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Venganza sangrienta

Western La historia trata de un muchacho de apenas 14 años, cuyos padres son asesinados por un grupo de bandoleros mexicanos, dirigidos por McClain (Lee Van Cleef). La inesperada ayuda de un buscador de oro, víctima también de los bandoleros, hace que el chico no caiga en la venganza ciega y ataque sin pensar. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
3 de noviembre de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tom Thurston (Garret) es un niño pacífico al que le gusta acompañar a su padre de cacería y que, cuando abate de un flechazo un conejo, se pregunta si "¿Cazar es lo mismo que matar?" Otro animalista.
Se empieza a aclarar las cosas cuando contempla, ¿impotente?, la violación de su madre, el asesinato de su padre y el rapto de su hermana. Todo por una banda de mexicanos desarrapados que capitanea McClain (Cleef).
Otra de venganzas, en la que también interviene un minero negro y tres idiotas que andan por allí.
Pésimo guion, increíble en general, y pésima realización carente de ritmo y de tensión. Personajes memos sin el menor interés.
Con todo, lo peor es la caracterización que hacen del pobre Cleef, calvo, melenas y barbas largas, pendiente en la oreja y una cintita, ¿para sujetarse el pelo? Tal como si se hubiera escapado de una comuna de hippies.
Mala. Huir sin contemplaciones.
Lafuente Estefanía
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27 de enero de 2024
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Hace poco ví en YouTube un vídeo que repasaba los peores "westerns" de la década de los 70, y precisamente en esa penosa lista estaba esta obra, una de las últimas películas del Oeste protagonizadas por uno de los mayores iconos del género, Lee Van Cleef. En realidad, el verdadero protagonista de este film es Leif Garrett, y tanto Van Cleef como Jim Brown, que volvían a coincidir por tercera vez en la gran pantalla después de "El Cóndor" (El Condor, 1970), de John Guillermin y "Por la senda más dura" (Take a Hard Ride/La parola di un fuorilegge...è legge!, 1975), de Antonio Margheriti, ofrecen papeles subordinados al de Garrett, pero opuestos entre sí (Van Cleef es el villano y Brown es el bueno).

El asunto de la venganza estaba muy trillado a esas alturas, y tal vez por eso el guión lo lleva por unos derroteros que se ponen de moda en los 70, los del subgénero "rape and revenge" (violación y venganza), de modo que Garrett se empieza a convertir en un vengador desde el momento en el que ve cómo Van Cleef viola a su madre (Dalia Penn), escena tratada con delicadeza porque la vemos desde lejos, como el propio Garrett. Destaca la transformación psicológica del chico encarnado por Garrett: si al principio es tan pacífico que le traumatiza un poco matar a un conejo para comérselo, a raíz de la brutal muerte de sus padres se convierte en un implacable vengador que no duda en matar, uno por uno, y aprovechando todos los medios a su alcance, a los miembros de la banda de forajidos que han asaltado a su familia.

Para mí, no es una película tan mala como se suele decir: es una historia de supervivencia y venganza que entretiene, y los movimientos de la cámara son curiosos. Eso sí, la banda sonora es bastante cutre.
Pedro Triguero_Lizana
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