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Camino de Santa Fe

Western. Acción. Bélico Dos tenientes recién graduados son enviados a un regimiento de Caballería de Kansas. En los años previos a la Guerra de Secesión (1861-1865), los esfuerzos del abolicionista John Brown (1800-1859) para acabar con la esclavitud incrementaron las tensiones entre el Norte y el Sur, teniendo que llegar a intervenir el ejército para frenar sus acciones. (FILMAFFINITY)
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
1 de mayo de 2006
45 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de las películas más soprendentes de la historia del cine por su alegato al racismo que yo he visto en mi vida. Y no es una película bajo el ministerio de Goebbels en Alemania, no, y ni siquiera cabe la excusa de tratarse de los inicios del cine, como se le permite a D.W. Griffith, tampoco, estamos ya en 1940. Es decir, comenzada la Segunda Guerra Mundial, donde las "democracias" luchan contra los fascismos. Aquellos que critican a John Ford o John Wayne por su forma de pensar y actuar en sus películas les invito a conocer esta, después es posible que piensen que ámbos eran marxistas-leninistas por la comparación con Flynn-Curtiz.
El productor Hal B. Wallis (el mismo de "Casablanca") deja manos libres al guionista Robert Buckner para que escriba lo que le venga en gana siempre y cuando las estrellas Flynn-Havilland destaquen en sobremanera. El resultado es un guión donde aparecen esclavos negros que dicen frases como:"Yo no quiero la libertad". Y la manipulación histórica llega a paroxismos difíciles de igualar.
En cuanto a los actores, Olivia de Havilland sale muy guapa en la primera parte de la película aunque se nota claramente que la historia de amor está un tanto metida a calzador y resulta un personaje un tanto intrascendente en el film.
Ronald Reagan, antes de dejar el cine y meterse a dirigir el sindicato de actores y ayudar al senador McCarthy en la célebre caza de brujas, interpreta al general Custer en esta película ultraderechista que le viene al pelo.
Una película que parece mentira que se ruede en plena segunda guerra mundial; uno no sabe en que lado del oceáno se encuentran los nazis. Pero evidentemente si hay alguién que es la estrella ese es Errol Flynn, un nazi hasta la médula (entregó el dinero recaudado para la República española a Martin Boorman y Rudolf Hess en Berlín como consta en los archivos del F.B.I.) hace una actuación colorista y resultona donde mezcla la imagen de cara dura con la de cumplidor de la "justicia".
Una excelente fotografía de Sol Polito, habitual de Curtiz en muchos éxitos que algunos se empeñaron en colorear a príncipios d elos noventa.
Michael Curtiz fue un director de familia rica que demostró que se amoldaba a lo que los estudios le pedían (llegó a dirigir en Moscú en 1943 una película de encargo) aunque tiene varias obras maestras también es cierto que no le importaba hacer películas para el lucimiento de las estrellas y rodar guiones sin discutir sobre el contenido. Curtiz era un director de encargo, de calidad y pericia, pero sin mucha personalidad.
Michael Curtiz hizo durante años aquello que hacen algunos inmigrantes en Estados Unidos: Ser más papista que el Papa, un tipo como ahora hace Roland Emmerich, entendiendo que Curtiz es infinitamente mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vircenguetorix
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17 de febrero de 2007
26 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que quería ver “Camino de Santa Fe” de la que ya había oído algo y leído algunas críticas críticas. Pero después de verla, me he quedado anonadado. Se trata de una película realmente sorprendente y chocante. Parece increíble que en 1940 se rodara una película tan atípica y políticamente incorrecta como ésta, ya que su guión es claramente anti-abolicionista y, por tanto, racista. No se corta ni un pelo en tergiversar la Historia, mostrando a los abolicionistas como un grupo de asesinos y a su líder, John Brown, como un loco fanático. Pero, como bien se dice en otra crítica, el punto álgido es cuando un ex esclavo llega a decir que en esas condiciones no quiere la libertad. En fin, lo dicho, increíble.

Dicho esto, que no es poco, la película es una más de las rodadas por Michael Curtiz con la pareja protagonista formada por Errol Flynn y Olivia de Havilland sin ser, ni mucho menos, de las mejores. Tiene una buena fotografía, correctas actuaciones y, obviando su carga ideológica, es entretenida sin más.
Vime
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25 de agosto de 2009
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Penúltima de las películas coprotagonizadas por E. Flynn y O. de Havilland, dirigida por Michael Curtiz, como las antecesoras y la que aún habría de seguir ("Murieron con las botas puestas"). Quien haya visto al menos una de estas películas ("Las aventuras de Robin Hood" o "La Carga de la Brigada Ligera", por citar algunas) no hallará muchos matices diferenciales en ésta, donde de nuevo se mezclan historia (deformada), romanticismo (edulcorado), algunas pinceladas humorísticas y acción de cabalgatas y tiros, quintaesencia de historias que dieron renombre mundial a este equipo.

