Aftermath

Auténtica salvajada la creada por Nacho Cerdà. No voy a hacer una crítica exhaustiva pues tampoco hay mucho que comentar. Simplemente decir como breve sinopsis (aunque ya esté escrita) que el ser humano puede llegar hasta límites insospechados con tal de ver saciada sus ansias... de lo que sea. No obstante y justificando mi puntuación diré que técnicamente es una obra de gran factura; con una gran fotografía y que el director consigue muy efectivamente plasmar lo que quiere sin necesidad de introducir diálogos.


Aftermath la recomiendo solo a aquellas personas amantes del gore más extremo, al resto (de estar interesados en este director) mejor empezar con otros cortos como The Awakening o Génesis (sobre todo recomiendo este último).

1.- Efectos especiales/maquillaje: Son francamente buenos y, creíbles 100%.
2.- Valentía: Hay que tener narices para hacer algo tan brutal, sabiendo que mucha gente le va a poner a caldo.
3.- Fotografía y dirección. Hace que te sientas francamente mal durante 30 y tantos minutos y, ese es su cometido...lo logra.
4.- Guion: frío, distante, sin concesiones que valgan. No explica nada porque nada puede ni tiene que explicar.
5.- Pep Tosar: Acorde con el "personaje". Correcto.
No hay más. Es una ventana abierta a cosas que parecen increíbles pero, que puede que alguna vez hayan sucedido o, al menos que alguien haya fantaseado con ellas. Raro, sí. Imposible: nadie puede asegurarlo. Te deja pensando en esa seguro que pequeña pero, terrorífica posibilidad. Cabe preguntarse si está más loco el que lo haya podido hacer (en mayor o menor medida según este planteamiento macabro y enfermizo) o; el que tiene las narices de pensar en ello y, filmarlo ¿para qué? Ese debate daría para mucho. Sin duda hay que ser un poco retorcido para ponerte delante delos ojos semejante barbaridad pero, seamos francos, el que no lo hagan tampoco elimina la posibilidad de que exista... Un horror lo mires como lo mires. Interesante pero, duro....durísimo. Se me ha quitado el apetito. Segunda de la Trilogía de la muerte que se completa con la anterior: The awakening (1990)- corto) y, con Génesis (1998).

No puedo valorar esta película encuadrándola en la obra del autor ya que no estoy familiarizad con ella.

Por otra parte, entiendo que debe valorarse como lo que es, es decir, un mediometraje conceptual. Veo comprensible que a muchas personas les disguste lo gráfico de la propuesta, así como la supuesta carencia de argumento. Pero tratándose de una obra de tales características, el lenguaje habitual del cine resulta inaplicable. Aftermath se manifiesta a su manera.

Por mi parte, nunca he visto nada que combine tan bien un contenido perturbador con la maestría en la técnica cinematográfica. El propósito artístico, sin embargo, no basta para que Aftermath quede excluida del género gore. Que dicho género tenga mala consideración entre los supuestos entendidos no implica que una obra de carácter más experimental, como es Aftermath, no se encuadre en el mismo si cuenta con las mismas características.

Simplemente por eso, para mí ya gana puntos. Me parece una película muy bella, en la que la exposición y vulneración de la manifestación más básica del ser humano generan un ya comentado efecto irreal. A este propósito ayudan los efectos de cámara y la música. Es muy curiosa esta sensación de surrealismo, pues (como dato curioso) tengo entendido que muchos forenses necesitan tomarse un tiempo de descanso después de trabajar para "volver al mundo real". También he leído por ahí que algo similar le sucedía al actor principal de Aftermath, aunque no sé hasta qué punto será cierto.

De lo que nos habla Aftermath es, simple y llanamente, de la corrupción. Y no en el sentido más habitual de la palabra. Albert Antelme dijo que se puede destruir a un hombre, pero no se puede convertirlo en otra cosa. Esencia del humano en la carne, las vísceras y los huesos, lo corporal como manifestación de existencia. Vemos en Aftermath cómo el cuerpo es corrompido, mancillado y vulnerado tras la muerte. Cabe preguntarse si esto es deshumanización o sólo un intento.

Las imágenes de Aftermath dejan a Hostel y demás producciones famosas a la altura de películas de Disney, y ahí es donde radica para mí su belleza. Pero comprendo que mi opinión no se comparta.

Y otra cosa, la música es perfecta. No existe contraste entre música e imágenes, pues tanto las unas como la otra nacen, en este caso, de lo mismo. El Requiem de Mozart es música de muerte.

Es una cinta perturbadora, pero necesita de mayor desarrollo de la historia para consolidarse más.

Es un mediometraje que técnicamente está desarrollado de manera impecable. La calidad de la imagen, la fotografía, el arreglo de los interiores de la morgue, los trucajes y efectos especiales están muy bien conseguidos. Todo ello consigue que el mediometraje sea llamativo desde lo estético.
Ni que hablar que las autopsias y las aberraciones que se cometen son muy realistas desde lo visual.

Bien también por la música clásica de fondo, una partitura armónica que sirve de contrapunto a la salvajada que se muestra desde las imágenes. En ese contraste se logra un interesante resultado que queda bien.

Desde el horror hay que mencionar que es una oferta malsana de principio a fin, con mucho gore y atmósfera de desequilibrio mental. Es un filme truculento, que impacta y que dejará satisfechos a quienes buscan propuestas morbosas y enfermizas donde salga a relucir el sadismo más vil del ser humano.

También es un filme con cierto grado de polémica por el tema de la necrofilia. De esta manera no serán decepcionados todos aquellos que gusten de estas alternativas poco santas que demuestran la bestialidad del ser humano.

Eso sí, la historia es minimalista y no está muy desarrollada que digamos. Es un mediometraje sin diálogos al que le vendrían bien algunos conceptos que aclaren un poco más el contexto en el que se desarrolla el conflicto narrativo. Claro que sobresalta e inquieta, pero si no se brindan ciertas explicaciones al final la cinta puede que quede un tanto inverosímil.

Valiente apuesta del director Nacho Cerdá que nos muestra sin tapujos el despiece de un cadáver en la sala de autopsias y como uno de los forenses apacigua sus más extremas parafilias masturbándose y copulando con una mujer muerta. Los cadáveres están muy bien hechos. Un 10 para los realizadores de FX porque el realismo es absoluto.
Muchas críticas hablan de repulsión, secuencias que perturban, etc. Sí bueno, es todo bastante explícito y realista (ni un sólo repunte de humor), donde la ausencia de diálogos (sólo vemos tripas, sangre y aberraciones, aunque tampoco es para tanto, la realidad sigue superando a la ficción), con el interesante contrapunto de la música de Mozart, que aquí ayuda a crear esa atmósfera enfermiza y oscura. Además es corta (no tendría sentido alargarla). Lo que me ha quedado claro, es que algún día todos acabaremos sobre esa fría mesa de aluminio y acero, que nos trepanarán la cabeza, nos cortarán de arriba abajo como a un cochino, nos extraerán los órganos y a la caja¡¡¡ Hay que vivir cada día, vivir lo que quieres porque esto son dos días (muy alusivo este mensaje al final).