llega su nueva película, The Neon Demon, y auguro que con ella ocurrirá exactamente lo mismo, pues su visionado resulta aún más duro y complejo que el de Sólo Dios perdona.

The Neon Demon narra la historia de Jesse, una jovencísima chica que huye a Los Ángeles con la intención de triunfar en el mundo de la moda. Allí encontrará belleza y glamour, pero también envidia, enfermiza competitividad y gente sin alma. La mayor maldición de Jesse es ser preciosa por naturaleza, sin que ningún cirujano la haya modificado para ajustarse a los cánones. Jesse irradia una luz con la que sus compañeras sólo aspiran a soñar, y eso puede ser peligroso en un ambiente competitivo, frío y deshumanizado.

La película, una suerte de híbrido entre Suspiria, de Darío Argento, Mulholland Drive, de David Lynch, y la literatura de Bret Easton Ellis, cimienta sus mayores armas en una estética perfectamente diseñada, donde la luz, el color y el uso de la cámara en combinación con la música cobran protagonismo absoluto. También posee una fuerte carga onírica y simbólica, de modo que verla con la idea preconcebida de estar ante un thriller de terror al uso con inicio, nudo y desenlace es un error. The Neon Demon va más allá de los convencionalismos, algo que desde luego no resulta nuevo en el cine de Winding Refn, y no busca contar una historia que vaya del punto A al C pasando por el B; en lugar de eso nos ofrece una trama no del todo lineal, difusa, donde las sensaciones acaban siendo más importantes que lo narrado. No es de extrañar, pues, que a pesar de tener un ritmo pausado y contemplativo, donde reinan los grandes silencios, las hipnóticas dos horas de película atrapen al espectador igual que a un conejo que sucumbe ante las luces del coche que se aproxima en la oscuridad.
Y como no podía ser de otra forma, bajo el glamour mostrado en The Neon Demon subyace una crítica feroz hacia ese mundo superficial e implacable, donde lo único que importa es poseer un físico impecable. El demoledor momento en que un personaje afirma que con veintiún años ya estás mayor para esos menesteres resume el espíritu de la película. De ahí que, entre las palmeras, los atardeceres y los locales de moda de Los Ángeles, surjan monstruos capaces de cualquier cosa por una dosis de belleza y juventud.
En el reparto destaca sobre todo la protagonista, Elle Fanning. Su aspecto frágil y delicado ayuda a que nos creamos su personaje, una chica desubicada, temerosa y fuera de lugar que poco a poco irá mutando hacia una oscura dirección.

En resumen, The Neon Demon es una película impecable y no apta para todos los públicos; si lo fuese no resultaría ni la mitad de interesante de lo que es.
Glanton
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16 de septiembre de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película vacía. Fue el primer comentario tras haber visto The Neon Demon: llena de luces de colores, de música electrónica agradable y caras bonitas. Pero, a fin de cuentas, una película sin nada, vacía. 7 días después las cosas han cambiado, en la cabeza sigue dando vueltas esa escena final que aún no he podido digerir y esto me ha obligado a verla por segunda ocasión. La interpretación ahora es que lo más probable es que la película haya sido concebida así para dar la apariencia de vacuidad que hay no sólo en las pasarelas y en las vidas de aquellos que viven para y por la moda (donde la belleza y el reconocimiento son efímeros), escenario en el que se desenvuelve la historia, pero bien pudo haber utilizado cualquier otro ámbito para contar la historia del cachorro enfrentándose a la hostilidad de los lobos veteranos con el fin de encajar en la manada; bueno, a lo que iba: lo que se nos cuenta en The Neon Demon, al interior de este microcosmos lleno de glitter y de la mejor iluminación para disimular imperfecciones, no es más que la degradación del ser humano, una metáfora para representar la actualidad del más cruel de los mundos y la mejor forma para sobrevivir en él.

