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La última canción

Romance. Comedia Una joven debe seguir adelante con su vida tras perder a su marido, que era un aclamado cantante de folk. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
26 de diciembre de 2016
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última canción es una comedia romántica ambientada en una pequeña ciudad de Maine. Hannah (Rebecca Hall) intenta recomponer su vida tras el fallecimiento hace tres años de su marido, Hunter Miles, un afamado cantante de folk que tan solo grabó un álbum antes de su prematura muerte en un accidente de senderismo. El disco penetró en lo mas hondo de los corazones de muchísimos seguidores convirtiéndose en un álbum de culto. Ella visita de forma continua la tumba de Hunter al igual que muchos admiradores de su música hacen peregrinaciones acompañados de regalos para depositar a pie de lápida en su honor.

Hannah sigue sufriendo y no consigue superar la trágica pérdida por lo que para calmar el dolor decide escribir una biografía sobre su corta vida y música. Al mismo tiempo para mantenerse ocupada y liberar su cabeza, colabora en un periódico local que dirige un amigo suyo, Griffin Dunne, con historias de interés humano sobre habitantes del lugar, y mantiene sexo con un guardabosques interpretado por un rudo Joe Manginello, con el que no tiene ningún tipo de afecto romántico. Hannah descubrirá que está demasiado unida emocionalmente a su marido como para poder escribir una biografía rigurosa y objetiva sobre él por lo que aparece en escena Andrew (Jason Sudeikis), profesor del Manhattan American Studies especializado en cultura pop y admirador de la música de Hunter Miles, con la intención de aportar su perspectiva en la vida del músico para hacerlo inmortal, pero Hannah es una mujer muy recelosa y protectora del trabajo de su marido y rápidamente se producirá un choque entre ambos y muchas discrepancias, pero después de continuas peleas y de comprender las verdaderas intenciones de cada uno de ellos, ella aceptará a colaborar con él en la biografía.

Difícilmente La última canción puede llegar a ser del todo una comedia romántica en estado puro cuando por un lado se intenta rendir un homenaje al marido muerto y por otro se escenifica un juego de seducción para conquistar a la enviudada. En un principio tanto el director, Sean Mewshaw, como su mujer y co-guionista, Desiree Van Tila, permiten que Hannah y Andrew descubran sus sentimientos alrededor de Hunter, para poco a poco dar paso a una más que predecible y agria comedia romántica. El guion no se centra en mistificar y engrandecer la figura de Hunter Mills como si fuera un nuevo Kurt Cobain, sino en los sentimientos y emociones de Hannah para proteger la memoria de su marido. Se agradece los esfuerzos por alejarse de los clichés del género gracias a ese toque dramático de la historia pero La última canción se queda a medio camino y no pasa de ser una discreta película bien intencionada y sincera.

A pesar de la química existente entre Rebecca Hall y Jason Sudeikis sus personajes son poco creíbles, la historia de un erudito de la cultura pop que ve a Hunter Miles como un ídolo es una pieza difícil de encajar como la nueva pareja sentimental de Hannah, sino más bien como una fantasía propia de un fans que quiere ocupar el puesto de su héroe y más teniendo en cuenta el poco tiempo transcurrido en el desarrollo de la trama. Por otra parte, a Sudeikis, conocido principalmente por sus papeles en comedias, parece que le cuesta trabajo asumir una interpretación más sobria y dramática de lo acostumbrado por esos tic cómicos algo exagerados utilizados en muchas escenas a lo largo de la película para provocar que no nos tomemos en serio su personaje y sacarnos de la historia.

Posiblemente lo mejor de la película sea el excelente trabajo del compositor de Seattle, Damien Jurado, que escribió la mayoría de las canciones de la banda sonora y suministra la voz de Hunter Miles para conseguir que parezca un genial artista.

