La noche brava

Lo mejor que tiene esta película de Mauro Bolognini son sus intérpretes. El guion de Pier Paolo Pasolini es interesante. Incluye una exposición del enfrentamiento entre clases sociales representadas por Tomas Milian y sus amigos por un lado y por otro el resto de los personajes principales.
Lástima que la realización de Bolognini sea un poco plana y no consiga transmitir demasiada emoción al relato.
De todas formas creo que es interesante su visionado.

Terminando de ver “La Notte Brava” (1959) de Mauro Bolognini con Rosanna Schiaffino, Elsa Martinelli, Laurent Terzieff, Jean-Claude Brialy, Anna-Maria Ferrero, Franco Interlenghi, Tomas Milian, entre otros. Drama italiano sobre un trio de jóvenes de bajos fondos, un trío de prostitutas y un trío de jóvenes “bien”; y una noche donde los 3 tríos se mezclarán para exponer el enfrentamiento entre clases sociales; y al amanecer, todos se han separado con nada más que sentimientos de soledad y disgusto por sus problemas personales, sentimentales, sexuales y financieros; donde los temas a tratar en el desarrollo serán: El robo, la estafa, la prostitución, el proxenetismo, el mercado negro, la homosexualidad, la pedofilia, la decadencia burguesa, en una mirada directa a los vagabundos por naturaleza que no tienen planes de vida o metas, o que no les importa; pues viven en la miseria donde el aburrimiento diario es el enemigo de los adolescentes; y muy en fondo trata sobre la rebelión pre-política italiana, esa separación partidista que plagó al país de la posguerra; por lo que la narración se pone al mismo nivel que sus personajes, haciéndolos cercanos y provocando en el espectador la sensación de empatía con múltiples reflexiones sobre una clase “underground” que sobrevive a la corrupción provocada por la industrialización y la modernidad, en una especie de cápsula del tiempo humana, en que ellos son los únicos que son verdaderamente “libres”; y es casi imposible creer que esto fue producido y estrenado en 1959, pues la trama es tremendamente moderna, el diálogo es bastante mordaz, alienado, pero siempre seductor, y en última instancia, hasta romántico, con una atmósfera y situaciones que ocurren justo durante una noche, cuando la juventud se enfrenta al auge económico; siempre intrigantes, siguen sin aliento y sin rumbo pero con gran impulso. La película, atrevida para su época, es una obra temprana y desconocida del director, que contó con la colaboración del gran Pier Paolo Pasolini en el guión, y que también había comenzado su carrera; aquí adaptando libremente su novela “Ragazzi di Vita (1955), su primera novela publicada, pues antes solo había publicado artículos y poesía; donde aquí se nota su construcción de una especial poética, recorriendo ambientes de marginación y adolescencia escondida; y por ello, tanto su novela como la película fue criticada y fuertemente censurada, pues el gobierno dirigido por La Democracia Cristiana la condenó por “obscenidad”; mientras los comunistas no la aprobaron, y la acusaron de “artificial, de ausencia de héroes positivos, y especialmente falta de perspectiva”; y cuando el filme se estrenó por primera vez en Italia en 1959, El Comité para La Revisión Teatral del Ministerio Italiano de Patrimonio Cultural y Actividades, lo calificó como “VM16: no apto para niños menores de 16 años”; además, el comité impuso la eliminación de varias escenas: Cuando Anna, al lado de Scintillone, se muestra tendida en el suelo con las piernas abiertas e indecorosamente separadas; cuando Ruggeretto descubre a Laura acostada en la cama, con la espalda desnuda hasta casi los glúteos, cubiertos solo por bragas ligeras; cuando ambos abrazados ruedan por el suelo; y cuando ambos bailan, se abrazan con fuerza, y se dedican a un largo e infinito beso. La restricción de edad se emitió debido a “la naturaleza vergonzosa de la narración”, y debido a la presencia de varias escenas que se consideran inapropiadas para la sensibilidad de un menor. Curiosamente