Blade Runner: El loto negro (Serie de TV)

Serie de animación ambientada temporalmente entre la primera y segunda parte de Blade Runner (2032).

Llena de detalles y guiños al original del 82 puede presumir de un diseño de producción que te sumerge de lleno en el universo ciberpunk que concibieron Scott y todo el equipo de artistas de la mítica película.

Sorprende que los personajes no tengan ese lujo de detalles y las texturas de los cuerpos parezcan más el CGI de un videojuego de hace 20 años aunque intuyo que se trata de una elección intencionada.

La historia, protagonizada por una chica amnésica que busca su identidad, sigue cauces narrativos conocidos pero no obstante resulta prometedora.

He descubierto esta serie casi por casualidad, pues apenas está teniendo repercusión en las webs del mundo de las series que sigo habitualmente. Supongo que, al no ser de Netflix ni de Amazon Prime, no le han dado tanto bombo.
Hace unos años tuvimos la secuela oficial del clásico de culto “Blade runner”, pero es fácil ver que su universo da mucho juego para hacer cuantas series y películas quieran.
Este trabajo de animación no tiene una relación demasiado directa con los acontecimientos de los films, sino que nos cuenta una historia ambientada en el mismo contexto.
Cuando escribo mis reseñas de ficciones de este tipo, suelo fijarme en dos puntos fundamentales: la historia y la animación en sí.
Debo decir que “El loto negro” no tiene un acabado visual perfecto, especialmente en lo que se refiere a los personajes. Como si todos ellos fueran prototipos de replicantes, sus rasgos son demasiado rectos y simplificados, casi como en un videojuego que tuviera ya bastantes años. Ni las facciones, ni la ropa o el pelo han sido trabajados lo suficiente, quedando en un aspecto demasiado simple y burdo para los tiempos que corren y lo que hemos tenido ocasión de ver.
Pero la cosa mejora en lo que se refiere a la ambientación en ese mundo que nos trajo Ridley Scott, y cuya iconografía respeta bastante en muchos aspectos. Ahí la serie sí que cumple bien, en lo que se refiere a escenarios. Y también puede tener buena nota en lo que es cinética y escenas de acción. Aunque a los personajes parezca faltarles una buena dosis de horas de renderizado, se mueven francamente bien a la hora de pelear o perseguirse a través de las calles de esta oscura ciudad.
En otro orden de cosas, el argumento sí que me gusta lo suficiente. Nos encontramos con una chica que no recuerda nada, pero que se desenvuelve muy bien con las artes marciales y la supervivencia. En ese sentido, su arranque me ha resultado algo parecido a la “Alita” de Robert Rodríguez, claro que ese manga seguramente ya se inspiraba a su vez en “Blade runner”. Eso sí, el existencialismo de ciencia ficción es muchísimo más ligero que en el resto de la franquicia. El guion no implica pensar en los misterios de lo que comporta la conciencia de ser humano. Apenas pasa de puntillas también por las leyes de la robótica de Asimov.
Los capítulos son de 20 minutos contando los créditos iniciales y finales, lo que favorece un visionado rápido y un ritmo muy digno en estos 13 episodios, a pesar de venir de unas películas que no son precisamente frenéticas que digamos. Es una serie (no sé si hay previstas más temporadas) que se deja ver muy fácilmente.

Recién aterrizado del increíble mundo de “Arcane” (Netflix), me pongo a ver BLADE RUNNER: EL LOTO NEGRO (HBO Max) y la decepción no ha podido ser mayor. Menudo chasco. Con el primero de los tres episodios disponibles en HBO Max (de 20 minutos cada uno) he tenido más que suficiente.

A ver, creo que ya todos los aficionados sabemos que “Arcane” es LA obra maestra indiscutible de la animación contemporánea y que es difícil que el resto de producciones lleguen a su nivel pero, caray, a estas alturas con lo que no puedes venir es con una producción CGI “adulta” cuya calidad gráfica está muy por debajo de cualquier videojuego del montón para PS 4 o XBox, y eso en nivel de escenarios, porque en lo que se refiere a personajes, texturas, expresividad o movimientos uno tiene la sensación de estar viendo un vídeo promocional de cualquier juego con ínfulas hecho para la PS 2. Nada que ver con las cinemáticas de “Uncharted”, “Tomb Raider”, “Detroit Become Human” o “Red Dead Redeption 2”, ni con cualquier producción Disney/Pixar/DreamWorks de los últimos 10 años o con cualquiera de los cortos de la primera temporada de “Love, Sex & Robots” (Netflix).

