Uno a uno sin piedad

Acostumbrado a lidiar tanto con Zorros justicieros como con algunos rancios especímenes del folclore popular patrio (de Manolo Escobar a Lina Morgan, pasando por la astracanada aquella de Pajares, '¡Ay, Señor, Señor!'), Rafael Romero Marchent tuvo en sus inicios, junto a su hermano Joaquín Luis (pionero del asunto por estos lares), un apego por el subgénero del spaghetti western que cristalizó en unas cuantas películas de difícil acceso en la actualidad: Ocaso de un pistolero (su debut), Dos pistolas gemelas, Dos hombres van a morir...

Era la época, existía una determinada forma de rodar (la expresividad, crispada, de Sergio Leone estaba más o menos presente en todas ellas), y Uno a uno sin piedad se limitó a reflejar estas constantes de estilo, carácter y contenido inherentes al cine de aquel contexto sin permitirse dar rienda suelta a ninguna muestra de personalidad que distinguiera al proyecto de cualquiera de las otras obras rodadas en Almería por aquellas fechas.

Clichés, visuales y argumentales, sustentan la historia de venganza que narra la película, poseedora de un ritmo contundente y dinámico que acaba neutralizándose a base de desafortunados apuntes cómicos, de múltiples excesos de todo tipo. Pese a lograr cierto nervio en las escenas de pelea cuerpo a cuerpo, la dirección de Marchent acaba sucumbiendo al más puro y gratuito artificio, mientras la historia se intoxica de su propia velocidad y termina por desfallecer.

Hay, eso sí, una sorpresa final resultona que en cierto modo redime al conjunto de su cansino mentraje anterior, pero que no logra ocultar las múltiples carencias de una película que se siente esencialmente alimenticia, desprovista de garra, estilo o pasión.

Lo mejor: la sorpresa final.
Lo peor: pasada una primera y digna media hora, se vuelve bastante aburrida.

Uno de los films que desaprovecharon las facultades de Peter Lee Lawrence un actor con una filmografía bastante larga considerando que se desarrolló en pocos años al verse interrumpida por la muerte. Ningún personaje de la película está bien trazado y está realizada la obra con una evidente carencia de ideas y con muchas influencias de otros westerns realizados con anterioridad lo cual priva de personalidad artística al conjunto. Sólo puede destacarse la peculiar fotografía con un color que realza bastante cada escena de la película. Empieza bien y como siempre que el protagonista es Peter Lee Lawrence hay peleas entre hombres pero la cosa se va desmoronando poco a poco. Brevemente interviene Dianik Zurakowska que había protagonizado uno de los mejores westerns del protagonista como es "El hombre que mató a Billy el niño". Rafael Romero Marchent se especializó en el western mediterráneo con irregulares resultados pero con el mismo actor de "Uno a uno sin piedad" consiguió resultados mejores por ejemplo en "Garringo" donde los personajes tenian una hondura psicológica que se echa de menos aquí al resultar todo más simple y elemental. Puede contentar a los incondicionales del western europeo que sean muy poco exigentes. El apartado estético es lo único que convence plenamente en "Uno a uno sin piedad".

Rafael Romero Marchent dirige al alemán Peter Lee Lawrence en esta historia de venganza sobre un joven que quiere limpiar el nombre de su padre. Un hijo, Bill (Peter Lee Lawrence), de un capitán confederado tiene la difícil tarea de demostrar que su padre no fue un asesino traidor. Contará con la ayuda del Charro (William Bogart cuyo real nombre fue Guglielmo Spoletini), un amigo mexicano de su difunto padre. Charro sabe lo que realmente pasó, el Capitán fue traicionado, por lo que ahora el joven emprende la persecución de los sospechosos hombres (Sydney Chaplin, Alfonso Rojas, entre otros) que asesinaron a su padre. El joven une fuerzas con Charro y buscan a los asesinos en la región y ejecutando su particular vendetta, asesinando uno a uno y sin piedad.