no se dijo nada de los temas mencionados anteriormente, en especial la prostitución y la homosexualidad, que de haberlo hecho, ni siquiera se hubiera estrenado. Del reparto, el filme fue un impresionante escaparate para jóvenes y bellísimos talentos en cines italianos y franceses; donde se destaca el debut de Tomas Milian en la industria cinematográfica italiana, como Achille, que parece revelar una cierta ambigüedad sexual, solamente insinuada en caricias y miradas, pero que el espectador las toma como explícitas, así como el carisma del primer trío de vagos: Laurent Terzieff, Jean-Claude Brialy y Franco Interlenghi, donde el primero parece ser el protagonista; las 3 bellezas de la vida fácil: Rosanna Schiaffino, Elsa Martinelli y Anna Maria Ferrero; sin olvidarme de Antonella Lualdi y Mylène Demongeot en su poco metraje como Laura; todas impresionantes y talentosas, muy al estilo de la “femme fatale” de Hollywood; y el último trío, en el que está incluido Milian, junto a Maurizio Conti y Franco Balducci, que lamentablemente no se les dio más profundidad, pues parece que estos 3 eran homosexuales millonarios, que al menos tuvieron sexo con los personajes de Jean-Claude Brialy y Franco Interlenghi; pero todo con una sutileza increíble. Como dato, Franco Interlenghi y Antonella Lualdi eran esposos desde años antes de la filmación. A la película se le puede achacar que no profundiza en los tríos, más allá de exponerlos en un ambiente y en la relación entre ellos para mostrar la vida romana; al tiempo que hay escenas extrañas, pues con todo el dinero robado, nadie iría al monte a tener sexo, si se puede pagar una cabina, al menos que se trate de menores de edad, o jóvenes sin documentos, pero nada de eso se explica. Lo que queda es un final triste, desolador y circular, que trastoca perfectamente con el inicio del film; donde quiero remarcar con alta recomendación, la banda sonora jazzística a cargo de Piero Piccioni, que es ESPECTACULAR. En última instancia, el gran Pasolini más tarde “corregiría” esta superficie glamorosa de la trama en sus propias películas, pobladas por personas de las calles de Roma y otras ciudades, con los rostros habituales de su cine; y para ser más explícito, tratando los temas que se tocan en esta sutil producción de manera directa y frontal: “La bancarrota moral de la juventud desesperada”
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
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La verdad no sé ni cómo me animé a verla después de conocer que el guión provenía del sobrevaloradísimo creación de truños por excelencia, Pasolini. Quizás por mi curiosidad cinematográfica que me suscitó el cierto culto que tiene este film, en fin la cuestión es que no le puse muchas expectativas a la película y resultó ser lo que me esperaba, un coñazo más de los que directores italianos de la década hicieron como churros. Para que luego critiquen guiones de Dario Argento, Lucio Fulci, Mario Bava o incluso Umberto Lenzi, tachándolos de mediocres, planos y carentes de interés creativo. Incluso los peores guiones paridos por estos geniales realizadores italianos, las peores mierdas engendradas por ellos (que también las tienen) son obras maestras comparadas con el guión de este infame truño y bueno en general con toda la obra tanto escrita y audiovisual de Pasolini. Este film cumple las características que predominan en su cine, ausencia de ritmo, personajes idiotas, planos y nada interesantes y aburrimiento extremo. Es de esas películas que la mayoría de personas no acaba de ver porque no le interesa un bledo como finalice. Dura una hora y media y te da la sensación de haber estado cuatro horas sentado ante la pantalla tras bostezo y bostezo. Para mí, es una MIERDA, otra de tantas que plagan el cine italiano de la década, muy bien valorado para los más cultos (o mejor dicho, por los que quieren ir de cultos) pero seguramente repudiado por los que buscamos una historia con interés y algo de emoción...