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Última noche en el Soho

Thriller. Terror. Fantástico Thriller psicológico sobre una joven apasionada por la moda que, misteriosamente, es capaz de trasladarse a los años 60 y conocer a su ídolo, una deslumbrante aspirante a cantante. Pero el Londres de la época no es lo que parece y el tiempo parece desmoronarse con oscuras consecuencias...
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Críticas 138
Críticas ordenadas por utilidad
20 de noviembre de 2021
146 de 194 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Última noche en el Soho" es una peli, cuanto menos, peculiar.
Creo que ir a ver está propuesta de Edgar Wright esperando un "thriller psicológico con tintes de terror" al uso (que es un poco cómo se ha vendido en los medios) es una equivocación. Porque no tiene nada de usual lo que vemos en la cinta.

Para empezar, la película apuesta y mucho por todo lo visual. Llegando a poner, incluso, mucho más peso aquí que en el guion.
Aviso de esto porque creo que es importante saber que nos podemos encontrar al sentarnos en nuestra butaca y, de esta forma, evitar engaños.

La cinta es un ejercicio estilístico prácticamente desde el minuto uno. Jugando con la iluminación (Especialmente con las luces de colores, de neón, y sus diversas tonalidades) y con un juego completamente constante de espejos, reflejos e imágenes encadenadas que tienen más la intención de ser hipnóticas que de contar un hecho tangible y concreto (algo que, evidentemente, también hace).
Además, si algo consigue muy bien la cinta es jugar con la perspectiva, exprimiéndola al máximo, para que al espectador le resulte difícil discernir qué es real de lo que estamos viendo y qué no lo es.
En este apartado, sinceramente creo que es una peli sublime. Me he pasado toda la cinta apabullado por las imágenes, las canciones y las actuaciones de sus dos protagonistas. Que brillan más que las luces que envuelven todo este castillo construido por Wright.

Y es en las actrices dónde me gustaría detenerme un poco más.
Sinceramente, ambas están descomunales. Demostrando que la nueva ornada de jóvenes actrices viene cargadísima de saber hacer y de talento.
En mi opinión, en esta ocasión Thomasin McKenzie gana la partida por poco a su compañera y, si en Hollywood no están a por uvas, debería caerle una nominación por el trabajazo, en mayúsculas, que se marca la chica aquí. Con una combinación de registros que me hace pensar que esta actriz puede hacer lo que le venga en gana en su carrera, si le dejan y le dan la oportunidad.

Por último, en cuanto al guion... Creo que es un poco tramposo. Y el punto más flaco de todo el producto. Es efectivo, sin duda. Y consigue mantenerte en tensión desde el primer plano, con ese reflejo en el espejo, hasta el final. Pero tengo la sensación de que podría haber cogido un camino mucho más interesante y lo han abandonado, cometiendo un error, buscando otro tipo de cosas que, a mí particularmente, me encajaban peor en esta historia.

En definitiva: Considero que estamos ante una peli notable. Con una mezcla de géneros muy interesante y con una narración visual que hacía tiempo que no me encontraba en una peli. Y que, a pesar de los problemas que pueda tener en su escritura, sabe manejar todos los elementos que tiene a su alcance para crear un producto en el que vernos inmersos durante toda su duración. Muy recomendable.
Quique Martín
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22 de noviembre de 2021
110 de 144 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acudí al cine con grandes expectativas. Salí con una sensación agridulce. La película, como el sempiterno Londres, tiene sus luces y sombras. Empecemos por aquellos aspectos en los que destaca: fotografía, BSO y, ante todo, la recreación de la atmósfera del Londres de los 60 (y también, en menor medida, del Londres actual). Todas estas virtudes son muy agradecidas y consiguen trasladarte a una etapa fascinante de la historia reciente londinense. Las actuaciones de las actrices, especialmente de la radiante Anya, también lucen en pantalla.

La trama en sí, sin embargo, es el punto débil del film. Digamos que hay ciertas inconsistencias, sobre las que profundizaremos en la zona de spoiler. Aunque también algún giro sorprendente y a grandes rasgos bien ejecutado al final si bien este resulta en parte desconcertante. Mención especial a cierta sororidad cargada de una empatía cuanto menos curiosa.

En resumen, resulta una película disfrutable, nostálgica, una oda a la gran -presente y pasada- Londres y una película que merece la pena ver en el cine. Si bien no es ninguna masterpiece pudiendo incluso, en ciertos momentos, resultar difícil de asimilar. Notable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
zacamot
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26 de diciembre de 2021
87 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a ser sincera. Solo tres motivos me impulsaron a ver esta película. Su ambientación en el Londres de los años 60 fue uno de ellos. También la aparición de Anya Taylor-Joy (a la que descubrí en la magnífica ‘’The witch’’ o la reciente y popular ‘’Gambito de dama’’) y de Thomasin McKenzie( que lo bordo en ‘’Jojo Rabbit’’).


