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Carta a una sombra

Documental Documental homenaje de la directora a su abuelo Héctor Abad Gómez, hombre de paz asesinado en las calles de Medellín durante los peores años de la guerra colombiana. En el 2006, Héctor Abad Faciolince publicó 'El olvido que seremos', un desgarrador relato de la vida y muerte de su padre Héctor Abad Gómez, un colombiano pionero en el campo de la salud pública y un vehemente defensor de los derechos humanos, que fue asesinado a sangre ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
27 de julio de 2019
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha sido, ésta, una semana bastante curiosa: en tan solo tres días, me he enterado de la existencia de dos talentosas muchachas que han resultado ser nietas de dos personajes a los que guardo en la memoria con el mayor afecto. La primera: Jennifer Arenas, nieta de Arcadio Acosta, antiguo proyeccionista y luego administrador (¡durante 44 años!) de la sala de cine (Teatro Caribe) donde un día surgió en mí esa afición inagotable por el séptimo arte. Jennifer, heredó la pasión cinéfila de su abuelo y ahora es una cotizada actriz de teatro, cine y televisión, y además trabaja en la formación de nuevas generaciones de talentos.

Y ayer, un viejo conocido me habló de Daniela Abad, diciéndome que estaba en contacto con ella para exhibir su documental, “The Smiling Lombana”, y que quería contar con mi presencia. Deseando saber un poco sobre ella, descubrí que, Daniela, es nieta de Héctor Abad Gómez, un mártir antioqueño cuyas columnas en la prensa leía con mucha complacencia y a quien admiré siempre por ser una suerte de renegado comprometido con los excluidos y con las incontables víctimas que han causado los “poderosos” en nuestro país. Partiendo del exitoso libro, “El Olvido que Seremos” que, sobre su abuelo escribiera su padre, Héctor Abad Faciolince, Daniela se unió a Miguel Salazar y juntos hicieron un documental titulado, <<CARTA A UNA SOMBRA>>, que por ser un material que nos acerca -con una basta información visual, literaria y auditiva- a la vida de tan insigne personaje, no puedo dejar pasar la ocasión de rendirle este modesto, pero afectuoso reconocimiento.

Héctor Abad Gómez (1921-1987), fue un liberal nacido en un pueblo godo -Jericó, Antioquia- quien, tras graduarse en Medicina, se convertiría en fundador de la Escuela Nacional de Salud Pública de la U. de A., y hasta su muerte, fue docente en la misma alma mater. Intervino en la fundación del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) y también en la fundación de la UNAULA (Universidad Autónoma Latinoamericana), donde ejerció como presidente y catedrático.

Su labor como Presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Antioquia, donde alzó su voz contra las desapariciones forzadas, el exterminio de los miembros de la Unión Patriótica… y las detenciones arbitrarias y torturas atribuidas a las fuerza pública, comenzó a generarle toda suerte de señalamientos por parte de la clase política y el clero… hasta que surgiría el individuo que, en una calle, cegaría un día su valiosa existencia. Un poema de Jorge Luis Borges, titulado “Aquí, hoy”, fue encontrado en uno de sus bolsillos… y fue, de este texto, de donde su hijo tomó el título para su valiosa biografía: “El olvido que seremos”.

En, <<CARTA A UNA SOMBRA>>, conoceremos y oiremos a su esposa Cecilia y a sus guapas hijas. Estará, por supuesto, Héctor, el hijo que heredó la vena de escritor de su padre, pero éste nunca pudo leerlo… convirtiéndose cada escrito en una ‘carta a una sombra’; y entre otros, oiremos el testimonio del catedrático y fundador del partido Polo Democrático, el Dr. Carlos Gaviria, otro gran personaje que compartió muchos escenarios de labor social y la propia Universidad de Antioquia con Abad Gómez.

“Para distinguirnos de los demás animales -escribió, Abad en una de sus columnas-, para justificar nuestro paso por la tierra, hay que ambicionar metas superiores al solo goce de la vida… y lo importante, no es alcanzar dichas metas sino luchar por ellas”.

Termino diciendo que, aquellos que no resisten la tentación de eliminar a un ser humano por el simple hecho de pensar distinto, o por defender la justicia y la verdad, deberían comprender, primero, que la muerte como extinción no existe y que, cuando un hombre bueno resulta asesinado, su vida y su obra se perpetuarán para siempre.

Este valioso documental da cuenta de esto.
Luis Guillermo Cardona
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19 de agosto de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hermoso y duro retrato de la vida de la familia de Héctor Abad Gómez, padre del escritor Héctor Abad Faciolince, que escribe el guión inspirado en su hermosa novela "El olvido que seremos" junto con los directores Daniela Abad, su hija y Miguel Salazar.

