Kickboxer: Contrataque

Animado por las críticas me decidí a ver esta... cosa.
El prota tiene las dotes interpretativas de un churro con chocolate.
La narrativa es un chiste; no sé si es el montaje o el guión, o ambos, pero parece hecho por unos críos que van al insti.

Pero lo peor es lo nefasto de las escenas de lucha, y eso en una película de artes marciales, pues como que no. Todo lo demás puede fallar, y todos lo perdonamos si las escenas son buenas. Pero la coreografía es la mierda acostumbrada de mucha cámara en mano sin estabilizador, planos cortísimos y difusos a toda leche en donde no se ve absolutamente nada, y cuando se ve porque se quieren marcar un plano secuencia a lo Old Boy, el resultado es patético: chinos que "atacan" sin atacar, tan solo se ponen delante y esperan a que el pollo se dé la vuelta para atizarles, y acto seguido aparecen más chinos eligiendo el peor ataque posible, como por ejemplo lanzar un puñetazo cuando están 7 escalones más arriba (es que se me hincha la vena). Y todo, por supuesto, a cámara lenta sin pretenderlo (es decir, movimientos absurdamente lentos); esto tiene el sello de Van Damme, que en todas sus películas, no es que sea lento de cojones o telegrafíe todo lo que va a hacer, es que manda cartas certificadas con acuse de recibo; y sin efectos de sonido, lo que acentúa más la evidente falta distancias, porque la mitad de los golpes se van claramente al aire. Lamentable.

El personaje de Duran es lo menos creíble y absurdo que he visto en películas de artes marciales en muchos años. He visto boñigas secas con más carisma.

Este estilo de hacer cine de artes marciales estaba bien en los 80, cuando éramos críos y Contacto Sagriento era la polla con cebolla. A mí Van Damme me encantaba. Pero resulta que en los últimos años hemos tenido auténticas maravillas en cuestión de artes marciales, como Érase una vez en China, Ong Bak, O la saga de Invicto, con un personaje magníficamente escrito como lo es Yuri Boyka. Por no mencionar a Yakie Chan o Donnie Chen, por supuesto. Y las escenas de artes marciales en esas películas, sin cortes ultra rápidos, con un uso magistral de las distancias, arriesgando realmente en cada puño y cada patada, hacen que lo disparatado parezca creíble.
En esta abren con un arm bar en el que ni si quiera el brazo está estirado. Es que ni se molestan. Es patético. El listón después de lo mencionado está muy alto, y no podemos volver a lo fácil, porque ya no impacta.

Y no es una rabieta contra Van Damme. Repito, en su día me encantaba, pero los tiempos cambian. Además es un muy buen artista marcial en contra de la leyenda negra (también alimentada por él mismo gracias a su adcicción a la coca y la fiesta), al contrario que Steven Seagal que es un fraude aunque sus primeras pelis son cojonudas. Pero como digo, los tiempos cambian, y no puedes rodas escenas de lucha tan cutres, si en los 90 Yakie Chan, Samo Hung, y Yuen Biao ya estaban cambiando el percal totalmente, y con la llegada de internet, la UFC, el K1, vale tudo, etc, pues en fin, que hay que evolucionar.

Y mención especial a una de las cosas que más odio: los cameos de famosetes haciendo lo que saben hacer para yo qué coño sé. Es que te sacan totalmente de la película. Lo de Mike Tyson vale, porque le dan un papel que tiene más o menos gracia. ¿¿¿Pero Ronaldiño??? Ahí lanzando balones... ¡Estamos de coña o qué!

Esta peli apesta.

PS: Lo único bueno es que si sale Christopher Lambert, sabes al 100% que va a ser una puta basura, digan lo que digan las críticas. Es que no falla macho.

Acción desde el minuto 1 con todos los clichés típicos del género y un argumento que está explotado hasta el hartazgo pero que entretiene. El clásico mafioso que secuestra a la novia del protagonista para forzarlo a una última lucha, un entrenamiento previo con el maestro Van Damme a lo Larusso con Miyagi y una épica batalla final donde combate contra una verdadera mole y se castigan sin miramientos. Grandes efectos estilo Matrix en las peleas previas y buena música de fondo. La recomiendo.