El argumento, como en otras películas, tiene un trasfondo real: la historia del visionario y fanático abolicionista John Brown (sublime R. Massey), partidario de la lucha violenta contra la esclavitud, y factor añadido para el estallido de la Guerra Civil americana. Frente a él y sus torvas intenciones se alinea el tándem formado por Errol Flynn y un apuesto Ronald Reagan, quienes encarnan a dos oficiales de caballería recién graduados en West Point (James 'Jeb' Stuart y George A. Custer, respectivamente, quienes luego se harían célebres en la contienda civil que les enfrentaría). A la vez, los hermanos de armas se disputan el amor de Kit C. Holliday (O. de Havilland), con exquisita caballerosidad no exenta de picardía.

La desenfadada historia amorosa, así como algunas situaciones hilarantes debidas a dos secundarios de lujo como Alan Hale (ya visto en "Las Aventuras de Robin Hood" encarnando a Little John) y William Lundigan, contribuyen a relajar al espectador, y suponen un respiro entre balazos. El romanticismo de época, como siempre, deja un regusto muy almibarado, más aceptable en la década de los 40 que hoy.

Esta cinta es digna antecesora de "Murieron con las botas puestas" en algunos aspectos (la aparición de Flynn y de Havilland como pareja romántica al uso, o el personaje de Custer interpretado aquí por Reagan), sino por la instrucción militar en West Point y las rivalidades que allí se gestan y que tendrán consecuencias importantes. Esta vez, el rival de West Point es Carl Rader (Van Heflin), mientras que un año después este rol sería brillantemente encarnado por Arthur Kennedy. También es sucesora de "La Carga de la Brigada Ligera" no sólo por las secuencias de acción, sino por la disputa por los favores de la deslumbrante Olivia quien, no obstante las limitaciones impuestas por el guión y por la época se impone con claridad a sus 'partenaires' masculinos.

En resumen: ingredientes básicos de las películas en las que Curtiz dirigió a Flynn y de Havilland; ella mejor que él, a pesar del guión; elementos ya vistos en otras películas y por ver en la que aún habría de venir; entretenimiento garantizado; puntos de vista políticos e históricos ciertamente discutibles. Y eso es todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spock
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11 de enero de 2014
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy difícil apartar a un lado todo el poso rancio y derechista que transmite "Camino de Santa Fe", pero si se consigue el resultado es totalmente beneficioso para el espectador. Aunque a priori a mí me parecía imposible, he conseguido abstraerme de la pésima sustancia racista que pesa tanto, y es que duelen los ojos cuando uno ve a esos negros en el granero afirmando que prefieren ser esclavos que hombres libres. Y por supuesto tenemos a la figura de John Brown, cuya personalidad real es recordada tan acertadamente por los usuarios que mayores conocimientos de historia tienen: sencillamente no era la persona que se nos muestra en esta película. Hay más motivos para rajar de esta película, ahí está el nefasto Ronald Reagan y su constante cara de estúpido y lo peor, imposible negarlo categóricamente, el lamentable humor de la pareja de borrachines que acompaña a los héroes de la trama.

Dicho todo ello no quedaría otro remedio que suspender "Camino de Santa Fe" y colocarle una única estrella... Pues bien, no lo haré, de hecho considero que es una película aceptable sobre todo si se prescinde en la valoración del tufillo reaccionario que desprende. Como espectador átono y sencillo me ha parecido una película de aventuras que cumple su objetivo, que no es otro que el de entretener, con muchas idas y venidas y sobre todo, una película cuyos muchos tiros y galopes me han acabado de convencer. No esconde su ideología y para mí no hay otro culpable de ello que Curtiz, que es el que accede a firmar la película. Puede que en otro momento, dependiendo del día, "Camino de Santa Fe" me habría parecido un insulto pero la verdad, yo la he visto preparado para ser ofendido y sin embargo aquí me encuentro defendiéndola. Lo he pasado bien, y eso es lo que cuenta.
Luisito
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6 de enero de 2008
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Camino de Santa Fe es una correcta película del excelente director Michael Curtiz. Y es que su presencia tras la cámara da empaque y solidez a una historia que, como en muchos otros casos, resulta manipuladora y tendenciosa.
En la época previa a la guerra de secesión dos soldados del sur se ven las caras con el abolicionista John Brown, todo ello con historia de amor incluida. Si contado así no parece gran cosa, en pantalla la historia resulta disparatada desde el momento que se hace un retrato totalmente caricaturesco de la figura de John Brown frente a la honesta figura de los soldados sureños, que más tarde se convertirían en los famosos oficiales Custer y Stuart. La credibilidad de la historia se echa por tierra con semejante presentación de los hechos.
Afortunadamente siempre queda la excelente labor del director que rueda con un estilo clásico dando a las imágenes de Camino de Santa Fe un aroma a cine del bueno. Además cuenta con la luminosa presencia de Errol Flynn y Olivia de Havilland en la plenitud de su juventud, y la notable presencia del actor Raymond Massey dando vida al siniestro retrato que se hace de John Brown.
ernesto
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