¨Uno a Uno sin piedad" es un apasionante western que contiene una historia llena de violencia y venganza, buen ritmo dramático, giros argumentales y hábil dirección. Agradable Chorizo-Spaghetti Western producido mayoritariamente por España y participación secundaria italiana y no se desarrolla al estilo americano, siguiendo mas bien la estela del director Sergio Leone, que incluye primeros planos, zooms, duelos coreográficos, cabalgadas a través de las ramblas almerienses y violentas confrontaciones. Cualquiera sea el caso, tiene una trama que se puede encontrar en muchos westerns italianos de la época, ya que es esencialmente una historia con temática de venganza que presenta a un misterioso solitario con excelentes habilidades con las armas y con un simpático bandido mexicano incluido en buena medida. La película contiene acción, tiroteos, drama, un alto número de cadáveres y se mueve bastante rápidamente, siendo suficientemente entretenida y acercándose cada vez más al estilo italiano, manteniendo algunos detalles que lo hacen especial en este peculiar género. Es un western emocionante con exteriores espectaculares y un enfrentamiento impresionante entre los desalmados protagonistas Peter Lee Lawrence y William Bogart; y ambos contra Sydney Chaplin, Eduardo Fajardo y sus subordinados. Secuencias de acción aceptables con un impresionante fuego cruzado y tiroteos espectacularmente sangrientos. Actuación carismática para todo el reparto. El famoso actor de Spaghetti, Peter Lee Lawrence, es bueno en su habitual duro rol. El joven alemán rubio Peter Lee Lawrence, que hizo su debut no acreditado en "La muerte tenia un precio" (1965), fue el héroe de muchos Spaghetti Westerns. Su corta trayectoria cinematográfica se puede encerrar en nueve años de coproducciones ítalo-españolas como “Más dólares para los MacGregor”, ¨La justicia de Winchester¨, “Una pistola por cien ataúdes”, ¨El hombre que mató a Billy el Niño¨, ¨Furia de Johnny Kid¨ y varios más. Después de su matrimonio con la española Cristina Galbó, el murió tempranamente de cáncer. Amena aunque breve actuación del siempre genial Eduardo Fajardo, anteriormente famoso por ¨Django¨, haciendo un papel desagradable, como siempre. En la película aparecen actores comunes del Chorizo/Spaghetti Western tales como Francisco Sanz como Zebulon, Manuel Tejada como Frogmouth, Tito García como granjero, Alfonso Rojas como el Capitán Jack Hawkins, Lorenzo Robledo como tendero del bar, Cris Huerta, Miguel Del Castillo, entre otros. Y añadiendo la siempre guapa e imprescindible Dyanik Zurakowska. Ello contiene una fotografía colorida y evocadora de Emilio Foriscot, filmada en locaciones de Hoyo Manzanares del Real, La Pedriza y, por supuesto, las localidades Almerienses: Sierra de la Alhamilla y Desierto de Tabernas, Almería, Andalucía .

Bien financiada por Eduardo Manzanos Brochero que produjo muchos Chorizo Westerns y eficientemente dirigido por Rafael Romero Marchent (Madrid, España, 3 de mayo de 1926). Este último era hermano del recientemente fallecido Joaquín Luis Romero, quien fue el primero en rodar westerns en España. En un principio, Rafael Romero se inició en el cine como actor, pero cuando su carrera empezó a decaer en sus actuaciones mayormente secundarias prefirió pasar tiempo detrás de la cámara. Si bien su hermano Joaquín Marchent es considerado el mejor director de Paella Western, su primera película fue ¨El Coyote¨ y la secuela titulada ¨La venganza del Coyote¨ se rodó en México; después filmó ¨La sombra del Zorro¨ y ¨La venganza del Zorro¨, pasó a dirigir Westerns como ¨Cabalgando hacia la muerte¨, ¨Aventuras en el Oeste¨, ¨Tres hombres buenos¨, ¨Sabor Venganza¨ y los más populares y violentos ¨Condenados a Vivir¨. Además, escribió para su hermano Rafael Romero Marchent los siguientes Westerns: ¨Manos Torpes¨, ¨Ocaso Un Pistolero¨ y ¨Garringo¨. Siguiendo los pasos de su hermano, Rafael Romero comenzó a rodar muchas películas del nuevo género. Rafael es un experto escritor y director de Spaghetti Western como lo demuestra en ¨Dos cruces en Paso de Peligro¨, Grito de venganza¨ y ¨Dos cañones para dos gemelas¨ con Pili y Mili, una pareja de cantantes gemelas que en esos años eran estrellas. En 1968 dirige "¿Quién busca venganza?" y "Uno a uno sin piedad", dos de los mejores westerns. Estos últimos son de mayor calidad y ambos han logrado éxitos. Al año siguiente dirigió un gran spaghetti western, "Manos torpes", una buena historia, que está bien rodada. Y poco después dirige "Garringo", un espléndido espagueti en su máxima expresión y probablemente la mejor filmada jamás por un director español. Calificación Uno a uno sin piedad (1968): 5.5/10.
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