La guerra de los locos

Primera película de Matjí, centrada en los años posteriores de la Guerra Civil española, dónde un grupo de locos escapa de un psiquiátrico y se une a otro grupo, éste de republicanos. Es un planteamiento muy interesante que se desarrolla de forma cómoda y sólida, ofreciendo el panorama después de la guerra fraticida desde otra perspectiva, con la obvia pero necesaria analogía entre la locura y la guerra. Con excelentes interpretaciones, sobre todo de Álvaro de Luna y José Luis Cervino, es un título considerable - bien es cierto que el resultado pudo ser aún bastante mejor -.

...tiene alguna particularidad que en mi opinión hace que no merezca el suspenso como tantas otras. Evidentemente, el tono general que nos muestra el para mi desconocido señor Matji es de parcialidad para con el contexto que se muestra: un bando muy pero que muy malos -los de siempre-, y el otro pues muy romántico y vilipendiado por los primeros. Hasta aquí, lo de siempre; la caricatura que hace J.L.Galiardo del fascista médico-Mengele de una crueldad y maldad sin motivo aparente, roza lo grotesco. Y la bonhomía cazurra y agraria interpretada por A.de Luna, tres cuartos de lo mismo. Arquetipos de una tiempo muy confuso -supongo que todas las guerras lo son-, donde debían abundar los tonos grises y en nuestra cinematografía se ha empeñado casi siempre en mostrar blacos y negros bastante improbables.
Hasta aquí lo dicho, nada nuevo bajo el sol. Pero la cosa mejora algo al introducir una variante curiosa y azarosa que bien pudo ocurrir de distintas formas. En este caso, el abandono de un sanatorio hace que accidentalmente un grupo de inquilinos cojan las de villadiego sin que nadie se entere. Las peripecias que se muestras del extraño grupo son hilarantes en ocasiones, y en otras tienen consecuencias poco jocosas.
El cabecilla de los idos es un gran actor, que por esta interpretación fue nominado a los premios Goya, J.M.Cervino. Sostiene en gran medida la película, y su papel de cabecilla mimético es genial, loco de atar pero con aspecto cuerdo.
Rodada en parajes ad hoc y con bastante dignidad, hace del conjunto una película que puede verse y que tiene algún elemento distintivo del sota-caballo-rey al que nos tienen acostumbrados en España con el manido tema de la G.C.E.

Película diferente sobre la Guerra Civil, una historia nueva rodada en 1986 y perdida en la memoria del cine español.
La acabo de ver en Versión Española (interesantisimo coloquio con el director) y si hay dos tipos de películas sobre la guerra civil, las que nos cuentan algo y las que están mal planteadas. Esta es de las que merece la pena.

Manolo Matji comenzó como guionista adaptando obras de Miguel Delibes en films tan sugerentes como “Los santos inocentes” o “El disputado voto del Sr. Cayo” en los que trataba temas rurales. Lo mismo ocurre con su debut como director, “La guerra de los locos”, un drama rural, intenso y febril, de opresores y oprimidos con ribetes de tragicomedia sobre la Guerra Civil, inspirada en hechos ocurridos en un psiquiátrico de Toledo a principios del conflicto bélico, cuando las tropas franquistas subían desde el sur de España hasta la capital y sede del Gobierno de la Republica. Narra el encuentro entre un grupo de locos recién escapados de un manicomio, con una partida de guerrilleros anarquistas en la Sierra de Guadalupe.

En la retaguardia, un espacio no fronterizo donde se producirá una extraña alianza, convirtiendo en compañeros de viaje a “El Rubio de la Nava” (Alvaro de Luna), perseguido por un médico fascista (Juan Luis Galiardo) que es el cacique con influencia militar en la región, y “Angelito Delicado” (Jose Manuel Cervino), un interno aparentemente menos perturbado que lidera a sus compañeros huidos. Asistimos a los prolegómenos de la fuga destacando la figura de Angel por su mimetismo para asumir personalidades, desde mecánico hasta doctor sin inmutarse, incluso guerrillero de una causa que desconoce. Esta dimensión del personaje de Angelito es fundamental en la reflexión de fondo que articula la película y da lugar, posteriormente, a las más sugerentes y complejas interpretaciones que ofrece el film.

El encuentro fortuito de anarquistas y locos, le ofrece al cineasta la posibilidad de enriquecer el discurso interno de la película, ambos grupos son perseguidos y tienen el germen de la locura imposible, pues ambos persiguen el sueño de la libertad. A partir de aquí la película gana en intensidad narrativa, deambulando por parajes áridos de secano, la dramatización visual de los acontecimientos se hace más densa. La lucha por el poder en la región ha desencadenado una lucha fratricida, desde los postulados de la razón de estado, Don Salvador, el médico y cacique que encarna Galiardo, inspira y dirige la represión en la retaguardia.

El establecimiento de un “nuevo orden”, exige la limpieza del territorio y la certeza de que ningún enemigo potencial puede disputarle su parcela de poder hegemónico. Un film emotivo donde la razón y la locura se difuminan y ambos territorios llegan a ser intercambiables, la lucha por los ideales que se convierten en impulsos irracionales. Todo ello narrado con vigor y claridad sin necesidad de ralentizar la acción para reflexionar sobre lo que se cuenta, con un sorprendente equilibrio entre el movimiento físico y la descripción de los personajes. En esa densidad narrativa, que la película impone poco a poco, se encuentra el mayor atractivo de un film, cuyo mérito, es abordar nuestra guerra desde un ángulo fuera del acostumbrado localismo de alpargata, para aproximarlo a un terreno más universal.

Y muy conseguida. La guera en la retaguardia continúa...y es que no ha terminado.
La película es otra más de la última de nuestras guerras civiles (que han sido como mínimo cinco por el mismo problema) y como no...con los estereotipos de siempre.
Eso sí, muy original...porque toman protagonismo "los locos" de un manicomio...que al final no lo son tanto, porque los que están locos, pero de remate, son los demás.
Me pareció muy conseguida la escena del tiroteo final, poco tiene que envidiar a escenas de wester de Hollywood.
Muy buena y muy bien dirigida, con un excelente reparto.