Mataharis

Soy yo, abre.
Ese costumbrismo o realismo naturalista qué cojones, tía, que consiste en que cada gesto, mirada, pensamiento o escena signifique algo, a ser posible la mar de morrocotudo o tal vez pelotudo, una pena, una desolación, una transición traición, oh no, una pasión un dolor, una infidelidad, amor, deseo, que nunca haya tiempos muertos, todo triste o poético, penoso hermoso, ni banalidades tampoco, o que tengan una vuelta.
Esa mirada verídica a ras de suelo, cámbiale tú los pañales, el alma de la gente, la voz de la calle, que te haga todo el trabajo (sucio y limpio), ningún cabo suelto, que te traduce cada hecho o situación al por mayor para que tú, sí, hasta tú lo puedas entender, que lo convierte todo en una papilla para la que ni siquiera necesitas dientes, obvio, para facilitarte la tarea, te basta solo con soplar y/o sorber, ni masticar te exigen no te vayas a atragantar que nos conocemos, para espectadores como usted, el cliente siempre tiene la razón, que no se hierne el pobre, el cacumen, de entendederas, corto, anda, no le valen o bastan las insinuaciones, átame, los cordones, te acompaño de la mano, ciego, voy.

Advertencia: que nadie se deje engañar y espere una película de detectives tipo Philp Marlowe o Magnum (es más, ni siquiera como "Spencer, detective privado"). Todo lo contrario, la película contiene todos y cada uno de los elementos que caracterizan el cine de Icíar Bollaín, especialmente el feminismo y la reivindicación social, por lo que prescinde de cualquier tipo de acción de carácter no emocional.

A simple vista se observa que es una película eminente y tópicamente feminista. No es casualidad que los protagonistas sean mujeres que se dedican a una profesión tradicionalmente masculina (detectives) y donde los jefes son hombres malos, arrogantes y dominantes. Por lo que se ve (de lo que se entera uno) no es fácil para una mujer conciliar su vida profesional con la familiar porque si trabajan les ponen los cuernos o se distancian de su pareja o, irectamente, no consiguen pareja. Lo nunca visto, vamos.

La reivindicación social, en este caso, toma la forma de empresarios y subcontratas, tratado con la misma demagogia, populismo y falta de conocimiento que cuando hablaba de colectivización en "Tierra y Libertad" (no la dirigió ella, pero sí la protagonizó y ciertas escenas parecen calcadas). Como es un tema con el que he convivido y sigo conviviendo puedo afirmar que lo que narra es completamente irreal.

La forma de contar las cosas también es la típica de Icíar Bollaín: muy correcta, aparentemente natural, cotidiana, con mucho escenario urbano, planos cortos, vibraciones en la cámara... Y evitando todo lo que resulte ajeno a los dramas personales y que pueda aportar algo de entretenimento. Como suele ser habitual en sus películas, lo mejor es que las historias están bien narradas (introducción, nudo y deselace, como mandan los cánones) y lo peor que cada historia es más aburrida que la anterior.

Resumiendo, Icíar Bollaín en estado puro, así que al que le guste, bien y al que no, que reviente.


PD. No, no se me olvida hablar de las interpretaciones, pero es que últimamente siempre que veo una peli española termino diciendo lo mismo... bueno, en fin, vamos allá. Interpretaciones como tales no hay. Sale una señora objetivamente fea (que aparecía en "Los Serrano") haciendo lo mismo que hacía allí, de Pepito Grillo; a pesar de lo que digan de la gran actuación de Nawja Nimri, Najwa hace de sí misma con la diferencia de que está en un papel en el que nunca la habíamos visto: esposa y madre en la vida, sin enseñar cacho; Tristán Ulloa hace de Tristán Ulloa y hay una ristra de secundarios semiconocidos que ponen cara de lo que toque (de hastío, de lider carsimático, de dilema moral...) sin convencer lo más mínimo. Vamos, lo de siempre. Si cuando digo que me lo podía haber ahorrado...

Película que arranca con un buen enfoque hacia la historia y los personajes, dando una vuelta de tuerca a los clichés de las historias de detectives.
La mezcla con las protagonistas, todas madres que intentan sobrellevar una vida normal con un trabajo especial.

Buena idea, pero que a medida que pasa la película pierde interés desde mi punto de vista, por falta de fuerza en la historia....

Interesante historia sobre tres mujeres (magistralmente interpretadas) detectives, en las que se enredan sin querer sus vidas personales con las profesionales, siendo la principal trama de la película la barrera que hay entre ambas, hasta que punto se pueden utilizar los medios que tu profesión te facilita para solucionar tus problemas personales y como pueden interceder los sentimientos a la hora de realizar tu trabajo.
Pero la cinta resulta lenta, ligeramente aburrida en algunos momentos y donde falta emoción. No es el mejor trabajo de Icíar Bollain pero supera el aprobado reslviendo la película de la forma esperada.

Buena película. Buen guión, aunque las tres historias que nos cuenta son demasiado parecidas y, por otro lado, poco entrelazadas.

Lo mejor, sin duda, las interpretaciones, o la dirección de actores, que nunca sabe uno a quién otorgar el mérito.