La muerte llega a Pemberley (TV)

Esta mini-serie británica para TV posee todos los ingredientes para una calificación que ronda lo excelente. Tiene intriga hasta el último momento, romanticismo y drama, y todo ello dentro de una realización exquisita. Dentro de ella destacaría la excelente fotografía que pocas veces se ha visto en una producción de este tipo, pues su nitidez, su colorido, su luz, sus encuadres y movimientos de cámara son, todo ello, muy superiores a lo corriente por su gran calidad técnica. Junto a todo esto la ambientación, en toda su extensión, es perfecta, como suele suceder en las producciones inglesas de época, y las interpretaciones cumplen muy bien con sus respectivos cometidos.
Se ve con interés y a pesar de sus tres horas de duración puede contemplarse sobradamente de una tirada.
La versión española (doblaje) es de gran calidad, y como casi siempre realizada en Barcelona.

Los que hayan leído Orgullo y Prejuicio, o hayan visto alguna de las adaptaciones para la pantalla (preferentemente la realizada por la BBC), encontrarán en La muerte llega a Pemberley algunos de sus elementos más característicos, irónicos y entrañables. El personaje de Lydia, quizá uno de los más histriónicos junto a la señora Bennet, mantiene toda su esencia y a la vez es dotada de una faceta más humana, más madura, lo cual supone un gran mérito, ya que crear personajes y ambientes era sin duda el punto fuerte de Jane Austen. Lizzie también se muestra más madura, digna sucesora de la Lizzie de Orgullo y Prejuicio. Quizá el personaje que menos me ha convencido ha sido el de Darcy, pero las expectativas siempre están muy altas en cuanto a él, todo un icono de la literatura y del cine. Y el siempre portador de desgracia Wickham, continúa en su línea. No por el hecho de "no ser violento" se redime su personaje, aunque se abre una puerta a la comprensión.
Aparte de la obligada referencia a su papel como continuadora de Orgullo y Prejuicio, del que resulta digna aunque en un tono completamente diferente, la serie es entretenida, con elementos de novela gótica, y mantiene en vilo hasta el final. Es la opción ideal para disfrutar en pareja, con esa combinación de intriga, suspense e historia policíaca y los ambientes de Jane Austen, siempre maravillosos.
También es muy recomendable verla por los sitios en los que se ha rodado, sobre todo Chatsworth, magnífico.
No creo que Jane Austen se pudiera imaginar una continuación como ésta, pero, sin duda, la habría atrapado.

Creo que P.D. James ha hecho un gran trabajando integrando estos personajes a un estilo de novela totalmente diferente, estoy a punto de leerme el libro cuando lo haga quizá añada algo más. La serie está muy bien, la fotografía, los personajes están muy logrados, si tengo que poner peros.... mi primer pero y el más importante es Lizzie, ya no es que sea más fea o más guapa, no han conseguido representar la dulzura y a la vez la picardía de Lizzie, (a no ser que cambien su carácter en la novela de James), Darcy defrauda al principio pero es que Colin Firth siempre será Darcy pero cuando te acostumbras no está mal, y el último pero Lady Catherine y la Sra. Bennet son demasiado poco insufribles. Por lo demás, todo perfecto.
No es Orgullo y Prejuicio, pero nos quita esas ganas de más..... o las incrementa.

Tras la obra más consagrada de Jane Austen hay un sin fin de adaptaciones cinematográficas que, con mayor o menor fortuna, intentan hacerle justicia. Algunas de dichas adaptaciones, como la de la miniserie de ABC o la protagonizada por Keira Knightley, consiguieron devolverle el lustre a una novela con más de un siglo de antigüedad. Otras, sin embargo, han desvirtuado hasta tal punto esta grandísima obra que, más que una oda hacia el feminismo y la lucha de clases, parece una versión de época de un drama adolescente.

La muerte llega a Pemberley sin duda entra dentro de esta segunda categoría. Una historia que pretende ser la continuación detectivesca de la afamada novela, pero que no puede estar más errada. Una Anna Maxwell pésimamente elegida en casting, que poco o nulo parecido guarda con la descripción física de la inmortal Elizabeth Bennet, un Matthew Rhys que desborda una pasión y una furia de la que Darcy siempre ha carecido y, por supuesto, un guión que se tambalea en cada una de las escenas y que lleva un ritmo inconstante de acontecimientos.
El único punto positivo, que le veo a este intento de secuela, es Jenna Coleman. No solo borda su papel como la insufrible Lydia, sino que creo que podría haber interpretado a Elizabeth con mucha mayor gracia que su compañera, sino, al menos, con mucho mayor parecido físico.

Confieso que carecía de la más mínima expectativa a la hora de acercarme a ver esta miniserie.
Como gran admirador de las inmortales novelas de Austen, más bien sentía pánico mezclado con una insana curiosidad de ver cómo podría P.D.James haber adaptado sus personajes a una novela policíaca y, de ahí, a la gran pantalla.
Y lo cierto es que es una ventaja.
Pasado el choque inicial de ver a una Lizzie Bennett sin ningún rasgo identificable suyo ( total ausencia de malicia, vivacidad de carácter, ingenio y belleza), y a un Darcy también desconocido, (en lugar de un caballero inteligente, orgulloso y con absoluto control de su persona, tenemos a un hombre apasionado, con mal genio y poco perspicaz), y de renunciar a oír jugosos y maliciosos diálogos o situaciones irónicas, me dispuse a aceptar el juego que ofrecían; un asesinato que resolver en el marco de una gran mansión del siglo XIX.
Y en ese aspecto, pues resulta entretenido.
Una bonita ambientación en la preciosa mansión de Darcy, preciosos bosques y demás, en una intriga que sostiene el ritmo y poco más.
La vaga presencia de la señora Bennett, hace aumentar las esperanzas de que la trama gane en humor al mostrarnos su ridículo personaje pero, apenas explotan esa vertiente. Tampoco dotan al señor Bennett de su singular malicia, desperdiciando también este personaje.
En cuanto a Wickham y Lydia, quizá, son los personajes más conseguidos. Lo cierto es que Lydia hace un buen papel en lo que el espectador ,imagina, ha podido evolucionar su personaje y con respecto a Wickham pues resulta que, en mi opinión, se merienda con patatas al mismísimo Darcy y eso, es intolerable.
Nunca comprenderé para qué intentan hacer secuelas de historias famosas si no van a tratar de mantener mínimamente aunque sea, un pequeño reflejo del espíritu original, pero bueno...
No busquen aquí ningún " Orgullo y Prejuicio". Búsquen una sencilla trama detectivesca y, seguramente, pasarán un rato entretenido.