Mátalo y abandona esta ciudad
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Animación. Terror. Drama
Para su primer cortometraje animado, Mariusz Wilczyński centra su atención en su propia biografía sin dejar nada en el tintero. Navegando sin miedo a través de su memoria colectiva, puebla las calles, los tranvías y las tiendas de la ciudad industrial de Lodz con personajes, trozos de memorias y melodías pegadizas que nos transportan a su infancia: el mundo tal y como era para él en la década de los años 60 y 70. Personajes literarios, ... [+]
8 de agosto de 2021
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Luego de tres cortometrajes y tras 14 años realizándolo, el artista y animador autodidacta polaco Mariusz Wilczynski presenta su primer largometraje, con trazos toscos y hasta grotescos, el autor construye una obra cerebral alejada de cualquier convencionalismo narrativo, con un corte muy personal que se enfoca en el dolor, la pérdida, el anhelo y el recuerdo.
Una sombra onírica recorre todo el largometraje, donde varios personajes interactúan, estos deambulan por la mente del director -que bien se puede considerar como protagonista- como recuerdos de un pasado del cual busca aferrarse y no dejar escapar, esto es más que evidente en los últimos y más emotivos momentos del filme.
La película se aleja no solo de cualquier convencionalismo narrativo, sino su propia producción y realización dista de cualquier norma común, Wilczynski primero trabajó completamente solo, luego grabó algunas de las voces principales, luego se unió al proyecto un editor y un director de sonido, para posteriormente seguir con la animación y la grabación de más voces.
De hecho, en cuanto a las primeras grabaciones, estas resultan vitales para la conformación que la obra fue adquiriendo, ofreciendo un carácter imprescindible a cada personaje, y que para el pueblo polaco resulta un legado de algunas de las figuras de su cine que ya han fallecido, por ejemplo, el director Andrzej Wajda, la actriz Irena Kwiatkowska o el actor Gustaw Holoubek.
Una obra atípica y estimulante.
Más cine en:
http://www.krinegrafo.com/
https://www.facebook.com/1024CdC/
Una sombra onírica recorre todo el largometraje, donde varios personajes interactúan, estos deambulan por la mente del director -que bien se puede considerar como protagonista- como recuerdos de un pasado del cual busca aferrarse y no dejar escapar, esto es más que evidente en los últimos y más emotivos momentos del filme.
La película se aleja no solo de cualquier convencionalismo narrativo, sino su propia producción y realización dista de cualquier norma común, Wilczynski primero trabajó completamente solo, luego grabó algunas de las voces principales, luego se unió al proyecto un editor y un director de sonido, para posteriormente seguir con la animación y la grabación de más voces.
De hecho, en cuanto a las primeras grabaciones, estas resultan vitales para la conformación que la obra fue adquiriendo, ofreciendo un carácter imprescindible a cada personaje, y que para el pueblo polaco resulta un legado de algunas de las figuras de su cine que ya han fallecido, por ejemplo, el director Andrzej Wajda, la actriz Irena Kwiatkowska o el actor Gustaw Holoubek.
Una obra atípica y estimulante.
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