Los Goonies

Un descubrimiento. Una típica película de sobremesa de fin de semana que se convierte en algo más. Otra simple travesura de un grupo de niños hace que vivan la mayor aventura de su vida. Muy divertida y emocionante. Además, me permitió descubrir a un verdadero actorazo: Sean Astin. No os la perdáis.

Sin llegar a ser una película realmente buena, en mi infancia la disfruté una y otra vez y fue capaz de despertar el espíritu aventurero que todo niño lleva dentro, salía a la calle y cogía mi bici para ir por ahí, a donde fuera y a lo que fuera.
Se consigue mantener la potente puesta en escena con un buen ritmo para una cinta infantil, de modo que hay escenas de tensión e incluso a esas edades de miedo, con tesoros, piratas, unos compañeros que forman una pandilla en la que todos queremos entrar y un final apropiado y no hablo ya de mi infancia, esta cinta es válida a cualquier edad.
Mención aparte merece un mítico personaje Slot y su ansiedad por comer chocolate... quién no lo ha imitado alguna vez??

Ni nací en los 80, ni me entusiasma Spielberg, ni se ha quedado en un vago recuerdo...
Los Goonies, hasta con sus fallos resultará siempre añorante. Consigue que no levantes las posaderas ni para emular a Gordi, y que tras el final tengas un incipiente deseo de volver a la época en la que los problemas se reducían a, si la chica o chico que te gustaba aceptaría el regaliz al que llevas pensando media hora si invitarle.
Tengas 12 años o 50, qué más da, podrás negarle a los demás que no ves esas películas, pero por dentro estás ansioso de más Goonies (por cierto, ¿no iban a rodar la segunda?... fuese sí o no, mejor dejarlo así).
Una película hecha para todos. Para el niño (que se puede identificar con toooodo el largometraje), para el estudioso (que ha logrado sacar un huequito cinéfilo), para el gordito (con su debido altar a Jeff Cohen) y sobre todo para el adulto consolidado, porque me juego una uña recién ''manicureada'' a que los realizadores tuvieron esa intención de... <<venga, vamos a hacerles entender a estos +30 el verdadero significado de nostalgia>>. ¡Maldita sea!, estos tios consiguieron que yo, en plena década de los 90, consiguiése vestir hombreras, escuchar a Cindy Lauper y quedar con mis amigos para hablar sobre la cueva de cualquier playa (sí, obligué a mis amigos a verla).

Por cierto... ¿soy la única que se enamoró platónicamente de Bocazas? ;)

Y es que su firma en esta cinta es evidente. "Los Goonies" es una película infantil, bien conducida, con un humor calcado al de "Indiana Jones", con personajes con gancho, políticamente correcta y sumamente entretenida.
Su argumento es muy sencillo pero ello no quita para que esté bien conducido y que tenga las ideas claras. Es chistosa y además cuenta con la capacidad de reírse de sí misma.

Sorprende un poco ver a Richard Donner en otra variedad de cine familiar (distinta de la de "Superman") pero deja su perlita con el personaje de "Mouth" (que aunque el guión sea de Colombus, parece del tipo del director de la saga "Lethal Weapon") que exuda acidez por todos sus poros.

Para los nostálgicos, el personaje de "Sloth" bien merece una revisión.
Muy entretenida.

Los Goonies, dirigida con maravilloso pulso y ritmo por Richard Donner (responsable de algunas de las películas más queridas de la historia, como Superman, Arma letal o Lady Halcón), es simple y llanamente una de las mejores películas de la historia del cine.
Es puro entretenimiento, un derroche de imaginación, clasicismo argumental (cortesía de Chris Columbus), personajes entrañables y, sobre todo, encanto, mucho encanto, y ese sabor ochentero tan perdido hoy en día que hizo que muchas películas de la época alcanzaran la categoría de clásicos. Para el recuerdo quedan secuencias como la final en la cueva, el divertidísimo primer encuentro de Gordi y Sloth, los momentos en que Data pone en práctica sus inventos o el bello momento de los túneles de chicos, chicas y "hombres". Y qué decir del reparto, con Corey Feldman sumando otro personaje mítico a su curriculum, un jovencísimo Josh Brolin (qué poco sabíamos entonces que se convertiría en el excelente intérprete de Mi nombre es Harvey Milk o no es país para viejos) y un Sean Astin todavía muy lejos de la Tierra Media que lo convertiría en inmortal.
Quizá, vista hoy, le falta el punto de emotividad y madurez que sí tenía, por ejemplo, Cuenta conmigo, que le dio a otras películas de la época un nivel dramático mítico, pero ese no era el juego de Los Goonies. Su campo de juego es el de la aventura total, la diversión absoluta, y como tal, sigue siendo una de las cintas más entrañables y clásicas (en todos los sentidos del término) que ha dado el cine.

Lo mejor: Todo
Lo peor: En realidad nada, salvo que a quien esto escribe le gustan más otros clásicos juveniles de la época.