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Young Sánchez

Drama Perteneciente a una humilde familia obrera que vive en la zona barcelonesa de Hospitalet, el joven Paco Sánchez (Julián Mateos) trabaja como mecánico en una fábrica. En sus ratos libres, el veterano boxeador Paulino (Luis Romero) y su fracasado amigo Conca (Carlos Otero) lo entrenan como boxeador, pero su situación se complica cuando llega el momento de dar el salto de amateur a profesional. Fascinado por las ofertas del chanchullero ... [+]
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
21 de septiembre de 2013
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las primeras películas de Camus, y por ello también un buen ejemplo, tanto en el fondo como en la forma, de las características del Nuevo Cine Español; así, encontramos en ella una descripción realista de ambientes y personajes, sin que ello elimine por completo su carácter de ficción, toda vez que se trata de la adaptación de un relato de Ignacio Aldecoa, a la postre guionista del filme. Camus muestra ya su predilección por las obras literarias -tal vez sea el mejor adaptador de las mismas que ha dado el cine español-, circunstancia que será una constante en su filmografía, y que tampoco es extraña al NCE, pues así lo ponen de manifiesto títulos como "La Tía Tula" de Picazo o "La Busca" de Fons.

Como película de género boxístico, "Young Sánchez" no presenta sustanciales novedades argumentales frente a los títulos de referencia, forzosamente norteamericanos, en los que ya encontramos el tema central, que no es otro que la renuncia moral a la que se ve abocado un joven procedente de un entorno social pobre para prosperar en el mundo del boxeo. No obstante, dentro de la cinematografía española la película sí resultaba más novedosa, y además contaba con el valor de mostrar una toma de conciencia que, aunque inscrita en un ambiente concreto, podía extrapolarse al conjunto de la sociedad española, en la que efectivamente los humildes, aun sabiéndose explotados en beneficio ajeno, se veían obligados a "pasar por el aro", pues era su única posibilidad de prosperar, o más frecuentemente, de sobrevivir.

Los personajes principales son arquetipos bastante comunes en el género; así, en la película encontramos al joven obsesionado con triunfar en el boxeo para así salir de pobre él y los suyos, al viejo entrenador, de talante paternalista, que trata de guiar a su pupilo por el buen camino, apartándolo de las tentaciones que sabe inevitables, el ex-boxeador alcoholizado que aún sueña o evoca una grandeza pasada, y el promotor carente de escrúpulos, capaz de prostituir al deporte y a los deportistas si con ello obtiene beneficios. El filme narra el fatal periplo que realiza el protagonista hasta caer en manos de este último personaje, y como por el camino irán quedando su honestidad y sus amistades.

Realizada con sencillez, la película retrata con eficacia los barrios populares de Barcelona, al tiempo que el guión perfila adecuadamente a los protagonistas planteando unos diálogos bastante realistas, haciendo así creíbles las relaciones que se establecen entre ellos. La cámara huye del dramatismo, especialmente en las secuencias de combates, rodadas desde fuera del cuadrilátero -con cierto aire documental-, evitándose así primeros planos efectistas; además, la ausencia de música contribuye a la mencionada desdramatización, si bien el sonido, tanto durante los combates como en los entrenamientos, cobra bastante protagonismo. Los intérpretes son de lo mejor de la cinta, destacando Julián Mateos como el protagonista (ya había dado muestras de su talento en "Los atracadores", de Rovira Beleta), cuya expresión apesadumbrada se acentúa conforme avanza el metraje, y siendo muy convincentes los secundarios Luis Romero (como el protector y paternalista Paulino) y Sergio Romero (encarnando a Don Rafael, el promotor, que viene a ser el "reverso tenebroso" del anterior). Mención aparte para Carlos Otero y su excelente creación como "El Conca", paradigma del boxeador acabado que no tiene adónde ir y al que sólo le queda el recuerdo de una gloria que no sabemos si solo está perdida, o si, peor aún, es inventada.