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Eduargil
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26 de enero de 2017
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces te preguntas, cuando los americanos van a dejar de hacer este tipo de comedias románticas que ya ni gracia tienen?. Tumbledown es una película muy pequeña, simple, que no te despierta nada, que solo te das cuenta que es romántica al final, pero que en el trayecto te aburre (otra vez) con el cuento de que la gente que vive en esos pueblos apartados del mundo, con esos inviernos terribles, son especiales y felices, que a todos los que llegan de las ciudades importantes como Nueva York son bichos de otro pozo y los miran raro. A eso le sumas meterle la historia de un cantante de folk que fallece, (podría haber sido de country también y de paso haber cantado el himno americano en alguna parte) y el dolor de la viuda que no logra superar su pérdida. Ella quiere hacer su biografía, pero justo aparece un profesor de Nueva York, muy admirador del músico fallecido, que se ofrece para hacerla. Pero como dije antes, los bichos de ciudad son raritos para ellos y aparecen los roces, las dudas y después por arte de magia, ella se convence de que él es el indicado para hacer esa tan ansiada biografía.
Jamás hay química entre los protagonistas, él, Jason Sudeikis, es demasiado comediante, ella, Rebecca Hall, muy esquematizada en su papel, que solo se ablanda en el final. No digo que sea mala actríz, ha hecho buenas cosas, pero éste no es uno de sus mejores papeles. La visita de él a la familia de ella, el baile del pueblo, el descubrimiento de una canción olvidada escrita por el "genio" fallecido, nieve, madre que pide a hija que olvide al muerto y le traiga nuevo novio, dos perros, tópicos, frío, corte de luz, novia de escritor (papel totalmente intrascendente), más nieve y listo...un aburrimiento considerable. Lo único rescatable es la fotografía, los paisajes son preciosos.
Creo que la palabra que le cabe más a esta peli es decepción, creí en su argumento, había pensado que era otra cosa, también en su pareja porque son los dos conocidos, si era bien llevada, podría haber funcionado, pero no...... Cuando a la media hora de empezar, ya te fijas cuanto le queda para acabar, vas por mal camino.
Carolina
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27 de agosto de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo importante no es lo que pasa sino como pasa. El contraste entre la América culta y la profunda se pone de manifiesto con ocasión del obsesivo duelo patológico de una viuda joven que vive sola con sus perros, desde la desaparición de su marido, muerto en accidente por imprudencia. Los ingeniosos diálogos sostienen la elucubración filosófica entre el profesor universitario, biógrafo y estudioso de la musicología tradicional y la protagonista, escritora local y admiradora hasta el final de su sobrevalorado compañero el cantautor folk fallecido. No hay estridencias ni extravagancias en la trama. Sólo personas de a pie llano, con sus inquietudes y sus vivencias. Rebeca Hall está muy natural y creíble en su papel. La película no es para quien busque diversión en exclusiva. Sólo satisface a los que se interesan por temas existenciales y "voyers" de la vida.
JOSEMIDIAM
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21 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonita y agradable película el estreno como director de Sean Mewshaw con la producción y guion de su mujer, Desiree Van Til.

Ambientada en el estado de Maine aunque realmente filmada en el de Massachusett y con unos paisajes nevados espectaculares, nos cuenta la historia de una joven viuda encarnada por la bella y siempre elegante Rebecca Hall, y un profesor de historia del pop americano bajo la piel del siempre atractivo Jason Sudeikis.

Ambos actores tienen buena conexión, la película se hace amena, con una preciosa banda sonora llena de bonitas canciones folk y que cuenta la historia de superación del duelo a través de la familia y del amor, quizás demasiado americana en le mal sentido, quizás demasiado aparentando ser independiente sin realmente serlo, desaprovechando a secundarios de la talla de Griffin Dunne o Blythe Danner y con una muy mala actriz como Dianna Agron como novia de Sudeikis, pero al fin y al cabo, película con bello mensaje, con amor por la música y bien hecha.

Para ver en una tarde lluviosa con mantita y té bien calentito en el sofá.
Un saludo,
Tess
TESS
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15 de septiembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parte de una idea inicial interesante pero las distintas situaciones que se plantean y la forzada relación entre los protagonistas hace que resulte poco creíble y se quede en una película romántica bastante floja
Ozonero
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