Contando con dos actrices tan prometedoras y que podían dar tanto de si es difícil cagarla en una película. Sin embargo, Edgar Wright vuelve a hacerlo de nuevo demostrándonos lo arriesgado que es dejarle participar en el guion de las cintas que dirige. No le basto con el patinazo que supuso ‘’Baby driver’’ tiene que volver a pegárnosla de nuevo con una historia plagada de errores y un guion que empieza siendo original y se convierte en un verdadero sinsentido a menudo que avanzan los minutos.


Si tengo que juzgar ‘’Last night in Soho’’ por su aspecto estético debo decir que la cinta cumple con creces. Es todo un espectáculo visual de luz, color y música. A pesar de ello y como ya he mencionado antes la historia falla rotundamente en el desarrollo de sus personajes y en la evolución de la trama. Eloise, la protagonista, comienza siendo un personaje creíble que se transforma más tarde en un verdadero chiste. Vamos, Jeniffer Love Hewitt tenía más gracia en ‘’Entre fantasmas’’. Sandy, la chica que ve en sus sueños y a la cual intenta emular en su presente parece tener más carisma que ella ( todo gracias a las dotes actorales de Anya) pero el desarrollo de su personaje convierte lo que podía haber sido una buena historia de denuncia contra la trata de blancas en un thriller descafeinado de asesinos en serie pasados de rosca. No todo vale para unirse al carro del ‘’Me too’’. Las historias tienen que tener alma y corazón para hacerte empatizar con los personajes y comprender sus deseos y motivaciones más ocultas. Esta nunca lo tuvo. Y nunca tuvo la fuerza suficiente para llegar a ser denuncia de nada.


Por no hablar del personaje interpretado por Michael Ajao que no da vergüenza ajena sino lo siguiente. Me ha entristecido mucho ver a una actriz de la categoría de Synnove Karlsen( de la que tan buenos recuerdos tenía en ‘’Medici’’) transformada en una adolescente pedorra que le hace la vida imposible a la protagonista. Ofrecerle papeles tan mediocres es un insulto a su carrera.


En resumen, puedo decir que la nueva cinta de Edgar Wright lo tenía todo para triunfar. Un elenco de actrices carismáticas, una ambientación interesante y una historia que con un par de giros podría haber sorprendido a los espectadores. Lamentablemente, este hombre es incapaz de admitir su ineptitud para ponerse al mando de un guion. Y es que cuando se abarca mucho lo que suele suceder es que si no eres un genio, las posibilidades de fracasar son bastante altas. Una verdadera decepción. Como digo, las actrices intentan sacar a flote la película con todas sus fuerzas, pero resulta imposible salvar algo que está condenado al más absoluto fracaso desde el primer minuto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nadja
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22 de noviembre de 2021
48 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tópico ese de que ya está todo inventado, es verdad. Digo en lo de contar historias. Te salva la forma que tienes de contarlas. Otro tópico, pero sí. Ahí te puedes dejar algo personal; de «autor».

En “Last night in Soho”, Wright se tira a la piscina, sin pensar si se romperá la crisma o no. Mientras cae hacia lo desconocido, nos pasea por un revoltijo de géneros: desde el thriller psicológico hasta el coqueteo espacio-temporal, pasando por el terror parapsicológico con pincelada zombie incluída.

En el terreno del delirio esquizoide ya se metieron algunos hace tiempo. Me vienen, por ejemplo, el Polanski de “Repulsión” (cuando Polanski era Polanski), al que Wright no se corta en «homenajear» en una secuencia de esto suyo. O, por no salir del territorio (british) y aproximarnos en el tiempo a la historieta esta, mismamente el chalado de Ken Russell. El uno desasosegaba, y el otro, raspaba.

El problema es que Wright no parece estar de la olla (al menos al nivel de los otros) y, claro, termina dando palos de ciego. No es un «maldito», lo sabe, y opta por huir hacia adelante con alegría y desparpajo, sincronizando la escena al ritmo de la (magnífica) banda sonora y de una sugerente (aunque edulcorada) puesta en escena, no llegando a montar más que un festejo disperso de fondo, lejos de la verdadera naturaleza oscura de estas historias, para rozar, en cambio, la parodia naturalista, terminar perdiendo la referencia de lo que quiere contar y, encima, sucumbiendo en un final, a estas alturas tan magreado por los de Hollywood y sus imitadores, que aproxima a la náusea.

