Un viaje desde el corazón

"This is my father" es una de esas tiernas historias de amor en otros tiempos, aquellos tiempos donde no todo resultaba tan placentero como actualmente, y las relaciones amorosas se veían supeditadas a los pensamientos de la población en una epoca muy distinta, a las trabas de los de negro (para variar) y a la condición o estatus social de la que pendían también los límites impuestos por la misma familia.
En ella, observamos un pequeño y sencillo relato donde Kieran O'Day (interpretado por Aidan Quinn) y Fiona van construyendo una relación que termina desembocando en una pasión amorosa complicada, entre otras cosas, por su diferencia de edad y todos los credos que en aquella epoca no permitían un vínculo de ese tipo. Todo ello narrado a modo de flashback e introducido en la historia de Kieran Johnson (James Caan) y su hijo, uno buscando sus raices, y el otro ofreciendo una insustancial historia que, visto lo visto, ni me viene ni me va.

Paul Quinn (todo queda en familia) contribuye ofreciendo a la historia un ritmo de lo más idoneo y dándole los tintes necesarios para que resulte tan cautivadora como embriagadora en ciertos momentos, y para que, una vez finalizada, uno pueda llegar a sentir algo de correspondencia con los personajes y no termine capturado por la desidia.
Me encantan, sobretodo, los pequeños papeles de Gleeson y Cusack, el primero porque siempre aporta gran presencia, y el segundo porque posee un rol imprescindible y que le da una magia casi de fábula a la historia, dejándonos completamente derrotados cuando parecía que nada podía ir a peor.

La cuestión, es que si uno busca un buen romance este es su film, un drama con poso y pasión, con una interpretación soberbia de Aidan Quinn, que da a su personaje la fuerza necesaria, así como unos tintes cómicos adecuados, y un elenco de secundarios a los que, con mencionar bastaría: Stephen Rea, James Caan y los ya mencionados más arriba, cada uno aportando su peculiar participación y dejando esta embelesadora historia en un bello testimonio de los Quinn, en especial del hermano de Aidan, que parece haberse atrevido con poco más.
Una de esas que te alegran el día.

El cine irlandés siempre ha tenido esa tendencia melancólica que debo reconocer que me simpatiza mucho, y esta película no es la excepción.
La historia es muy linda y el guión logra captar muy bien el mensaje y transmitirlo de forma hasta poética.
Aidan Quinn está muy bien siendo el que destaca de entre todo el reparto.
La fotografía y la música son un placer.

Lo mejor: es una película que alimenta casi todos tus sentidos.
Lo peor: la historia está un poco trillada, en definitiva sigue los tópicos "Romeo y Julieta" (los mismos que le funcionaron tan bien a Cameron en "Titanic")

Así es. Al amor le importa un pito si eres rico, si eres pobre, si estás o no disponible como los taxis . Acabo de ver esta hermosa película, protagonizada por un Aidan Quinn distinto que de un gatillazo tiene al protagonista, un profesor que busca sus orígenes.
Grabada a finales de los noventa la película es un ejemplo de una excelente dirección por parte de Paul Quinn. Engrosa el género dramático-romático muy dignamente y no aburre en ningún momento. La protagonista femenina es entre otras Moya Farrelly, y junto con una hermosa fotografía se va desgranando este precioso drama familiar que deja un sabor dulzón del que es difícil desprenderse del todo. Es bonita.

Dramón, con un final muy sensiblero más propio de películas norteamericanas, algo lento a veces.

En contrapartida se deja ver, tiene su punto de entretenimiento, sobresaliendo una vital Moya Farrelly.

Destaca una crítica a una Iglesia coartante y excesivamente controladora. Se hecha en falta un guión más redondo, más coherente en algunos puntos.

Chica que conoce a chico de distinta clase social. Se enamoran. Se apasionan.
Una película que enternece, ya que describe con grandes detalles el amor verdadero.
No deja indiferente ya que en cada secuencia, los actores te dejan sin aliento.