BLADE RUNNER: EL LOTO NEGRO da la impresión de ser una serie hecha con desgana y medios limitados en un país, Japón, que parece haber perdido la carrera de la animación cinematográfica (que no del videojuego) y se muestra incapaz de ir más allá del manga y de las películas de Studio Ghibli. En serio, hay más calidad técnica y diálogos más trabajados y chispeantes en los 10 primeros minutos de “Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo” que en los 3 primeros episodios de esta aburrida producción nipona cuya trama, por cierto, es absolutamente previsible desde el minuto uno.

Hay que currárselo más, señores de HBO Max, si quieren tener un catálogo en condiciones.

Este proyecto me parecía algo verdaderamente ilusionante. Será que le tengo mucho cariño a las dos películas, pero cuando vi que se lanzaba la serie de animación ambientada en el mundo de ‘Blade Runner’, no me lo pensé y la apunté a fuego en el calendario. Es un futuro alternativo que se puede explorar mucho más y que puede tener bastantes posibilidades… pero tras haber visto los tres primeros episodios, hay algo que no me termina de convencer y que, incluso, me llega a aburrir.

Pues el caso es que tenemos a una chica, que no recuerda quién es ni cómo ha ido a parar allí, más que algunos flashes en su cabeza. Tiene una flor, un loto negro, tatuado en su espalda y, según avanza la acción, descubre, entre otras cosas, que es una máquina a la hora de pelear y que su existencia puede esconder un gran secreto. Pero claro, estando en el universo en el que estamos, la pregunta es clara y casi obvia: ¿Es o no una replicante?

Lo cierto es que lo primero que me sorprende es el punto de la animación, que está lo suficientemente currada. Me ha recordado mucho a cuando se lanzó la película de ‘Final Fantasy’, con la que tenía mis reservas y luego en ese aspecto no estaba nada mal. Ojo, tampoco es algo sobresaliente. Es cierto que en la reciente ‘Love, Death + Robots’ hemos visto cosas mucho mejores… pero bueno, para una serie de este estilo ese aspecto lo ha cumplido.

El problema principal que le encuentro es que la historia no engancha, no me atrapa lo suficiente como para continuar viéndola. Es como si hubieran reciclado una trama cualquiera, de esas que hemos visto mil veces (personaje desmemoriado, habilidades extraordinarias…), y la hubieran metido dentro del contexto ideado por Asimov y “visualizado” por Ridley Scott en aquella obra maestra de la ciencia ficción.

No sé cuántos episodios durará la primera temporada, pero casi puedo predecir muchas de las cosas que van a suceder con haber visto tres capítulos. El nombre le pesa mucho, ‘Blade Runner: El loto negro’ no llega a ser suficiente. Hay que pedirle más, bastante más.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/

Cuando me enteré que harían una serie para ampliar el universo Blade Runner (todo un clásico de la ciencia ficción), al principio lo tomé con algo de cautela, ya que este tipo de productos no siempre funcionan, en comparación con la obra original. Pero al enterarme que sería realizada en animación 3D y a cargo de Shinji Aramaki, intuí que el producto sería realizado con una gran calidad.

Al ver la serie, todas mis expectativas fueron superadas, ya que nos encontramos ante un producto de enorme calidad, de una factura técnica impecable y, por supuesto, con una historia absolutamente interesante.

La serie Blade Runner: Black Lotus es en lo visual impactante, con muchísimos detalles dignos de observar. El diseño de los personajes es totalmente acertado, reflejando muchas veces aspectos de la personalidad de los protagonistas en el rostro o la ropa de los mismos. El personaje principal, Elle (también conocida como Black Lotus por el tatuaje en su espalda) es un claro ejemplo de esto: tiene un rostro que refleja cierta bondad y pureza de espíritu. Al verla, el público siente empatía con ella, lo cual es un gran acierto según mi opinión.

Los paisajes urbanos son absolutamente fieles a los de la película original. Esa ciudad oscura y lluviosa, iluminada con luces de neón está totalmente presente en casi toda la historia.

Un verdadero acierto, tanto en lo visual, como en lo que respecta a la historia y el mensaje que busca transmitir.

Un 10 de 10, seguro.