El hermano bastardo de Dios

Basada en la novela autobiográfica de José Luis Coll, la primera película de Benito Rabal se ve que es un proyecto familiar encabezado por los padres del director y su hijo Liberto.
Es la visión, desde Cuenca, de la Guerra Civil Española vivida por un niño desde la retaguardia, las cartas del frente, los heridos, los amores incipientes y la esperpéntica ceremonia de la confusión. El niño en cuestión es Liberto Rabal, alter ego del propio Coll que por aquellos días vivía, huérfano de padre y con madre exiliada, con sus abuelos y tíos en la ciudad de las casas colgantes.

Dios, con fama de bondadoso, justo y piadoso, debe tener un hermano muy parecido que anda por ahí sembrando guerras y miserias para que el titular pierda crédito.
No aporta este film nada nuevo sobre lo ya conocido de la fraticida lucha, salvo la solvencia de parte del reparto.

En aquellos años 80 el tema de la Guerra Civil española y las post-guerra era un tema muy habitual y recurrente.
En esta entrega de Benito Rabal, en la que no entra en favoritismos por nada y por nadie, nos enseña las preguntas y las dudas que se generan en la mente de un joven que no alcanza a entender muchas de las cosas que pasan, de las cosas malas, por supuesto, los porqués forman parte de su día a día y las respuestas que le dan no le terminan de convencer lo que hace que vaya fortaleciendo su personalidad y tratando de vivr en un mundo de niños, pero más justo y normal.
La caracterización de la obra es correcta, la interpretación de los actores principales, también, actores muy habituales en aquella época. La película estuvo nominada para llevarse el León de Oro en Venecia y en los Goya se acercó a 2 premios, uno de ellos el de Maria Luisa Ponte como mejor actriz de reparto, galardón que no consiguió.
Le doy un 6 porque me ha parecido una película intersante a la que no le he perdido el hilo en ningún momento. Por cierto, Juan Diego es una gran actor, pero haciendo de marroquí es una pena.

Otra película sobre la guerra civil española pero contada por un niño, recurso muy explotado hace algunos años ya, véase "La lengua de las mariposas" (1999) a la que por momentos tanto se parece, pero que a mediados de los ochenta era una novedad, más o menos. Lo más reseñable de "El hermano bastardo de Dios", además de ser un proyecto familiar, aparecen por aquí el abuelo, Francisco Rabal, la abuela Asunción Balaguer, el padre, Benito Rabal, y el nieto, Liberto Rabal, pero nos falta el hermano al que hace mención el título de la película; pues además de esto es que se trata de una adaptación de la novela autobiográfica de José Luis Coll, el famoso humorista consagrado en el desternillante dúo de Tip y Coll.

De hecho, estoy convencido de que las únicas virtudes del largometraje se encuentran en el texto original, por ejemplo, en ese tonto distante, inocente y desideologizado de la contienda. Es decir, que el "El hermano bastardo de Dios" es poco sectaria aunque eso no quita que se termine decantando por el lado progre, que a fin de cuentas son los únicos que ponen los muertos aquí (SPOILER). Por supuesto, la mirada naíf no le permite explicar nada. Porque si todo es tan idílico y tranquilo en 1936, ¿a qué viene la guerra? Así no hay quien entienda ni jota. A este punto de partida ingenuo hay que sumarle un relato inconexo, donde prácticamente no hay trama, y una dirección torpe y escasamente fluida. Termina aburriendo.