París puede esperar

"París puede esperar" y ver está película también, algo así como eternamente. En realidad sólo escribo esta crítica para advertiros a los posibles futuros espectadores de esta película de que todavía estáis a tiempo de no verla, puede ser que mi reacción pueda pareceros un tanto exagerada (que lo es) la película no es tan mala, si no tienes en cuenta a los insufribles protagonistas, sobretodo​ él sin un gramo de encanto. La cuestión o al menos para mí no es que sea mala o buena (que no lo es) sino que no aporta absolutamente nada, el viaje se hace largo y pagas un peaje, tú tiempo.

Estamos en Francia, y "los franceses somos" románticos; comemos elegante, bebemos vino y enamoramos mujeres.

Una pelicula que pretende encantar, siguiendo los estereotipos más repetidos: Un hombre aparentemente culto, que en todos los lugares es conocido, que es "encantadoramente atento", que puede solucionar todos los inconvenientes. Un cliché de hombre francés que habla de vino, y le dice a la mujer pretendida las frases más repetidas que ya han perdido su sentido. Una historia común, con el único aliciente de la fotografía.

Los elementos repetitivos están por doquier: una triste historia del pasado que se cuenta y la otra parte que saca a relucir también su historia. La consabida "es la primera vez que siento esto". El hombre maduro que gusta de la juventud, y la mujer que se siente conmovida por este gesto. El hombre que a pesar de toda la ostentación que hace, tiene un recuerdo de la sencillez de la vida. Una mujer incomprendida en su matrimonio, y la posibilidad de pretender ser feliz con un desconocido estereotipadamente encantador. El "te merces algo mejor, o no te mereces esto, porque una mujer como tú", bla bla bla... Y tal vez estos temas repetidos pueden dar lugar a una buena historia, que no es el caso de esta película, según la forma en que sea contada.

Finalizando se salva un poco, al no caer por comleto en el cliché de llegar a hacer lo que todo el tiempo se está esperando. Pero en el final se llega nuevamente al, "te estaré esperando".

Veo en DVD "París puede esperar", la película que, dirigida en su debut por Eleanor Coppola (la esposa de 80 años de Francis Coppola), está protagonizada por Diane Lane, Alec Baldwin y Arnaud Viard. Juntar en este film a un marido sin tiempo libre, a una mujer con inquietudes artísticas (que permanecen casi desconocidas para el atareado esposo, quien nunca se ha interesado por ellas), a un francés bon-vivant, los paisajes de la Provenza, la Auvernia y la Aquitania y, exquisiteces culinarias junto a aclamados caldos franceses, no da como resultado una comedia romántica elitista sino más bien un reportaje turístico donde un hombre y una mujer se pasean por hermosos lugares consumiendo comidas y bebidas carísimas. No me he creído la crisis femenina de los 50 ni el romance con el socio de su esposo (a pesar de los engañosos planos fijos en las manos y en los labios de Viard) ni el descubrimiento de la pasión por la vida que la protagonista recupera ni la road movie en la que se ven atrapados sus personajes. Nada de cotidianeidad, nada de inteligentes diálogos, nada de divertimiento pero sí aprecio una buena fotografía, algunos detalles de gran belleza y el enorme atractivo que conserva Diane Lane. Floja, de 3.

A los 81 años de edad, Eleanor Coppola, la esposa del célebre director Francis Ford Coppola, debuta en el cine de ficción con una película sencilla que consigue trascender gracias al trabajo de sus actores.

Anne (Diane Lane) acompaña a su esposo Michael, un productor de cine (Alec Baldwin), al Festival de Cannes de 2015, cuando han desalojado la habitación de su hotel y se dirigen al aeropuerto, un dolor en el oído aqueja a Ann, quien desiste en acompañar a su marido a un intempestivo viaje a Budapest, Anne decide viajar a su siguiente destino en París y allí esperar a su esposo.

Pero pronto Jacques (Arnaud Viard), amigo y socio de Michael, le propone a Anne que viaje con él a París en un Peugeot 504 descapotable, en lo que se convertirá en todo un tour gastronómico donde además visitarán museos e iglesias, tendrán grandes comidas acompañadas de selectos vinos y mucha charla, que generará diversos sentimientos en ambos.

Partiendo de una premisa simple, la señora Coppola da forma una road movie siempre ligera y sin mayores pretensiones que narrar esa experiencia de dos seres que irán descubriéndose entre mucha comida, chocolates, vinos y fotografías, siempre en un tono ameno, aunque sin poder librarse de cierto pintoresquismo.

La película encuentra su mayor virtud en la natural química que se irá construyendo de a poco entre los personajes de Diane Lane y Arnaud Viard, en el natural desarrollo de las diferentes situaciones que vivirán juntos, que adolece cerca del final de momentos cargados de un drama innecesario que no encuentra buena cabida en un relato que se estaba construyendo en un tono mucho mas agradable.

Ideal para los amantes de los bellos paisajes de la campiña francesa, sus vinos y platillos, la película no perderá tiempo en registrar todo elemento vistoso y seductor, cual campaña turística, pero que cuenta con actores de oficio que logran darle vida y simpatía a esta película.


http://tantocine.com/paris-puede-esperar-de-eleanor-coppola/

Más americana y no la dejan salir del país. La trama no podría ser menos original, un marido demasiado ocupado con el trabajo para pasar tiempo con su mujer...
Los clichés y la idealización de la cultura francesa son exageradamente incómodos. Fui a ver la película con mi pareja (nativo francés) y tuvimos que irnos a media peli, nos pareció ridícula la manera como idealizan la cultura francesa y hacen uso de los tópicos.