Dos años después del reboot que supuso Kickboxer: Vengeance, nos llega la secuela directa. Nuevamente con Alain Moussi como Kurt Sloane y Van Damme como su maestro Duran. Esta vez el protagonista tendrá que lidiar con "la Montaña" de Juego de Tronos, el islandés Hafthor Julius Bjornsson, una auténtica bestia que impone con su físico. Se suman también algunos nombres y cameos curiosos, como el de Ronaldinho, ex-futbolista que, como no podía ser de otra manera, aparece dándole toques a un balón, o Mike Tyson, como preso boxeador que le enseñará a Kurt cómo se las gastan en la cárcel. Christopher Lambert es el corredor de apuestas que moverá los hilos para conseguir la pelea entre Kurt y el gigante.

El argumento, la banda sonora y las interpretaciones dejan bastante que desear, es una historia vista infinitas veces y no hay nada que sorprenda en ella. Alain Moussi no es un actor que transmita mucha expresividad pero lo compensa en las escenas de acción. Van Damme, en un papel secundario como en la anterior entrega, está sobreactuado por momentos pero es de lo mejor de la cinta, además es un placer seguir viéndole en pantalla. Lambert, con un aspecto un tanto ridículo, está histriónico y a estas alturas todos los que hayan visto alguna de sus películas saben que nunca fue un buen actor.

El plato fuerte, o por lo que la mayoría ve este tipo de películas, son las escenas de acción, pues bien, la calidad de las mismas va de menos a más. Se abusa siempre de una cámara lenta en mitad de los golpes en la primera mitad del film que corta el ritmo de las peleas; hay una que hubiese sido infinitamente mejor sin utilizar este efecto, porque el plano secuencia era perfecto y no era necesario abusar de estas ralentizaciones. La pelea final da lo que promete, una lucha sin cuartel, sangrienta y larga, que quita en parte el mal sabor de boca que habían dejado otros enfrentamientos…

No pasará a la historia ni lo pretende, simplemente es un entretenimiento que cumple lo justo para desconectar durante una hora y cuarenta minutos.

Nota final: 5

Despues de ver Kickboxer la de 1989 con un Van Damme en plenitud y en forma hay que recordar que Kickboxer:Contrataque tampoco hay nada de especial, nos encontramos ante una película que si es cierto que hay muchas escenas de peleas pero no hay mcuho realismo en cada una de ellas, vemos cameos de famosos como el de Mike Tyson o el de Ronaldinho pero no sé que pinta este ultimo, y también es raro ver a un Van Damme menos participativo que en sus anteriores películas, suelta así alguna patada pero nada de otro mundo, así que como película y pasar el rato tampoco está mal, vas a ver lo que buscas, patadas, puños y un sin fin de peleas.

Lo que oís. El dramón de turno, interpretado (en piloto automático) por las estrellas de turno, y publicitado hasta en los anuncios de sopa de turno, NO ES LA VANGUARDIA. Los críticos a sueldo de las distribuidoras son recompensados por éstas con un no desdeñable estipendio para que aquéllos lo alaben, y gente lentita y perezosa les haga caso. Pero no tiene nada -SUBRAYO, REMARCO Y REITERO- ¡¡¡Nada!!! de moderno, de original, de fresco, de interesante, de vanguardista.

KICKBOXER, analizándolo con el máximo espíritu crítico posible, es una película rompedora. Por supuesto, heredera de un género de gran tradición, que año tras año se va superando en espectacularidad, entretenimiento y exquisitez técnica. Pero si alguien ve esto y dice que esta peli “es muy mala”, le reto a decirme buenas razones para ello. SE LAS ECHO POR TIERRA TODAS, VAMOS.

Esos planos secuencia, esas acrobacias, esas coreografías, esa mole de jefe final... es un peliculón a la vieja usanza pero de acabado artístico vanguadista al cien por cien, lo vuelvo a decir, no me importa repetirme.

Obviamente, la disfrutarán más los que jugaron muchas horas a los ‘Final Fight’ y a los ‘Art of Fighting’ de las maquinitas, porque esta película tiene bastante de videojuego (hasta en el argumento, casi un disparate, que le viene como anillo al dedo). En fin, que divierte, homenajea, se ríe de, rinde culto a, y es un regalazo para los fans de J.C., de las pelis de artes marciales, de los Arcades de tortazos antiguos y del cine bien hecho.

¡¡¡NO GUAY!!! Bien hecho tan sólo.