Ojo por ojo (Cuando los cuervos vuelan)

Hace muchísimo años, cuando era un niño, emitieron por la televisión una película que me gustó muchísimo. En mi retina quedaron varias imágenes: el principio de la película y el final. Llevaba tiempo dándole vueltas, intentando acordarme de más cosas. Me acordé que posiblemente la película se llamara "Ojo por ojo". Y ésto me ha vuelto loco, porque no la encontraba. Y resultaba que se llama tal como me acordaba. Lo que no entiendo es porque se llama ahora "Cuando los cuervos vuelan"...
Por fin, en este día de año nuevo, he vuelto a disfrutarla. Es cierto que la historia de ojo por ojo está muy trillada. Vamos, desde que el hombre es hombre y empieza a escribir la Biblia. Sin embargo, no es un alegato de la venganza, sino todo lo contrario. Al final te manda un mensaje, nada moralista por cierto, sino reflexivo, es ahí donde creo que me marcó en mi infancia... El objeto de esta crítica no es su alabanza, ni su crítica desde un punto de vista peyorativo, sino expresar la alegría de haberla encontrado, y de haberla visionado nuevamente, después de más de veinticinco años, aunque ya que estoy manos a la obra, añadir sólo dos cositas:
1º.- es muy, muy entretenida, y
2º.- muy inteligente.

Interesante película del norte que vi cuando tenía unos diez o doce años y que entonces me impactó. Historia de frías y oscuras venganzas entre culturas y pueblos enfrentados. Rítmica y tribal banda sonora, tan fría como el resto de los escenarios y la película.

Un spaguetti-western islandés con vikingos. Nada más y nada menos. Un sublime film. Una típica historia de venganzas añejas por parte de un asesino profesional que busca justicia ante el vikingo que mató a su familia y le vendió cuando niño, junto a su hermana, como esclavos.

Ante este punto de partida, el director Gunnlaugsson, en 1984, pergueñó una película-homenaje recuperando el espíritu de los mejores spaguettis de Leone, con el mismo ritmo lento y contemplativo de "Hasta que llegó su hora" (su fuente de inspiración), sus mismos planos cortos, sus miradas, el sufrimiento del heroe ante el villano (otro homenaje, esta vez a Por un puñado de dólares) y el curioso duelo final, excelentemente coreografiado. Planos que recuerdan al cine japonés. Japón, Islandia e Italia, Kurosawa, Leone y Gunnlaugsson se dan la mano en este filme.

El héroe es un trasunto del "Hombre sin nombre" o de "Armónica" de los films de Leone y el villano tiene el mismo perfil que "Frank" de "Hasta que llegó su hora", un malo malísimo y sin redención posible.

Una gran sorpresa de una filmografia desconocida y que data de 1984, mucho antes de los spaguettis chinos y tailandeses.
Primera de una trilogía, de las cuales he podido ver ésta y la segunda, también excelente y con el mismo tono de western... Islandia es un lugar duro e inhóspito, como los desiertos de Almería, a la vez que sorprendente...

Si os gusta Leone, o Kurosawa, las historias de venganzas y asesinos justicieros no podeis dejar de verla.

Yo también la debí de ver entonces, cuando decís vosotros, en la tele, hace mil años, yo tendría 15, o sea que sí, debió de ser hace mil años (¡de mil "parriba" !) ... Y en aquella época me flipó. Estuve hablando (sola) de esta peli durante semanas, pero nadie la había visto, o no se acordaba o pasaba del tema... Luego, a lo largo de los años, de vez en cuando he pensado en ella, pero el caso es que, pese a mi pequeña obsesioncilla personal con esta peli, no me he puesto a tratar de identificarla hasta hace poco y tras cierto ir y venir, por fin, hoy la veré.
Sinceramente hasta ahora he pensado que con toda probabilidad será una castaña de peli (confieso que mi criterio no estaba demasiado formado a los quince años) Pero he leído vuestras críticas y algunas otras por ahí y vaya, como que me estoy animando! Pero qué miedico da reencontrarse con un viejo amor ? que no? En fin, allá voy!

De las cuatro versiones que se han filmado, basándose en la novela Cosecha Roja de Dashiell Hamett, esta es posiblemente la más floja, aunque no por ello deje de ser una película interesante. La trama es la misma que en las obras de Leone, Kurosawa y Hill, aunque esta se nos añade un pasado al misterioso personaje protagonista, que es la motivación que tiene para enfrentarse a los maleantes. Se nota el poco presupuesto de la película, no obstante se deja ver y tiene escenas de acción muy curiosas donde se evidencia la clara influencia de Kurosawa y Leone.

La mayor virtud de esta película, quizás sea, el mostrar lo universal que tiende a ser el lenguaje cinematográfico y narrativo, como una historia de un justiciero solitario y anónimo puede encuadrarse en el Salvaje Oeste, en el Japón Feudal, en los tiempos de la Prohibición y en la Islandia Medieval. Los arquetipos de héroes y villanos y las tramas se ajustan perfectamente a cualquier época o ambientación. Y si la trama es buena esta funciona por si sola. Cuando los cuervos vuelan es el ejemplo perfecto de esto.