The Playboys

Se ve que no. Se ve que la dama más amada y apreciada de un pueblo de la Irlanda profunda en los años cincuenta es una chica madre soltera que mira a la gente con desprecio y por encima del hombro. A esta Tara la describen en un momento dado como «simpática»... Pues será en los sueños de los caballeros porque en la realidad de la película no.

Una chica madre soltera puede ser muy deseada en la Irlanda profunda de los años cincuenta, pero no esta mujer agria y consentida, con una empanada mental que descubriremos tremenda en un giro realmente inesperado de la historia. Deberíamos aprender de una vez por todas que los actos tienen consecuencias, que no se puede ir por la vida con el descaro típico de los psicópatas que no se arrepienten de nada porque de nada hay que arrepentirse en la vida, casi como animales sin raciocinio que se mueven por impulsos.

Acostarse con una persona debería ser, no ya un acto de amor, que eso en los tiempos que corren es un ideal trasnochadísimo y películas como «The Playboys» nos lo confirma, pero sí al menos un acto en el que no quedes como un estúpido. Porque nuestra Tara queda como una estúpida, como alguien que, eso, se mueve a través de impulsos que la perjudican y que perjudican a los demás pero que no tienen consecuencias. Los malos son los demás, el resto del pueblo, incluso el padre del hijo, a quien llegas a compadecer, pero ellas, las mujeres, no, claro que no, que eso es machista.

De esta manera, estos comportamientos penosos en vez de condenarse se premian, y siempre a través de un hombre que se enamora perdidamente de ellas y a quien le da igual todo. En este caso es el muy guapísimo de Aidan Quinn quien padecerá a esta mujer liberada. Bueno, quién sabe lo que puede pasar en el futuro, porque a decir verdad yo no lo veo muy claro...

Albert Finney, enorme.

Desconocida película de 1992, de momento no hay ninguna crítica en esta página, a pesar de contar con un popular trío protagonista formado por Robin Wright, Aidan Quinn y Albert Finney. Irlanda, año 1957, un pequeño pueblo de la campiña es el escenario de este drama romántico especialmente dedicado a las mujeres, lo que incluye un sesgo feminista si bien no exagerado, sí lo suficientemente claro. Esto me lleva a pensar a cómo sería esta misma película pero para hombres, es decir, cambiando los géneros y que tuviera el mismo efecto en los espectadores. Lo digo porque "The Playboys" representa otra vez varias fantasías femeninas pero muy raramente expresa el cine, sobre todo el contemporáneo, las fantasías masculinas. Me parece que el feminismo las ha fulminado por su evidente machismo antiigualitario.

Sea como fuere, el largometraje se te hace antipático desde las primeras de cambio, merced a una protagonista pedorra, la tal Tara (Robin Wright), que va de mujer fuerte, independiente y hasta adelantada a su tiempo, pero que si no fuera por concesión de los guionistas se iba a dar con un canto en los dientes. Resulta que aunque en la vida real, recordad que estamos en la conservadora y católica Irlanda de los años 50, sería casi una apestada, madre soltera sin que se le conozca padre, lo que aumenta su rechazo, por arte de birlibirloque se convierte en la mujer más deseada de la región y hasta para casarse. Lo tratan de justificar aduciendo de que es de una "belleza tan perturbadora que..." pero han fallado en el casting, porque Robin no pasa de normalita. En realidad, no puedo entender que el protagonista se enamore de ella.