Intocable

“Intouchables” tiene (y seguirá teniendo) todos los ingredientes para haber sido una gran candidata a los Oscars del 2012 con el permiso de “The Artist”. No obstante, he intentado buscar un razonamiento de porqué para mí no es un film maravilloso y la verdad es que no he logrado dar con una respuesta concreta. A veces, no todo tiene una explicación. Podría decir que no me ha llegado a calar tan hondo como a la mayoría.

Logra reflejar con excelencia que a las personas hay que tratarlas como personas. Que una discapacidad no es sinónimo de INCAPACIDAD y mucho menos que para colmo decidan lo que han de hacer o pensar por uno mismo.

Lo que conmueve del film es ver como estas dos personas van llegando a entablar una relación y el proceso que se va siguiendo hasta el final. Ver como se necesitan mutuamente y lo que adquiere el uno del otro. Es quizás esta parte la que no me logra cuadrar mucho debido a que yo personalmente no abriría las puertas de mi casa de una forma tan rápida y quizás menos aún, depositaria tal grado de confianza a alguien que viene de un barrio marginal, independientemente de que sea una buena persona. Repito, esto siendo yo. Aún así me hace pensar en la valentía de Phillippe, -quien no tiene nada que perder-, ya que se arriesga a probar con un desconocido. Por otro lado, Driss, es ese tipo de personas excepcionales que es difícil de encontrar. Y más aún sabiendo que proviene de un barrio donde la chusma, el trapicheo y todo lo que sea sinónimo de malo o negativo, abunda.

Driss posee lo que a muchas personas les falta: bondad, naturalidad y sobre todo ese gran entusiasmo por vivir la vida y ser capaz de contagiarlo. Quizás lo que tampoco me cuadra aquí es el modo en el que se ve a la alta sociedad. La pintan como una sociedad vacía de sentimientos, manipuladora y llena de prejuicios. Es como si el caso de Phillippe fuera una excepción porque si nos fijamos todo lo que lo rodea (el casting de selección, su hija adoptiva y su novio, el vecino) da rotundamente un poco de asco.

Yo no es que defienda este modo de vida, pero, ¿realmente hace falta que un desconocido entre en nuestras vidas para que esto cambie? Decir que no he disfrutado del film seria mentir.

Porque lo que potencia en gran medida “Intocable” es su gran acierto al añadirle ese punto de comedia que la hace entrañable y más cercana al espectador. Y eso, independientemente de mis puntos negativos, no recuerdo haberlo visto en muchos films.

Intocable es una película con magia. Destaca por unas interpretaciones sublimes por parte de François Closet y Omar Sy y por la química que demuestran tener ambos a lo largo de estos 112 minutos de película. Pero más allá de las relaciones entre los personajes y de la evolución de una amistad que une dos polos a primera vista tan opuestos, Intocable presume de un humor crítico muy acertado al tocar temas como el arte contemporáneo y la situación actual de desempleo.

Intocable trata sobre las apariencias. No se para a ilustrar conflictos de clases sociales ni raciales. A pesar de que todo ello también es ilustrado en la película, no se profundiza, dejando de esta manera que el espectador construya su propio contexto. Por su parte, Olivier Nakache y Eric Toledano se limitan a contar la historia de dos personajes que en un principio se nos muestran completamente contrapuestos y que en un final terminan por demostrar que no son tan distintos. Intocable cuenta de una manera muy humana cómo todo ser - sea cual sea su pasado, y sea cual sea el presente que le ha tocado vivir - está constituido por la imagen que tiene y la imagen que pretende dar. Spoiler 1.

Así pues, en mi humilde y sencilla opinión, Intocable presenta una trama a simple vista sencilla pero con un guión y unas interpretaciones magistrales. En lugar de usar el cine como herramienta para transmitir un mensaje a la sociedad, construye una gran película a partir de un mensaje ya existente.

Mi razón por no darle un 10 es básicamente que en todo momento todo cuanto sucede es previsible, pero me sigue sacando una sonrisa.

