Eran muchas las expectativas que tenía de Chapter 27 y quizás pocas se han cumplido. Cierto es que Jared Leto convence con su interpretación de hermano bastardo de Holden Caulfield pero según avanza la película (muy corta, todo hay que decirlo) su personaje cansa y quieres que acabe ya. También he tenido la impresión de que la película no avanzaba a ninguna parte, quizás debido a que casi toda la trama esté ambientada en la puerta de el edificio Dakota salvo un par de escenas en un hotel o un parque. Es una lástima porque en el aspecto técnico la película es excelente, sobretodo la banda sonora (atención a los títulos de crédito) y la fotografía; y para mi sorpresa lo que más me ha acabado gustando ha sido la interpretación de ese ser patético llamado Lindsay Lohan en la que es sin dudarlo lo mejor que ha hecho hasta la fecha, siendo la antítesis de Leto y brillando con luz propia en todas sus escenas, sobretodo la del restaurante.

No suelo tener problemas con Bergman, todo lo que he visto de él me ha gustado bastante, pero La vergüenza ha supuesto todo lo contrario. En ningún momento he entrado en el film, la frialdad con la que todo está narrado ha acabado poseyéndome a mi también y cuando al final ha llegado el desenlace yo también estaba frío y impertérrito ante lo que había visionado. No sé, quizás se deba a que los personajes de Ullman y von Sydow estén tan poco desarrollados, o que la historia de la guerra acabe por tener poco sentido, el caso es que La vergüenza ha pasado a convertirse en uno de los Bergmans cuyo éxito a nivel crítico se me hace cada vez más extraño.

Os declaro marido y marido no es más que el nuevo esfuerzo de Hollywood para ridiculizar a la comunidad gay y aprovechar de paso el tirón de Brokeback mountain. Todo en esta película es estereotipo, pero además estereotipo del que hace daño y del que avergüenza. Dejando a un lado el argumento (por cierto, sonrojante que esta basura esté escrita por Alexander Payne y Jim Taylor) lo cierto es que el resto de aspectos de la película son igual de mediocres, empezando por Adam Sandler, que con su cara de topo feo ni de coña puede ser considerado Mister Febrero y mucho menos un ligón, además de que tiene más barriga que Kevin James. Realmente lo único bueno de esta nauseabunda experiencia son las interpretaciones de Kevin James y Jessica Biel, sobretodo esta última que se luce en un par de escenas dramáticas por mucho que algunos se empeñen en que su interpretación sólo vale la pena por la escena en la que Sandler le toca los pechos (algo que por cierto sólo comentan los muy machotes no vaya a ser que les tomen por gays si no dicen en su crítica que las tias en ropa interior son lo mejor de la película).
En fin, nada recomendable, ni para gays ni para heteros ni para nadie con algo de gusto cinematográfico.

La primera vez que vi esta película no me gustó nada, incluso le planté un 2. La he vuelto a ver, y como ya dije en mi crítica de Viernes 13 III, estoy sorprendido de lo bien que ha envejecido esta película hasta el límite de subirle mi nota de 2 a un contundente 7. No nos vamos a engañar, hay momentos en la película, sobretodo hacía el final en que la confusión aparece (SPOILER 1) pero en general es un film bastante bien dirigido como la secuencia en la que Amy Steel se encierra en una habitación y va soltando el pomo de la puerta poco a poco y retrocediendo hacía la ventana, o la secuencia de apertura con Adrienne King (SPOILER 2), sin olvidar todo el desenlace (SPOILER 3) o la secuencia de la cama (que años después Bajo Ulloa reinterpretaría en La madre muerta). Recomendable.

Han pasado más de veinte años desde que fueron realizadas las primeras películas de la saga Viernes 13 y a día de hoy lo que más me sorprende es lo bien que han envejecido y donde la primera parte sigue igual de joven que el primer día y ha entrado sin dudarlo en el panteón de las grandes películas del cine de terror de todos los tiempos. Esta tercera entrega contiene todos los ingredientes que las otras dos: suspense, jovenzuelos con ganas de marcha, un Jason en su salsa (nunca mejor dicho ya que se puede decir que es el Arguiñano del homicidio, sólo le falta poner el perejil en los cadáveres para rematar la faena) y el famosillo leit motiv musical que muchos aún no saben que es la voz distorsionada de Betsy Palmer diciendo kill her (kiiiilllkilllkilll heerheeerheeer). Es entretenida, a pesar de sus lagunas de guión (SPOILER 1) y alguna escena de transición que sobra, y tiene algunas de las mejores escenas de la saga (SPOILER 2). En cualquier caso, este Viernes 13 III es bastante mejor que las cintas modernas de terror de este tipo.