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La gran ciudad

Drama En Calcuta, Subrata Majumdar se esfuerza por mantener a su familia (esposa, hijo, hermana menor y padres) con el modesto e insuficiente sueldo que percibe como empleado de banca. Dadas las circunstancias, su esposa Arati plantea la posibilidad de ponerse a trabajar, pero Subrata lo descarta como algo contrario a la tradición familiar india. Sin embargo, al final, no tendrá más remedio que aceptar la necesidad de que Arati trabaje. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
4 de octubre de 2008
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película de bellas imáges, sobre tradición y modernidad, sobre integridad y claudicación. Una película de trascendencia universal y actualidad perenne. Los personajes se debaten entre los sueños y las ambiciones de ayer y de hoy. Personajes bien logrados, coherentes. Son esos pequeños gigantes de la gran ciudad. Arati es conmovedora.

Situaciones creíbles y ordinarias. Un ejemplo de cómo hacer arte visual de lo ordinario. De cómo contar una historia aparentemente baladí: una familia de clase media baja tratando de sobrevivir en la Calcuta poscolonial.

Un placer, como la mayoría de los filmes de Ray que he visto. Placer de principio a fin.

Aunque el propio Ray declaró que no entendía el final del filme, pero le parecía el final correcto. El apropiado.
CineFilio
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6 de abril de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral drama urbano sobre la incursión de la mujer en el mercado laboral de la India con los conflictos sociales que provocó y ha provocado en otras muchas culturas, desde la perspectiva de una familia de clase media. El conflicto entre modernidad y tradición vuelve a convertirse en uno de los epicentros de la historia como en otros tantos trabajos del director, representados por la esposa y el padre respectivamente, con la exquisita elegancia y perspicaz visión habitual del director. En particular resulta sobresaliente la sólida descripción que tanto el guión como el director hacen de los tres personajes centrales, el matrimonio, describiendo la progresiva tensión generada al invertir los roles sociales del hombre y la mujer, y por otro lado al padre, un hombre que ha sido maestro por años y ahora se ve incapaz de ayudar en su propia casa, culpándose de la mala situación económica de la familia. El guión se muestra esplendido en la construcción sutil, cercana y muy humana de estos. Y como en toda la obra de Ray, los personajes desprenden una sorprendente credibilidad que hacen universales sus historias, y Abhijaan es una maravillosa muestra del estilo del director indio. Las metáforas visuales, valiéndose de elementos tan cotidianos como un pintalabios o unas gafas, se vuelven esenciales en la narración, dotando al film de una notable riqueza de significados. Con la excusa del trabajo de la esposa, Ray nos ofrece uno de los retratos más sinceros y profundamente hermosos sobre el matrimonio, la vejez y la vida en una gran ciudad que recuerdo. La combinación que consigue Ray de realismo, poesía y apasionante examen del ser humano vuelve a ser sublime, y logra con Abhijaan una de sus grandes obras. A no perderse.
cineoptero
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13 de agosto de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mahanagar invita a observar la fuga de la cárcel del hogar de Arati y comprobar los obstáculos socioculturales a los que debe enfrentarse para ser socialmente aceptada en su entorno más cercano, el familiar. Además de ser diariamente enfermera, cocinera, encargada de la limpieza, cuidadora, educadora y faro familiar, a causa de aprietos económicos debe encontrar trabajo para evitar la miseria doméstica. Se lleva silencios de desaprobación y reproches de sus consanguíneos por su decisión, pero ante el permiso de su marido, sigue adelante.

La película contiene rechazos por forma de ser, estereotipos ante el color de piel, estigmas según lo que tengas en la entrepierna o aprensión dependiendo el idioma que hables. Prejuicios que impiden cambios y prolongan lo ya existente por preferencia a la comodidad. Si hubiese un cambio en la comprensión de las cosas y el mundo introdujera las mujeres en puestos de comando, todo se vería desde una perspectiva más global ya que los puestos altos podrían pertenecer a cualquier persona equitativamente y la ansiada búsqueda de la verdad sobre la humanidad sería más palpable y/o comprensible.

Las amas de casa se encuentran esclavizadas al no poder realizar más tareas más allá del hogar, sin entretenimiento ni ocio alguno, y deben apañárselas para equilibrar y dar apoyo emocional a la familia -ignorando su propio estado anímico- sin permitirse el lujo de tener amigos/as. Una vez sale del cascarón, un mundo nuevo se abre. Más terreno, más curiosidad, más creatividad. Al principio con pánico a ser echada a los leones, y poco a poco cogiendo el tranquillo y adaptándose al nuevo mundo, acercándose a la realidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
edgar_33
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28 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una película de Satyajit Ray sea notable es lo más normal que uno puede encontrar en su filmografía, es uno de esos directores únicos de los que se dice que jamás realizó una obra menor. Cualquier cinéfilo que escudriñe al azar en el universo Ray dará cuenta de ello, y si por casualidad se topa con "Mahanagar" tendrá que saber que nos sirve en bandeja de plata uno de los personajes más memorables que haya creado nunca. Esa mujer india llamada Arati viene a demostrar que su papel en la sociedad no debería quedarse limitado a los trabajos domésticos puertas adentro.

Arati vale más que un ama de casa, Arati puede aportar muchísimo más a su familia y a la sociedad india, Arati es una mujer india pero podría ser cualquier mujer del mundo. Arati es el mensaje universal de Satyajit Ray.

La transformación que sufre la protagonista es bueno para todos menos para quienes viven anclados al pasado, esas viejas generaciones conservadoras y enquistadas en una filosofía equivocada. Evidentemente abrirle las puertas a Arati supone aumentar su autoestima y los ingresos familiares, pero ni siquiera su marido lo tiene claro. ¿Es acaso fácil asimilar que de repente use pintalabios o que esté todo el día fuera?; no debe ser fácil para él pero Ray no juzga a nadie, sólo expone una realidad y en concreto todo lo que tiene que ver con el cambio que sufre esa mujer india.

"Mahanagar" no es una obra maestra pero podría serlo; el mismo director concretó que el final no le convenció nunca, pero es que si es cierto que la vida ha de seguir sí o sí, también lo ha de ser para la familia de Arati. Ya nada será como antes, una vez ella pudo dar el paso (con el vergonzoso permiso de su marido) la familia va a ser otra. Y ese cambio sólo puede ser bueno.
Luisito
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