Ni nací en los 80, ni me entusiasma Spielberg, ni se ha quedado en un vago recuerdo...
Los Goonies, hasta con sus fallos resultará siempre añorante. Consigue que no levantes las posaderas ni para emular a Gordi, y que tras el final tengas un incipiente deseo de volver a la época en la que los problemas se reducían a, si la chica o chico que te gustaba aceptaría el regaliz al que llevas pensando media hora si invitarle.
Tengas 12 años o 50, qué más da, podrás negarle a los demás que no ves esas películas, pero por dentro estás ansioso de más Goonies (por cierto, ¿no iban a rodar la segunda?... fuese sí o no, mejor dejarlo así).
Una película hecha para todos. Para el niño (que se puede identificar con toooodo el largometraje), para el estudioso (que ha logrado sacar un huequito cinéfilo), para el gordito (con su debido altar a Jeff Cohen) y sobre todo para el adulto consolidado, porque me juego una uña recién ''manicureada'' a que los realizadores tuvieron esa intención de... <<venga, vamos a hacerles entender a estos +30 el verdadero significado de nostalgia>>. ¡Maldita sea!, estos tios consiguieron que yo, en plena década de los 90, consiguiése vestir hombreras, escuchar a Cindy Lauper y quedar con mis amigos para hablar sobre la cueva de cualquier playa (sí, obligué a mis amigos a verla).

Por cierto... ¿soy la única que se enamoró platónicamente de Bocazas? ;)

Antes que nada consejo: ver El planeta de los simios antes que esta precuela, más que nada porque entenderás muchos detallitos y te quedarás con la copla de muchas cosas.
Generalmente y redondeando, es una película que no te deja con mal sabor de boca y en mi opinión tendría mucho a favor para hacerlo: es una película que viene de otra(s) y eso ya provoca automáticamente que te sientes en la butaca dándole vueltas a la cabeza de que quizá sea eso verdad sobre que ''segundas partes (o precuelas) nunca fueron buenas'', Rupert Wyatt tal vez no las tuviese todas consigo pues digamos que muchos pensaban que esto le quedaba grande y quién más quién menos tenía miedo de que el film se olvidase de importantes detalles secundarios, y se centrase principalmente en los efectos especiales y en dejar al público con la boca abierta por los logrados simios.
Menos mal que al final tanto los que no se pierden un estreno como los que no nos fiamos de las apariencias (y gracias a las críticas de la gente de Film Affinity que hacen que te entre curiosidad) hemos ido a verla y al menos yo puedo decir que como precuela y como película no original salida de la nada, destaca en fidelidad y cierta responsabilidad con el público;Rupert Wyatt, un director del que solo se conoce ''El escapista'' , película que nada tiene que ver con El origen... demuestra versatilidad y calidad . Sobre los efectos simiescos/especiales no creo que nos podamos quejar (gracias oh, gran Andy Serkis que ya nos deleitaste con Gollum o King kong jeje) y cómo no el intenso mensaje emocional de la película (los detalles secundarios a los que me refería antes); vamos, que quien me diga que no se emocionó ni un poquito es que tiene al Grinch viviendo en su corazón.
James Franco (a pesar de que no se le pare de comparar con James Dean) está en su justa medida, aunque le falta cierta química con algunos personajes. Cómo no, John Lithgow en su papel de enfermo nos hace compadecernos tiernamente y desesperar por una cura. Y por segunda vez y para cerrar mi crítica/monólogo(lo sientooo...) especial nombramiento a esa persona que logra la máxima grandeza de su personaje pero nunca se le ve: Andy Serkis. Siempre dándole a sus personajes ese punto tierno que nos hace pensar <<¡Lo sabía, era bueno...!>>.


* ¿Es comercial?, creo que los grandes clásicos y ni eso, tan solo las buenas películas en su justa medida, siempre lo han sido un poco.

Vi esta película hace menos de una semana, y lo que más me ha sorprendido no es su calidad (incuestionable), sino cómo algo tan mundano, habitual y triste puede ser escenificado de una manera tan exquisitamente cómica.
No es que pueda decir que sea una experta en Billy Wilder ni Jack Lemmon, pero estoy segurísima de que no creo que haya otro director como Wilder, tan capaz de extrapolar lo más habitual a la gran pantalla. Ni creo que alguien pudiese llegar al nivel de Lemmon, que interpreta a la perfección ese ''chico para todo'' cuya meta es más bien poco (hasta que el destino se le tuerce un poco, claro está...).
Lo que más me gusta de esta creación es ese gran giro que da el personaje interpretado por Jack. Ese vuelco que hace que pase de ser un funcionario seducido por las mieles de los ascensos, para acabar dándole al jefazo la llave que le cerraría a sí mismo todas las puertas (y le abriría la del baño a Fred Macmurray).
Shirley genial. Me ha encantado comprobar cómo, aún siendo el personaje que más las de perder tenía, no lo pareciese.
Y a Fred Macmurray decirle que efectivamente, por un momento consiguió que le odiase y todo. El muy (piiiii...) llego a convencerme de su enamoramiento.

En resumen, son de estas películas que sabes que no vas a volver a ver en tu época, ni aunque pasen 40 años (muchos más de los que necesitó El apartamento para convertirse en clásico).