En definitiva, a pesar de que la película no sea en exceso original para quien haya visto con anterioridad clásicos del género como el aludido en el título ("Body and Soul", Robert Rossen) o "The Set Up" ("Nadie puede vencerme") de Robert Wise, sin duda constituye un filme apreciable e interesante, bastante novedoso en nuestro cine, y que plasma con eficacia el drama de quien sabe que para progresar (para "comer de esto", como se dice en la película) no sólo debe vender su cuerpo, sino también su alma.
Quatermain80
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27 de noviembre de 2007
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aproximación del cine español de los sesenta al mundo pugilístico es además un retrato de un perdedor y una aproximación a cierta sociedad del momento ( lumpen ).
El film peca de una pequeña frialdad y está algo condicionado por el Neorrealismo Italiano.
Aun así nos encontramos con un honesto film sobre el mundo del boxeo, tema poco tratado hasta entonces en nuestra filmografía.
Como película funciona bien y merece la pena echarle un vistazo sobre todo para ver como era parte de la sociedad Española de entonces.
Mario Camus es un director más que correcto y sus películas suelen como poco cumplir pero algunas también se quedan algo frías y este film adolece de algo más de acercamiento al espectador.
Un saludo, Efelson.
efelson
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21 de mayo de 2013
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los años sesenta en Europa se identifican con un cambio generacional y formal del cine en casi todos los países. Revoluciones culturales como el “Free Cinema” o la “Nouvelle Vague” salpicaron de frescura el panorama cinematográfico del continente. Hasta España, sumergida en un régimen duro y censor tuvo una tímida renovación conocida como “El nuevo cine español”. Nuevos autores y productores intentaron hacer un cine moderno, realista y más centrado en los problemas sociales que en los típicos géneros arcaicos (folclore, historia, comedia...). Mario Camus fue uno de aquellos pioneros de la nueva ola, que por desgracia, se quedo en marejadilla a causa de una dura represión y un rechazo por parte del público, poco acostumbrado a estas novedades. “Young Sánchez” pertenece a este movimiento y es una de las primeras cintas de Camus.
El relato del boxeador que da título al filme (muy buen trabajo de Julián Mateos premiado en algún festival), que comienza su andadura como profesional, sirvió al director para adentrarse en el realismo. Con los ingredientes característicos del género pugilístico (los combates, el juego sucio, el aprendizaje, la lealtad entre alumno y maestro...) juega Mario Camus para presentar un buen ejercicio de estilo con secuencias muy bien rodadas, como las del footing o el duelo en la playa.
Sin embargo es un cine formalista que no termina de encontrar su sitio. El filme esta a caballo entre el naturalismo francés de Bresson (secuencias detallistas de la preparación del combate o los entrenamientos), el neorrealismo italiano (con escenas documentales del público que asiste al espectáculo y mira a la cámara sorprendido y actores que son púgiles de verdad) y el género negro estadounidense con la inclusión de mansiones y automóviles que parecen extraídos de un barrio lujoso de Los Ángeles.
Vista a día de hoy, se resiente de algunos fallos en las largas secuencias de los combates, pero es meritorio el intento del realizador por ayudar a cambiar el cine de la época. Con esa facilidad, Camus se hace con la historia (y el excelente guión) de Ignacio Aldecoa. El escritor incluye tres o cuatro personajes que giran alrededor del protagonista y que ayuda a configurar su personalidad. El entrenador y consejero, origen del conflicto interno de Young, su amigo, un boxeador en decadencia que se convierte en una referencia constante de lo que le puede deparar el futuro y, por tanto, rechazable, y un manager mafioso que pretende exprimirle al máximo.
Pero lo más destacable de todo el filme es su conclusión. Un final no esperado, apartado de la línea clásica, moralizante y previsible y que milagrosamente supera la censura para quedarse en la historia de nuestro cine como un loable ensayo de disidencia.
David Mudarra
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22 de noviembre de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
(texto en teclado ingles, sin nh ni acentos)
Como en "El graduado".

Camus empieza en este "Nuevo cine espanhol", homologo a las otras corrientes europeas de la epoca. El neorrealismo de Rosselini como faro siempre presente. Las barriadas, el boxeo, la gardunha, el anexo a una industria mecanica en Hospitalet, a las afueras de Barcelona.