En resumen: sólo el esfuerzo de Taylor-Joy, de McKenzie y, por supuesto, de la ya ancianísima diosa Diana Rigg, logran llamar la atención.
Polikarpov
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22 de noviembre de 2021
36 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Edgar Wright es uno de esos directores y guionistas que siempre llaman la atención. Suyas son la trilogía del Cornetto, compuesta por ‘Zombies Party (Shaun of the Dead)’, ‘Arma Fatal (Hot Fuzz)‘ y ‘Bienvenidos al fin del mundo (World’s End)‘, ‘Scott Pilgrim contra el mundo‘ (que fue un enorme fracaso en su momento, pero la cual ha ido logrando el estatus de culto con los años) o la reciente ‘Baby Driver‘, uno de sus films más aplaudidos, pero que a mí no me dijo nada, más allá de estar dirigido con mano firme. Hablamos de un cineasta con un estilo propio, y de ahí su éxito, aunque sea más bien de cara a la crítica y un pequeño sector del público, porque el resto no le suele hacer ningún caso.

Y eso es exactamente lo que le ha sucedido con su último film, Última noche en el Soho, aplaudida por la crítica, pero ignorada por el público (ha sido uno de los mayores fracasos taquilleros del año). La verdad es que me sorprende que algunas voces la hayan catalogado como la mejor película del año, siendo una producción más convencional de lo que aparenta, y cuya dirección y reparto nos hacen creer que es un film mucho mejor de lo que acaba siendo. Pero mejor ir por partes, que hay bastante tela que cortar (nunca mejor dicho, ya que la protagonista es diseñadora de moda…).

Sí, Wright es un director estupendo, y el mismo nos lo quiere dejar claro en casi todo el (exagerado) metraje de la cinta, con unos planos muy estilosos y una estética que evoca a la perfección la época que se quiere representar. Nada que reprocharle a su estupenda labor tras las cámaras, ya que el verdadero problema está en un intrascendente guion (también cortesía de Wright, junto a otra compañera) que se cree mejor de lo que realmente es, con una historia que suena a ya vista y unos giros mucho más predecibles de lo que se pretende (los he visto venir de lejos, pero uno ya es perro viejo…). Y es que esta propuesta no ofrece nada que nos confirme que estamos ante algo más.

No pondré en duda el entusiasmo de los críticos (bueno, un poco sí, que algunos se han emocionado demasiado, y luego vienen las quejas de los incautos espectadores…), pero no sé qué es eso tan memorable que han visto en esta cinta. Soy consciente de que la dirección de Wright mejora la trama, pero es que quitas ese elemento y pones un reparto de segunda, y te queda un thriller anodino de las tardes de Antena 3. Lo sé, quizás sea exagerado hacer tal afirmación, pero analizad la película y pensadlo, porque el envoltorio es perfecto, pero lo que hay en el interior no tanto.

Quizás el elemento clave que ha convencido a un sector del público y la crítica, sea el claro mensaje feminista que se aborda (muy a la orden del día), que estoy seguro de que ofenderá a los mismos de siempre, pero que está ahí y no está de más mentarlo. Por mi parte, ningún reproche a lo que se nos presenta, más allá de que el resto de elementos pequen de simplistas y rudimentarios. Una oportunidad perdida de ofrecer una crítica social tan necesaria en estos momentos, pero aquí pierde fuerza porque el resto de factores no están al mismo nivel. Algo me dice que por eso ha convencido tanto esta producción que intenta a la desesperada combinar thriller, terror y crítica social, con resultados dispares.

Thomasin McKenzie ofrece una interpretación fascinante y entregada como gran protagonista (y lejos del traspiés de Tiempo, de Shyamalan…), haciendo suyo el papel desde el minuto uno, navegando entre la ternura de los primeros compases, y la intensidad del segundo acto, en una evolución del personaje que tiene más mérito por su fabulosa interpretación que no por el personaje que le han escrito. Creo que estamos de acuerdo en que una buena actriz puede mejorar un papel, de la misma forma que una mala te lo puede estropear.

Afortunadamente, estamos ante el primer caso, y lo mismo se puede decir de la siempre impecable Anya Taylor-Joy, una de las actrices del momento, y que aquí vuelve a ofrecernos un registro espectacular como secundaria de lujo. Ambas son el alma de la cinta, y sin su gran labor, estaríamos hablando de un film mucho menos interesante. Respecto al resto del reparto, todos dan lo mejor de sí mismos, como unos enigmáticos Terence Stamp, Matt Smith o la recientemente fallecida Diana Rigg (‘Juego de Tronos‘), a la cual se le dedica la película. Todos forman un elenco que proporciona más estilo y clase al conjunto. Como he indicado en otras ocasiones, la importancia de un buen reparto.

En conclusión, estamos ante un thriller en el que destacan la inspirada dirección (lo esperado en Wright) y el maravilloso reparto, pero cuya historia es más corriente de lo que se pretende y se nos quiere vender. Un film más, que dudo que acabe siendo el título de culto que muchos están reclamando. Quizás si se hubiese estrenado hace tres o cuatro décadas lo podría haber sido, pero hoy en día está (casi) todo visto, y ‘Última noche en el Soho’ no ofrece nada que la haga merecedora de tal título. No es una mala película, pero sí una de las mayores decepciones del año. Y van…

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Javi McClane
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