Es lo que te queda al final de Intocable, y de hecho es bastante lógico. Una cinta que está triunfando tanto en taquilla algo tiene que tener, y efectivamente, lo tiene. En época de crisis como la que nos aprieta, todos queremos sonreír más, y si aflora una carcajada, mejor que mejor. Si es nuestro objetivo, posiblemente la cinta francesa nos venga al pelo.
De esto se encarga un guión inteligente que no cae en el melodrama mas facilón, unas situaciones divertidas, una relación extraña a la par que entrañable, y las estupendas interpretaciones de Francois Cluzet y Omar Sy.
Algunas críticas se han centrado en lo inverosímil de la trama, como el hecho de que un joven africano de barriada francesa sea el elegido para acompañar al rico tetrapléjico en la historia. Puede que tengan razón, pero en mi opinión todo eso se ve eclipsado por todo lo demás. Ahí se hace grande Intocable. En que sus dos protagonistas juntos, son intocables de verdad. Son indestructibles, pueden con todo, plantan cara a la adversidad. Tienen conversaciones divertidísimas y crean una simbiosis sin igual. De hecho no importa de dónde provenga cada uno. Eso se queda muy atrás después de pasar unos cuantos momentos juntos. La película puede presumir con tranquilidad de dejarte un buen sabor de boca y de hacerlo sin pretensiones, apoyándose en un puñado de momentos memorables y en las relaciones humanas. Lo inverosímil deja de tener importancia una vez sumergidos en Intocable.

Intocable te hará reir. Te hará pensar. Te hará darte cuenta de lo que tienes, o quizá de lo que has perdido y puedes recuperar. Te deja con una gran sonrisa y todo lo demás pasa a un segundo plano. Y gran culpa de ello la tienen los dos actores protagonistas. Se aleja de las grandes producciones de Hollywood y te hace darte cuenta de que siempre nos queda la esperanza. Y todo ello, sin caer en el dramón de turno que podría haber sido.

Seamos intocables por cerca de dos horas. Te la vas a perder?

Los tres adjetivos del título son los primeros que me vienen a la mente al recordar esta película. A pesar de tratar temas delicados de un modo aparentemente irreverente, el resultado no es provocador ni demasiado realista, lo cual no quita que sea una película estupenda para pasar un bue rato e incluso reirse bastante. Recomiendo verla sin esperar de ella un mensaje demasiado complejo, pues no lo hay. Es una película que, de haber sido hecha en EEUU, habría resultado lacrimógena y llena de moralejas, pero que siendo francesa acaba siendo una comedia fresca con pequeñísimos toques dramáticos.

Yo la recomiendo más que nada para disfrutar de la relación entre los dos protagonistas; sólo por la empatía que destilan ya merece la pena. La guinda del pastel se la ponen unos secundarios muy simpáticos y bien escogidos.

La verdad es que es una película que no admite críticas profundas, sencillamente porque carece de profundidad. Es simple (aunque no así los temas que trata) y se basa en una historia real convenientemente adornada y adaptada para resultar atractiva. A mí me parece que, teniendo en cuenta la basura que llena los cines habitualmente, ésta es una buena opción para pasar un rato entretenido sin sentir que le tratan a uno de estúpido.

Fantástica comedia, sacada adelante por dos protagonistas que parecen no estar actuando, dos buenos actores que se ríen y divierten con el público. Una película que consigue su objetivo sin esfuerzos.

El planteamiento in extrema res te introduce de lleno en una historia cuidada, muy original para tratarse del género de la comedia, el primer golpe a los 5 minutos de haber comenzado da las primeras señales de lo que tenemos entre manos: casi 2 horas de buena comedia, una historia enternecedora que junta a dos personajes de mundos distintos, y que chocan de forma muy acertada; Omar Sy consigue que su personaje irradie vida y alegría, y François Cluzet retrata a la perfección la difícil situación de una personalidad fuerte y llena de vitalidad encerrada en un cuerpo roto. Los dos personajes encajan perfectamente. La historia se desarrolla con ligereza, no te aburres en ningún momento, la sucesión de nuevas situaciones no te deja. Final bonito, que sella para el resto del día una sonrisa en la cara del espectador; conseguido y cerrado, sin titubeos ni cabos sueltos.

Muy buena película, que consigue transmitir alegría y optimismo, aparte de hacerte reír. Inolvidables momentos como el de la ópera culminan este bonito proyecto. Te hace pasar un rato más que agradable, y les coges cariño a los personajes. Muy recomendable, sin ninguna duda.