Resulta curioso remarcar en este film, la labor casi documental de Camus en todos sus aspectos, enmarcados en un guion de personajes carismaticos y muy bien llevados, pero demasiado arquetipos, incluso cuando en este tipo de cine pugil, habia solo el cine de Wise y de Rossen, quizas "on the waterfront" como precursores.

El viaje del protagonista es interiorizado, abstracto, en una mirada brillante que otea en el vestuario antes de salir al ring. Un final de portazo, que funciona por la rabia de el joven que ve mas que su figura paterna. Abnegacion de una moral por mantener un suenho vivo, el juego capitalista, "pasar por el aro", negociacion de contrato laboral...Salta por los aires al final del film....

Y no es que Camus muestre una afinidad punteada de izquierdas, mas remarcada en mi opinion en "Los santos inocentes". El capitalismo se muestra despiadado, rastrero, mentiroso, pero aun asi como la unica manera posible de perseguir un suenho.

Y ese suenho es el que nos condena. La zanahoria delante del burro. Pues al final, todo va para el mejor...pero el mejor solo es uno. Por ello es un gran acierto, ese final del metraje, ahi. Antes de abrir la caja. No nos interesa si Young Sanchez, consigue la victoria o no llegara, no nos interesa si despues cae como un idolo de pies de barros. El problema es el sistema, las guias por donde se asienta el transito del protagonista, no el final del camino.

Mejor buscar un indice de Gini mas pequenho y buscar suenhos mas modestos. Aunque claro, cualquier joven veinteanheros podria decirme que ellos tambien tienen derecho a su momento...

Pues no es una lucha de clases, tampoco, en el fondo, generacional. Es una lucha de ilusiones.
Travisloock
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29 de octubre de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emotivo drama social sobre el oscuro mundo del boxeo y su descenso a los infiernos del mercadeo de seres humanos, de combates amañados por empresarios mafiosos que no dudan en comprar voluntades. El film se adscribe a un subgénero de amplio desarrollo en el cine americano de los años cuarenta y cincuenta, que encabeza una grandiosa obra de Robert Rossen, “Cuerpo y Alma”. En este caso se retoman las influencias dominantes del cine neorrealista en el cinturón de la Barcelona industrial que rodeaba la gran urbe y su realismo social y pesimista que emana de un relato corto de Ignacio Aldecoa “Neutral Corner”, en el que trabaja el cineasta Camus enriqueciendo el argumento y el desarrollo dramático para construir una obra bastante eficaz.

El film narra la degradación moral de un joven y prometedor boxeador amateur de familia humilde, Paco Sánchez (excelentemente encarnado por Julián Mateos), que trabaja como mecánico y que pretende triunfar en el deporte de las 12 cuerdas, gracias a su talento y pegada. Young Sánchez que es su nombre en el cuadrilátero, se ha formado en un modesto gimnasio ayudado por unos amigos, pero su humildad será puesta a prueba por la oferta tentadora de entrar en el deporte profesional de la mano de un representante sin escrúpulos que sólo piensa en el negocio fácil.

Los combates están filmados en veladas de boxeo reales que refuerzan la naturalidad de la historia, un relato de perdedores y fracasados a los que la suerte les ha sido esquiva. Con una excelente fotografía de Víctor Monreal que refuerza esa atmósfera sombría y pesimista de desesperanza, poniendo a prueba, una vez más, la debilidad humana. Una película sin apenas música, donde impera el sonido de lo cotidiano, los golpes en el ring, los trenes, el público vociferando, en definitiva, la vida real de una época concreta. Y es que, el mundo del boxeo siempre ha dado mucho juego en el cine: “Más dura será la caída” de Mark Robson, “Nadie puede vencerme” y “Marcado por el odio” ambas de Robert Wise, “Toro salvaje” de Scorsese. Nunca olvidaremos el vestuario donde se preparan los púgiles, mientras se amañan las peleas, se palpa el hedor a sangre y el sudor es insoportable en medio del mercadeo humano y el soborno.
Antonio Morales
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