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El detective y la muerte

Cine negro. Thriller. Intriga En una ciudad europea agitada por disturbios raciales, un poderoso magnate debe enfrentarse al único poder que no podrá engañar ni corromper: la muerte. Por otra parte, un detective trata de encontrar a la mujer que ama, y, al mismo tiempo, una inocente joven lo sigue con el disparatado propósito de devolverle la vida a su hijo, que ha sido asesinado en la cuna por un pistolero. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2007
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigido por Gonzalo Suárez y escrito por éste y Azucena Rodríguez, el film se inspira en el cuento "The Story Of A Murder", de Hans Christian Andersen (Dinamarca, 1805-1875). Se rueda en Varsovia (Polonia) y Llanes (Asturias), mayoritariamente de noche. Obtiene una Concha de plata de San Sebastián (actor, Javier Bardem). Es nominado a 5 Goya. Producido por Andrés Vicente Gómez, se estrena en septiembre de 1994 (Festival de San Sebastián, España).

La acción tiene lugar en una ciudad europea imaginaria, sacudida por enfrentamientos raciales y sometida al imperio del crimen, en 1993/94, a lo largo de unas 12 horas (desde una tarde hasta la madrugada del día siguiente). El detective Cornelio (J. Bardem) es requerido por GM, magnate de los negocios y del crimen, para localizar a su esposa desaparecida, "la duquesa" (Charo López), de la que Cornelio está enamorado.

La película sitúa la acción en un escenario donde impera un régimen totalitario, deshumanizado y corrupto, dominado por el todopoderoso GM, que se ha enriquecido traficando con la muerte (armas, secuestros y asesinatos para obtener órganos humanos, tráfico de órganos). La población, manipulada y fanatizada, atribuye los males del país a los inmigrantes y a los grupos étnicos minoritarios, que persigue, tortura y asesina con impunidad. En la ciudad impera la codicia, la prostitución y las relaciones incestuosas. No hay solidaridad, ni compasión, ni espíritu humanitario: "nadie hace nada por nada". En su cumpleaños Laura recibe del padre un regalo de tecnología futurista, pero no se conforma y le pide un sorpendente regalo adicional.

La música, de Suso Sáiz ("El milagro de P. Tinto", Fesser, 1998), ofrece composiciones jazzísticas de piano, clarinete bajo, trompeta y teclados, a tono con las obras clásicas del cine negro americano. Añade fragmentos de "Le nozze di Fígaro" (Mozart), "I've Been In Love Before" (música de Frank Loesser, interpretada por Marlene Dietrich) y otras. La fotografía, de Carlos Suárez ("La vaquilla", Berlanga, 1985) aporta composiciones notables, de estética clasicista, que recurren a frecuentes sombras, planos picados profundos, transparencias (vidrieras), claroscuros contrastados y escenas de escasa luz. Las interpretaciones de Bardem, Alterio y Medeiros son meritorias. La dirección impone un ritmo pausado que agranda el aire misteriso y sombrío del relato.

