La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos

Cuando uno se encuentra con una propuesta como "La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos", consciente de lo que tiene ante sus narices y de que jamás será recordada como un film ejecutado con grandes dotes, lo mínimo que puede hacer es sentarse y disfrutar.

Y vaya si se disfruta. Por lo menos durante su tramo incial, donde los personajes son presentados mostrando estructuras simples, pero con eficacia y rapidez, para no aburrir al personal.
También destacan algunos de los diálogos más freaks y descacharrantes haciendo alusión a anuncios o todo tipo de guiños cafres referentes a las distintas amputaciones que se van ofreciendo a lo largo de la cinta.

Puede que tras un primer tramo de lo más animado decaiga un poco en ciertos aspectos, pero lo cierto es que en ningún momento se pierde el interés suscitado y quizá falla ese intento de remate final más típico de Hollywood que de otra cosa. Eso sí, enderezado con una conclusión más cafre todavía que el resultado global de la cinta.
A resumidas cuentas, interpretaciones cutres y socarronas, sangre del todo a 100 y un guión simple pero efectivo para otorgarnos una propuesta a disfrute de unos cuantos. Mala, evidentemente, pero perfectamente entretenida.
No apta para paladares demasiado finos.

Antes de comenzar la película aparece un rótulo del que voy a extraer sólo unas líneas:

"Esta película está integramente basada en hechos reales ocurridos en la provincia de Ourense.
Los autores hemos decidido cambiar los nombres de los protagonistas por respeto a los parientes y allegados aún vivos."

Imagino, sin estar seguro, que estos hechos jamás ocurrieron. Primero porque el suceso que aquí se narra no me suena de nada, siendo extraño que noticia de tal calibre pase desapercibida. Segundo porque aunque he defendido en otras críticas (como en la correspondiente a "Camino") la libertad de un director para apoyarse en un hecho real con la intención de recrear una historia ficticia, en este caso lo vería obsceno.
Aquí dicen "integramente basada" y no " inspirada en". Luego añaden "por respeto a los parientes". Y teniendo en cuenta todo esto, más tarde te encuentras escenas cómo cuando suenan pajaritos revoloteando cual capítulo de los Looney Tunees, tras recibir algún muchacho un contundente martillazo en la cabeza.
No es que quiera venir aquí ahora de defensor de la dignidad, pero lo encontré sorprendente, nada más.


La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos tiene una atmósfera de auténtico canguelo. El hecho de que esté grabada con una calidad visual pésima contribuye a que todo sea más macabro aún si cabe.
Si la pretensión es crear puro gore hay que felicitarlos. Yo que soy de estómago fuerte fruncí el ceño y solté algún "dios!!!" en varios momentos de la cinta. No pasa desapercibida; implica.
Mi sensación al acabarla fue la de sentirme cómplice, sucio y mala persona sólo por estar ahí mirando. Extraño...
Justo me la tragué en madrugada antes de ir a dormir, y esta película, es de las que te llevas contigo a la cama aunque desees olvidarla. Y ojo, no es agradable hacerlo.

Muy recomendable para quien quiera disfrutar del gore, pero no para quien quiera reírse de él.

Por la calidad de la película, se llevaría un 2 ó un 3, dependiendo de cómo te parezca que ha estado Manquiña.

Pero para ver en el estado de ánimo y ganas, que hay que tener para verla, esta película se hace interesante. Todos sabemos simplemente por el título lo que nos vamos a encontrar. Y la película cumple.

Es mala, mala: los heavys "del pueblo", que son de lo más pijo que hay, la familia basura, la sangre a litros, las vísceras de todo a 100... pero te puede entrar la risa floja hasta decir basta.

PD: A un título de crítica... sería A matanza das Rías Baixas, Rias Baixes dirán en Pravia o Cudillero (ni eso).

Una interesntísima obra cumbre del suspense gore y el terror psicotrópico español. La propuesta va mucho más allá de lo que puede sugerir su planteamiento - en una primera instancia paradigmático del género - pero que sin embargo se desdobla en sí mismo para sugerir una profunda crítica socio-cultural. El gran acierto de la obra en cuestión es el haber introducido a la perfeción los códigos del susodicho género para adaptarlo a una ambientación nunca antes tratada en el cine español: más bien centrada en la Galicia rural, que no es más que una genial metáfora de una época (o un país) cuyas nuevas generaciones le dan la espalda tratándolo con desdén. El choque cultural y generacional entre las dos generaciones - una rural y retrógrada; y otra urbanita y libertina - se encuentran en esta incrucijada en la que los rencores propios de la generación "olvidada" se materializan de la peor manera contra una nuva generación carente de valores, una generación joven que ha despreciado y enterrado todo un legado cultural de una vieja generación en aras del divertimento barato y frívolo. En resumen, una interesantísima obra que refleja este choque cultural entre dos generaciones destinadas a alejarse definitivamente la una de la otra.

por mi parte, decir que es un cutrez absoluta que merece la pena ver porque te partes el ojete en muchas escenas: sagre, gore, violencia, sexo, más gore, ambientación gallega rural, y todo esto barnizado con un amateurismo técnico que le da un cierto tipo de encanto mágico... mentira, pero te partes de risa , eso sí.

Especie de parodia de La Matanza de Texas, homenaje a las películas de la Troma, y en general simpático desfase situado en la Galicia rural, con una familia de colgados que se dedican a fabricar embutidos (como los de "Casa Tarradellas" pero sin pasar controles de calidad). Y es que, como dicen ellos mismos: "en el mundo sobran personas... y falta comida". La película contiene unos cuantos guiños a la cinta de Tobe Hooper, desde la motosierra, a la chica corriendo por el bosque, o la secuencia de la cena, pero con el añadido de una abundante dosis de pitorreo y sadismo de estar por casa.

La familia está capitaneada por Martín Machado (Manuel Manquiña) que es el que lleva la voz cantante y acapara la mayoría de los planos. Su hermano Rufo Machado (Juanillo Esteban) un freak con la ropa llena de mierda (atentos a la camiseta de Naranjito) y que se hace acompañar de un fiambre disecado al que llama Roco. Los desenterradores de cadáveres Pedro Machado (Julián Hernández) y Pablo Machado (César Strawberry) y la hermana ninfomana Virtudes Machado (Belén Negreira). Entre los cuatro jóvenes desgraciados que van a parar a la casa de locos tenemos el propio Antonio Blanco, guionista y codirector. Lamentablemente no pudo rodar la anunciada segunda parte.

Antes de visionar éste disparate hay que tener claro que es una película sin pretensiones, realizada por cuatro amigos con ganas de pasárselo bien. Cualquier otro propósito que tengas que no sea el de pasar un rato de risas, será perder el tiempo. Y no hay que ser un lince para ver que el objetivo de sus autores no es otro que el puro cachondeo.

- Por qué seguir matando?
- Joder, porque nos gusta la gente!