La Fiesta Del Chivo

Me he quedado admirado lo bien adaptada que está esta novela tan compleja como rica: excelente guión y excelentes medios técnicos para adaptar la propia estructura narrativa y trasladarla a las exigencias cinematográficas.
Hay escenas clave en el texto que han sido trasladadas con gran talento y que, del mismo modo, hacen transpirar al espectador por el poder de su dramatismo y, a la vez, de su complejidad ideológica, sobre todo, en la brillante manera en que se han ensamblado las luces y sombras, las valentías y las cobardías de algunos de los personajes en torno a la figura deslumbrante de un tirano como ha habido pocos en la historia del siglo XX...
Realidad y ficción, literatura y cine: un equipo que emociona y da que pensar, con un trabajo actoral de gran calidad, empezando por Tomán Milián, en el papel de Trujillo y terminando por Srephanie Leónidas en el papel de la muchacha de catorce años sobre la que gira gran parte de la trama principal... una trama hecha de cruces de historias que, por supuesto, encuentran en la novela original de Vargas Llosa un muy completo fresco de los acontecimientos de 1961 en República Dominicana, pero la película honra con calidad inusitada.
Como tantas otras veces: gana mucho en versión original.

Me consuela leer la crítica de los profesionales que también han leído el libro.

Supongo que como bien dicen, la historia basada en la obra de Vargas Llosa está muy por debajo del texto de la novela. Eso espero porque para mí la versión cinematográfica de LA FIESTA DEL CHIVO representa lo que una telenovela venezolana resumida en dos horas.

No podía pensar que el premio Nobel Vargas Llosa hubiese pregreñado semejante engendro. De ahí se deduce, que ciertos trabajos literarios deben descansar donde lo hacen, entre las páginas de un hermoso libro.
Un 5

Esta película trata sobre el asesinato y últimos días de la vida de Rafael Leonidas Trujillo dictador de Republica Dominicana entre 1930 y 1961.
Buena adaptación del libro del mismo nombre de Vargas, del cual es bastante fiel pero incompleta.
La película solamente toma algunas licencias cinematográficas para mejorar la intensidad del melodrama, especialmente el orden de los acontecimientos, así como que en la cena donde Urania cuenta delante de su familia su episodio intimo con Trujillo, esta su su padre presente cosa que no es así en la novela.
La interpretaciones son buenas y creíbles, el dictador Rafael Trujillo esta aceptablemente logrado y aunque la película emociona le falta intensidad en la acción, también resulta para alguien que desconozca los acontecimientos un poco difícil de seguir.
Naturalmente la película no puede abarcar toda la obra literaria y los episodios históricos del final del régimen y quedan sin reflejar suficientemente algunos personajes que solo aparecen efímeramente como el hijo primogénito Ramfis, la última mujer de Trujillo, Maria Martínez, el ministro y parlamentario Henry Chirinos o el sempiterno Joaquín Balaguer. También quedan por desarrollar y queda en secundario lugar el sanguinario coronel Abbes García principal jefe de los servicios de inteligencia del país: SIM, responsable de tantas detenciones, torturas y crímenes de la tiranía. Dicho personaje no se ha sido malogrado y no se ha aprovechado para explicar la crueldad de la dictadura.
Se echa de menos que no se hable, al menos someramente, de todo lo que ocurrió en República Dominicana después de la muerte del dictador.

No es fácil adaptar al cine una buena novela literaria, y mucho menos, ser capaz de presentar la atmósfera histórica cuando se trata de una película de época. Estos dos retos los vence con convicción y contundencia “La Fiesta del Chivo”. Espeluznante retrato de una oprobiosa dictadura que en la vida real estuvo encarnada por el General Trujillo en la Republica Dominicana. América Latina ha estado prisionera del militarismo y la autocracia por mucho tiempo; aún hoy, como en Venezuela y Cuba, persiste la tentación totalitaria. Proyectos “salvadores” que terminan por traicionar las esperanzas de sus respectivos pueblos. Una película, como ésta, bien sirve para que las actuales generaciones conozcan y valoren el lado oscuro de éste tipo de proyecto personalista. “La Fiesta del Chivo” es una película valiente que hizo recordar a los dominicanos que el único camino legítimo hacia el progreso social en libertad es la democracia.

Con transparencia y crudeza la fiesta del chivo nos conduce a una reflexión interersante que toca no solo las esferas del poder en latinoamerica sino también la de los conflictos de familia y el interés por la supervivencia en un mundo en el que los antivalores se anteponen en la sociedad. Es un llamado de alerta, de cómo una familia se descompone producto de las ansias del poder y del ciego y desmedido empeño en mantener el status a costa de la dignidad.
Asi sin compasión aparente se puede entregar a un ser querido queriendo garantizar así su posición económica, aún cuando ésto represente practicamente venderlo.
Por otro lado nos muestra la fiesta del chivo una patología del poder absoluto, que en latinoamérica ha tenido y a ratos pareciera tener el afán desmedido de perpetuación en las esferas del dominio económico, político y militar. Es sin lugar a duda una malsana herencia que nos ha legado toda una tradición caudillesca propia y caractéristica en los procesos históricos de latinoamérica. Y que desafortunadamente aún ronda por los pasillos de los cuarteles en latinoamerica.