El film suma cine negro con elementos fantásticos y de sci-fi. Interesante.
Miquel
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22 de abril de 2010
18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me esperaba ningún peliculón, la verdad, pero sí -al menos- una buena muestra de cine negro a la española. Algo así como “El crack”, pero con Javier Bardem en lugar de Alfredo Landa. Lamentablemente, no fue así. “El detective y la muerte” es, efectivamente, una peli de cine negro a la española pero no es -ni de lejos- una buena peli. En primer lugar porque los personajes son -por no decir grotescos- absolutamente paródicos. Y, en segundo lugar, porque el entramado argumental es un completo dislate. Al menos hasta que el detective y la tartaja de los cojones llegan a casa de la duquesa. Ahí lo dejé. Concretamente cuando apareció Charo López intentando emular a Rita Hayworth y empezó a cascarla en plan ‘femme fatale’. Fue precisamente entonces cuando me dije: “hasta aquí hemos llegado, señores”. O lo que es lo mismo: “apaga y vámonos”. Y eso fue lo que hice, amigos. Apagar la tele e irme a la cama. ¿Y ese 5, entonces? Pues no sé. Posiblemente por los bellos paisajes de Llanes. O bien por un hipotético desenlace acojonante… Por cierto… ¿Lo es? No ¿Verdad? No, si ya lo decía yo. En fin, dejémoslo así. Un 5. Y gracias.
Taylor
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6 de noviembre de 2009
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me canso de repetir que a Suárez le he dado un crédito que a largo plazo tras contemplar su soberbia y deslumbrante "Remando al viento". Ese crédito va venciendo y aún a pesar de seguir haciendo películas interesantes, Suárez se acerca cada día más al más rancio y trasnochado concepto de autor, dónde fluye un cine elitista generalmente gratuito e inapropiado, lleno de un cultismo que no viene a cuento y de una rimbombancia hueca. Esto es lo que ocurre con este thriller fantástico y fantaseado, de original propuesta argumental pero en más de un momento y por la determinación hermética de Suárez, irritante.
El hombre oscuro (Carmelo Gómez) va en busca del detective (Bardem) enviado por la Muerte (Héctor Alterio) quién, paradojas, está a punto de morir. La misión del detective consiste en llevar a la Duquesa (Charo López) a la Casa Azul. Toda una fábula fantástica en la que parece que estamos en el Estado de la Muerte, en su dictadura, en cuyo contexto se plantea un thriller oscuro y clásico. Pero Suárez, en su inequívoca tendenciosidad hacia lo resaltable nos irrita con una sucesión de diálogos inservibles y tramposos, hace que el film, narrativamente, caiga en el ridículo, consigue un despiste monumental del equipo artístico (y aún así Bardem, Alterio o Charo López están muy bien), saca personajes sin ningún sentido (toda la parte desarrollada en el local de alterne), y, en definitiva, la estética, la brillante estética devora el resto. Aquí la narrativa es el detective o la duquesa y la estética es la muerte.
Y es que por el film desfilan el cine negro, el melodrama, los amores soterrados y el fantástico, produciéndose en súbitos momentos sensaciones de rara fascinación dentro del indisimulable desequilibrio que acusa un film tan pretencioso y mal enfocado como éste, que resulta interesante por mera inercia de cinéfilo. A ver cuando Suárez hace cine sin más, de una puta vez y como creo que puede y sabe, pues sus tics son inaguantables.
kafka
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7 de septiembre de 2007
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gonzalo Suárez es un director que me gusta, pero El detective y la muerte no hay por donde cogerla, si bien está excelemente dirigida también es cierto que argumentalmente es un despropósito con personajes poco desarrollados y situaciones que rallan el absurdo, sin olvidar la lamentable lacra (muy presenten en el cine español de los 90) de que la mayoría de los actores están doblados y se pierde convicción en sus interpretaciones. Lo mejor acaba resultado la excelente fotografía y la banda sonora, pero no es suficiente para hacer que la experiencia defraude más que otra cosa. Por cierto, el guión de El detective y la muerte es completamente original.
Almasy
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29 de agosto de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todos es sabido, desde tiempo inmemorial que hay cineastas tan personales y tan radicales en su estilo que forman parte de ese maldito grupo de autores al que el espectador ama u odia, no hay termino medio, porque su discurso se articula desde unos postulados irrenunciables que no siempre admite el espectador. Gonzalo Suárez es uno de ellos, sus películas son generalmente casi inclasificables, el universo del escritor y cineasta se debate desde ese diálogo que mantuvo siempre entre cine y literatura, y aquí asistimos a un capítulo más, con una adaptación inspirada muy libremente en un cuento breve de Hans Christian Andersen: “Historia de una madre”.

Por lo tanto, que nadie espere un thriller convencional, porque eso significa desconocer el estilo Suarez. De trata de una nueva edición del peculiar combate entre cine y literatura que protagoniza desde los años sesenta el autor de Ditirambo. El resultado de este encuentro desde una perspectiva de la adaptación libre, es una fábula épica al más puro estilo del peculiar realizador, es decir, desconcertante, mezclando diversos géneros como el “film noir”, el musical o la épica, mezclándolos sin complejos para ir hacia ese terreno indeterminado que conviene al autor y que él mismo denomina: “acción-ficción”.

Uno de los protagonistas de la aventura es un personaje sacado de un “pulp rancio”, un detective con porte de boxeador ingenuo y alma de caballero andante (Javier Bardem) que se empecinará en ayudar a una madre desvalida, María (de Madeiros), ayudándole a recuperar la respiración de su bebé. Este Cornelio, que así le llaman, además pretende salvar la vida de su Dama “La Duquesa” (Charo López), asumiendo su difícil misión. Su planteamiento narrativo es lineal y más convencional que en otras ocasiones, opta por la simplificación, en una primera parte mostrando sus cartas narrativas boca arriba, seguida de un apaciguamiento durante la trama desarrollada en la sala de fiestas, para retomar la tensión en la parte final. El cineasta nos ofrece un oasis que alivie la tensión entre los dos bloques densamente dramáticos.

A partir de la mirada de un personaje representativo, se establece una representación del caos, el sinsentido, la crueldad del degradado ambiente urbano en el que se desarrolla la historia, contemplado desde los ojos inocentes de María, que intenta encontrar sentido a un mundo que se derrumba a su alrededor. Hay una tipología de héroe en esta fábula que resulta familiar, el todopoderodo G. M. (Hector Alterio), un villano refinado y demiurgico que influye sobre la vida y la muerte de las demás criaturas. Destaca la cuidada elaboración de los diálogos, la fotografía de su hermano Carlos Suárez y de su calculado esteticismo personal. El cine es un arte abierto, donde caben todos los modelos, podrán gustar o no, pero Suárez, ahora retirado, fue un explorador que se resistió a transitar por las sendas más convencionales y seguras que marca el imperativo comercial.
Antonio Morales
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