Al inicio, luego de una breve lluvia de escarcha sobre un fondo azul, vemos a Jesse tumbada en un sofá, degollada y formando un charco de sangre rojo oscuro en el suelo, como recién salida del baile de graduación de Carrie o como una muñeca de porcelana rota, la toma se abre –remembranza del final de la Montaña Sagrada de Jodorowsky– para descubrir que la muerte es simulación y está posando para un fotógrafo. La vida de alguien siendo observada bajo cualquier tipo de lente que esté enfocando directa, exclusivamente a ese alguien desvirtúa su realidad, puesto que la realidad se vuelve ahora en perspectiva del que observa, ese ojo es una amenaza que tarde o temprano hará cambiar el comportamiento de lo observado que ya no es sujeto sino un objeto manipulado (maniquí, títere) al antojo de aquel que está detrás de la lente, de ahí la importancia de elegir a quién se le permite estar detrás de la cámara, de ahí la navaja cortando el ojo en la primera película de Buñuel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eric Packer
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18 de septiembre de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que empezar la critica alabando a cada director que utiliza sabiamente el recurso de las preciadas luces de neón, y es que es algo que a día de hoy me sigue maravillando, como un recurso tan minimo, puede dar semejante exquisitez para los sentidos cinéfilos de servidor (alabado sea el bueno de Nicolas!) , dicho esto empezaré destacando la labor de un gran director que a dia de hoy se puede decir que esta jugando una liga diferente, y no una liga cualquirera amigos y amigas. Aquí el bueno de Nico que tiene obras del calibre de Pusher (su preciada trilogía), y acabando por las más famosas como Drive o Solo Dios perdona (alabado sea también mi amigo Ryan!), ya partiendo de esta base sabes perfectamente que te encontraras algo distinto en Demon Neon con un estilo muy personalizado y propio. Por eso el decidirme a verla contaba con un currículum muy interesante esperando encontrarme al tipico Nico, el de siempre, el de Drive por ejemplo, pero no, digamos que sigue manteniendo esa estetica muy bien lograda con esa música perfectamente encajada en cada escena como si de un puzzle se tratara, tambien mantiene esas maravillosas luces de neón para un incremento potencial en cada escena (esteticamente me maravilla) algo que vienen utilizando directores como el famoso Gaspart Noe, Argento o por que no Lynch, hasta el bueno de Takashi Ishii , cada uno con su estilo muy definido.
Pero viendo la movie me di cuenta que para mi punto de vista ha subido un nivel mi amigo Nico.
Me explico , aquí nos encontramos con una protagonista de 16 años en la que vemos claramente como remarca de manera genial su papel de chica inocente (chapo!), y por otro lado tenemos a digamos las 3 arpias 2 de ellas modelos y aqui la supuesta "amiga maquilladora" de la protagonista ,(al principio , ya que luego vemos como solo se mueve por una envidida insana hacia la prota) , si juntamos todo esto tenemos un cuadro lleno de maldad entre la fruta prohibida e inocente y los demonios que desean algo que no podran tener (inocencia).
Así que nos movemos por un laberinto de maldad humana , con escenas con una intensidad exageradamente potentes, y con escenas cargadas de simbolismos (escena final sublime) en la que personalmente no deja ni un segundo para que puedas pestañear tranquilamente y esto amigos y amigas es algo fantastico en una película de este calibre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Martin
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11 de octubre de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film de belleza mortuoria y crueldad sangrante para los que busquen algo fuera de lo común. Y es que Winding Refn ha realizado una obra que no encaja en los cánones comerciales (al igual que la mayoría de su filmografía, salvo "Drive"). Fascinante desde su prólogo al más puro estilo De Palma o Argento, donde creemos ver algo que en realidad no es, con un ejemplar uso de todos los fuegos de artificio. Lo que sigue es una reflexión acerca de la belleza y lo superficial del mundo moderno ambientado en el competitivo mundo de la moda. Se ha repetido hasta la saciedad la frialdad de la puesta en escena, pero yo creo que es algo meditado y le sienta muy bien para retratar a la mujer esclavizada por los que rigen y ordenan en todo lo que rodea la profesión.

Las actrices principales están muy contundentes, en especial Elle Fanning y una sorprendente Jena Malone, explotando su faceta ambigüa y sexy. Los actores (Alessandro Nivola, Karl Glusman y un despistado Keanu Reeves) son meros comparsas. Necrofilia, canibalismo, enajenación, asesinato, narcisismo, Harakiri... No tiene desperdicio. La escena final quedará para la posteridad, por su morbo malsano y por su mensaje nada tranquilizador respecto a estas mujeres depredadoras.La fotografía es eléctrica e irreal, reforzando la sensación de experiencia onírica que tiene el film. La banda sonora de Cliff Martinez es muy potente, mezclando electrónica y sintetizadores. Probablemente será abucheada, no es para todos los paladares. No tiene término medio. También ocurre con otros creadores como Paul Thomas Anderson, Charlie Kaufman, Wes Anderson o Rob Zombie. Yo estoy entre lo acérrimos defensores, creo que salta a la vista.
Sirope
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