La mejor receta

Me ha dejado buen sabor de boca la comedia. Un viejo panadero judío al que quieren comprar el negocio para construir un parking, contrata a un joven musulmán que trapichea con drogas y que utilizará la panadería para sus negocios. Sin que el viejo sepa qué pasa, la clientela se triplica, especialmente por jóvenes. Pronto surgirá la complicidad entre ambos.
Es una comedia agradable de ver, de poca duración, que te arrancará la sonrisa, y aunque tenga un obvio final edulcorado, no deja de entretener con una propuesta simpática que se ríe de si misma con chistes sobre judíos y musulmanes.

Es una comedia amable, bien llevada. Esa amistad entre el viejo judío y el joven musulmán está tratada con gracia y con un guión lineal, sin mucha complejdad, pero también sin trampas.
Antiprejuicio porque es un ejemplo de tolerancia.
Las interpretaciones son naturales, nada impostadas.
Hay una frase de la enamorada del viejo con la que me quedo: "La raza o la religión no importan; si eres un capullo, eres un capullo".

Enmarco esta película dentro del género que autodenomino "sionista", muy de moda en los últimos años. Se trata de películas en general bastante sosas, protagonizadas por algún judío en las que se trata de demostrar a toda costa que los judíos son buena gente, amable, comprensiva, tolerante, etc (¿quién había dicho que no?).

La película es tan maniquea que llega a desmoronarse por ese empecinamiento en demostrar la bondad de las religiones y la tolerancia de los judíos hasta con los propios musulmanes, cosa dificil de creer viendo la cotidiana realidad. Hay un exceso de condescendencia y el guión se ciñe estrechamente al planteamiento citado. Los dos malos de la película (un narcotraficante y un capitalista deseoso de convertir la vieja panaderia en un aparcamiento para coches) son malísmos y cometen errores con un planteamiento en exceso infantiloide.

Visualmente es bastante aceptable, de ahí mi nota de 4,0, y el ritmo está bastante logrado. Pero si no te gustan los buenismos ni las religiones, esta desde luego no es tu película.

Comedia simpática y entretenida que sin grandes pretensiones ni aspectos técnicos o artísticos que destacar, logra su cometido de hacer pasar 90 minutos entretenidos frente a la pantalla.
Nat Dayan (Pryce) es un viejo panadero judío de Londres, que se esfuerza por mantener la actividad de su panadería frente a la gran competencia que supone un supermercado cercano, que llega incluso a quitarle a su empleado y cuyo dueño se desvela por comprarle a Nat su negocio. Para suplantar a su ex empleado contrata, sin mucho entusiasmo, a un joven inmigrante musulmán como aprendiz, que ocasionalmente es vendedor de cannabis. Su relación no es fácil hasta que un incidente fortuito hace reactivar las ventas.
El choque cultural y religioso entre un viejo judío y un joven musulmán es lo mejor de la historia, así como la amistad que va surgiendo entre ellos. Jonathan Pryce, actor muy infravalorado, logra una interpretacion muy divertida y convincente.