Es hermoso, triste y nostálgico, además de pertinente en estos tiempos para recordar los estragos de la larga guerra y época de violencia que se vive en el país desde hace décadas. Abad Faciolince, además de participar en la escritura del guión, es el narrador, lo que garantiza la poesía y la belleza del amor y del horror en la ejecución.

Como un collage íntimo de la familia, somos testigos además de las historias que nos cuentas sus mismos protagonistas, familiares y amigos de Abad Gómez, de fotos familiares, vídeos públicos e íntimos y grabaciones de voz, que nos muestran al padre, médico, activista, pero sobre todo al ser humano que se preocupaba por la gente a su alrededor.

Un buen complemento al excelente libro escrito por su hijo Héctor Abad Faciolince, que es una oda al amor parental. A continuación el poema de Borges que inspiró el título del libro “El olvido que seremos”, que tanto gustaba a su padre:

Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y los que seremos.

Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y el fin, la caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte y las endechas.

No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre;
pienso con esperanza en aquel hombre

que no sabrá quien fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo,
esta meditación es un consuelo. (Jorge Luis Borges)

http://asbvirtualinfo.blogspot.com/2015/08/comentario-documental-carta-una-sombra-daniela-abad.html
http://www.frasesdepeliculas.com.co/
Alejandro
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14 de diciembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
He titulado este comentario con ese peregrino enunciado ya que quiero hacer patente al posible ( aunque poco probable) lector que la "coincidiática (*)"...funciona. Trataré de explicarme.

El libro "El olvido que seremos" hace seis meses llegó a mis manos "de segunda mano" de unos amigos; me comentaron " Tú que, poco tiempo atrás, has vivido en Colombia tres años, este libro va de regalo. Te gustará" . Yo de nada conocía a su autor; en efecto la lectura me encantó, tanto por su argumento ( muy bien resumido en esta página de filmaffinity) como por la calidad de la escritura , composición, etc. Una joya.

Sólo fue ayer, al mediodía, que de casualidad hojeando y ojeando ( las dos son de aplicación !) un diario de Barcelona, un titular mencionaba "Festival 15 de Cine de Colombia" para ese mismo día, en una señera sala, "Girona". Por mi querencia hacia los temas colombianos leí con más detenimiento, y entendí que "Carta a una sombra" es lo que es. Y por suerte pude desplazarme a la hora anunciada y visionar el documental. En suma : grandioso.

El documental me permitió poner caras, dar vida nueva a los personajes ya descritos por Hector Abad Faciolince en su libro. Aún más, disfrutar ese querido y especial acento colombiano, antioqueño, que tantos recuerdos me traía de mis años vividos como "rolo" y "cachaco" en las alturas, frías y a veces brumosas, de Bogotá. Escuchar esa frase que utilizan a veces los bogotanos al dirigirse a hablar a otra persona : " Su merced..". Una reliquia viva, valga el oximoron !

Por descontado, visionando el documental te golpean las imágenes de la sinrazón que se cebó sobre un hombre esencialmente bueno, del doctor en medicina Hector Abad, padre del autor, del mencionado libro, asesinándolo a quemarropa por las calles de Medellin. Una persona puro corazón y con hondo sentido de la justicia social que practicó medicina preventiva a la vez que la enseñó en la universidad. Denunció en artíciulos de prensa y conferencias a los poderes públicos conservadores por sus malas practicas en trabajos de alcantarillado, traída de aguas, alimentación infantil... etc que causaban a la población enfermedades y muertes de manera constante Por ello fue acusado por los sevtores conservadores y por la iglesia de Medellín de marxista-comunista. . Se me quedaron grabadas las palabras en off del doctor meses antes de su asesinato diciendo " Sí, ahora me han avisado, estoy en la lista...pero no dejaré de seguir actuando. Aunque lo que quiero es poder morir de senilidad, rodeado de mis hijos y de mis nietos" . Pero unos "manos invisibles" dejaron que otras "manos invisibles" ordenaron que se asesinara a una persona que se destacaba por su lucha a cara abierta por la justicia social denunciando a los responsables de tanta iniquidad por no atender necesidades básicas de la población indigente.

Como expresaba en el documental una de las (bellísimas!) hijas "solo fué en el entierro que la familia entendió cómo era de querido nuestro padre por la población de Medellín". Cierto, las imágenes del documental captan a la perfección las decenas de miles de personas que acompañaron el féretro por las calles, hasta la universidad y al cementerio. Además de una excelente colección de imágenes, y grabaciones , ya sólo por esos pasajes el documental es una joya, y un muy merecido y sentido homenaje de la nieta a su abuelo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vanyehao
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